Capítulo 12

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Cuando entramos a la casa, nos encontramos en el salón con Ethan, Logan, Aisha y la mencionada Ivy. El padre de Niclas no estaba presente, lo cual me hizo sentir aliviado.

—Ivy, pensé que te había dejado claro que debías mantenerte alejada de Niclas. Solo traes problemas —le reprochaba Logan, visiblemente molesto.

—Tú sabes perfectamente que no me alejaré de tu hermano. ¿Entendido? —respondió con arrogancia.

—¡Lárgate ya! —le espetó Aisha.

—Pruébame que puedo hacerlo. —la desafió con una sonrisa soberbia que se desvaneció al vernos.

—Chicos, por favor, intentemos mantener la calma. El ambiente... —Ethan se interrumpió al percatarse de nuestra presencia.

Sentí cómo Niclas se tensaba a mi lado, apretando la mandíbula. ¿Por qué todos parecían despreciar a esta chica? Bueno, no importa demasiado, tampoco es que me agrade mucho.

—Ivy —intervino Sophia—, lo mejor será que te retires.

—No —se negó Niclas, lo que nos tomó a todos por sorpresa.

Por su parte, Ivy sonrió ampliamente, ajena a las molestias que causaba.

—Pero hijo, creo que será lo mejor después de todo lo que ha pasado.

—Hablaré con ella y luego podrá marcharse.

—Está bien. Aisha, ¿podrías subir arriba con Astrid y prestarle algo de ropa para esta noche?

Aisha no dijo nada, estaba claramente molesta. Simplemente se puso de pie y subió las escaleras apresuradamente. Miré a Niclas y él asintió para que la siguiera, así que seguí sus pasos.

Cuando llegué, Aisha ya había cerrado la puerta de su cuarto. Toqué un par de veces, pero no obtuve respuesta, así que decidí atreverme a abrir.

Fue una mala idea. Casi me da un dardo en el ojo al instante.

—Astrid, ¿estás bien? —me preguntó con preocupación.

—Sí... Solo que casi pierdo un ojo.

—Perdón, tenía los auriculares puestos y no escuché cuando llegaste.

—No te preocupes.

—Bien —se dirigió a un armario y regresó al instante, extendiéndome una prenda—espero que te quede.

—Seguro, aunque no es el color que suelo usar.

—Mis disculpas, toda mi ropa es en tonos oscuros.

—Tranquila.

Aisha era encantadora y, a pesar de su juventud, parecía muy madura. Decidí preguntarle un poco más sobre Ivy.

—Aisha, ¿quién es Ivy?

—Ivy es una amiga de la infancia de Nic, se conocen desde siempre, creo.

—Pero a ti no te agrada.

—En realidad, a nadie, creo que la única persona a la que le agrada es a mi padre.

—¿Pasó algo para que no les agradara? —Aisha reflexionó antes de responder.

—Astrid, creo que deberías preguntarle a mi hermano. Solo te diré que estaba obsesionada con él y siempre lo metía en problemas. Estaba en terapia, no sabíamos que había regresado.

Quería preguntar más, pero la puerta se abrió e interrumpió nuestra conversación.

—Astrid, ya podemos ir a la habitación. Pensé que estarías allí esperándome.

—Voy enseguida —me giré hacia Aisha—. Después hablamos —ella asintió.

Salí de la habitación sin mirar a Niclas, y él tampoco dijo nada. Entramos a la habitación y me dirigí al cuarto de baño para cambiarme. Preferí no hacerlo frente a él. Al salir, Niclas ya estaba acostado. Me acosté al otro lado de la cama sin decir nada, dándole la espalda. Pasamos un rato en silencio hasta que sentí que se arrastraba por la cama hasta quedar detrás de mí y abrazarme.

—Siento que hayas pasado por esto.

—No te preocupes.

—Te lo recompensaré, As.

Entonces la pregunta salió de mi boca antes de que pudiera pensarlo.

—¿Qué pasó con Ivy?

Sentí cómo Niclas se tensaba y se apartaba de mí. Me giré abruptamente para mirarlo y lo vi serio. Niclas había vuelto a ser el Niclas distante, lo odiaba cuando se comportaba así conmigo.

—No quiero hablar de eso, Astrid.

—Bien, no hablemos —le volví a dar la espalda.

—Astrid, por favor —parecía suplicante.

—¿Por favor? —me giré nuevamente hacia él— Niclas, cada vez que algo te sucede, debo estar detrás de ti para que me lo cuentes. De lo contrario, no compartes nada conmigo.

—Es difícil.

—Para ti todo es difícil —me levanté de la cama decidida a irme a dormir al sofá de la habitación, no quería compartir la cama con él.

—¿A dónde vas? —me tomó de la mano y me aparté bruscamente.

—No voy a dormir contigo.

—Astrid, deja de comportarte así.

—¿Así cómo? —pregunté molesta.

—Como una niña pequeña.

—¿Soy una niña para ti? Claro, con Ivy eres todo amabilidad, pero conmigo soy solo una niña haciendo un berrinche.

—¿De qué hablas? —frunció el ceño, también parecía enojado.

—Hace un momento te quedaste a hablar con ella, sobre lo que sea que hubiera pasado. Pero cuando te pregunto yo, soy una niña pequeña haciendo pataleta.

—As, por favor —su voz sonaba arrepentida por su comportamiento anterior.

—Buenas noches, Niclas.

Me dirigí al sofá llevando una almohada y una sábana, me acomodé dándole la espalda a Niclas. Pasados unos segundos, sentí que él también se acomodaba en la cama.








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Nota de la autora:

Hola, Hello,Hi.

Buenas, buenas, aquí les traigo el capítulo que les prometí, un poco corto, pero les prometo que no tardaré en actualizar el siguiente.

No se olviden de votar por el capítulo, y comentar, besos, se les quiere💕.

HASTA QUE NO QUEDEN CONSTELACIONES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora