Estuve toda la tarde sentada en las gradas con Niclas, y descubrí que a pesar de nuestras diferencias, compartíamos muchos intereses, como el arte, la música, los libros y las estrellas. Eran cosas sencillas que para mi parecía únicas.
-¿Cómo pueden gustarte las estrellas si no sabes nada sobre ellas?- preguntó de manera divertida.
-Bueno, me gusta simplemente contemplarlas- respondí.
-Por eso me gusta contemplarte a ti- me dijo, ese comentario me hizo sonrojar hasta las orejas. En realidad no entendía cómo podía parecer tan frío y, al mismo tiempo, decir cosas tan cursis.
-¡Ey Niclas, te estaba buscando!- se escuchó una voz. Me giré hacia la chica que hablaba.
Era la misma que me había encontrado en el pasillo de segundo año de astronomía.
-¿Qué necesitas, Victoria?- respondió de manera brusca.
-No me hables así, cariño. Te he estado buscando hace rato.
-Creo que debería marcharme- Niclas me agarró del brazo y me hizo un gesto para que no me fuera.
-Te has buscado un nuevo juguete tan rápido, realmente no cambias.
¿Nuevo juguete? No lo pensé dos veces y rápidamente bajé las escaleras lo más aprisa que pude. Niclas intentó llamarme, pero no me detuve ni por un momento. Soy una idiota cuando se trata de chicos.
-Astrid- escuché la voz de Lynn- ¿Dónde te metiste todo el día? He estado buscandote-Lynn pareció notar la expresión de mi rostro y no dudo en preguntar-¿Y por qué tienes esa cara?
-No es nada, solo es... un poco de alergia- no me gustaba mentir, pero no le iba a contar lo que acababa de suceder.
-¿Desde cuándo tienes alergias?
-¿Puedo quedarme en tu casa esta noche? No me apetece ir a la residencia- pregunté, ignorando completamente su pregunta. Si hay algo en lo que es buena, es en leer a las personas. Por algo estudia psicología.
-Claro, ahora tengo que ir a ver a la profesora. Cuando termine, nos vamos.
El transcurso de la tarde me pareció extremadamente lento, las horas pasaban, Lynn me había enviado un mensaje dicíendome que la esperara en el estacionamiento junto a su auto, no volví a ver a Niclas después de lo ocurrido, ni a Max que estaba coquetenado con aquella chica.
Al caer la noche estábamos las dos tumbadas en la cama viendo una película de terror, lo cual resultó ser una mala idea porque teníamos miedo incluso de ir al baño sin que una monja diabólica nos jale por los pies.
-¿Qué fue eso?- preguntó Lynn aferrándose a mi brazo.
-No lo sé, no quiero verlo- me cubrí el rostro con ambas manos.
-¿Esa chica está loca? Sal de ahí.
Lynn gritaba como si le fuera hacer caso, algo sonó en nuestros pies, lo que nos hizo dar un respingo.
-¡Aaaaah!- comenzamos a gritar frenéticamente mientras buscábamos el interruptor de la luz.
-¿Qué fue eso?.
-No lo sé Lynn, pero quiero irme de aquí.
-Ve a ver qué es.
-¿Y por qué yo? Es tu habitación y tu casa.
-¿Y qué?, no quiero morir. Decidamos con piedra, papel o tijeras.
-¿Quieres mandarme tan rápido a la muerte?
-Venga, a la de tres.
-Piedra, papel o tijera- dijimos simultáneamente.
Lynn puso tijeras y yo papel, lo que significaba que tenia que ir yo a ver
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HASTA QUE NO QUEDEN CONSTELACIONES
Teen FictionEn un mundo oscuro y desolado, ella se sentía perdida. El peso de sus traumas la arrastraba hacia abismos de dolor y desesperación. Pero en medio de su tormento, destello de luz apareció en forma de un misterioso chico que la rescató de un intento d...