El lunes no tenía clases en la mañana, a diferencia de Niclas, quien había ignorado cinco despertadores. Le costaba un mundo levantarse. Después de que él partiera a la universidad, yo me quedé en casa chateando con Lynn y esperando la llegada de mi hermano, quien hoy conocería a su "nueva novia" en Londres.
Las cosas de la vida. En vez de venir a verme, su hermana, prefería conocer a una chica que había conocido hace apenas un mes. Los celos me carcomían. Después de la muerte de papá, él se había convertido en una figura paternal para mí. A pesar de nuestras peleas y discusiones por cualquier tontería, siempre estaba ahí para cuidarme.
Hice una llamada rápida al director Brawn para pedirle permiso para ausentarme en la tarde. Afortunadamente, aceptó, pero me recordó que debía ponerme al día con las clases. No quería que mi promedio bajara, después de todo, era una de las mejores en derecho.
Ahora me encontraba con Niclas en el aeropuerto, esperando a mi hermano. El bullicio del aeropuerto nos envolvía. El vuelo se había atrasado y ya llevaba más de una hora esperando. Niclas ya se estaba desesperando por el retraso, pues si cuando repartieron paciencia Niclas estaba en la fila de los desesperados. Se veía cada vez más ansioso, sacó su móvil por milésima vez para mirar la hora.
—Sí quieres puedes irte, luego yo y mi hermano tomamos un taxi hasta la casa.
—De eso nada—negó rápidamente— yo los llevo.
—¿Tienes miedo de que el taxista me robe el corazón?— bromeó.
—Dudo que sea más guapo que yo—alzó la barbilla orgulloso.
—¿En donde quedó tu humildad?.
—Solo digo lo que es obvio.
Sonreí y le di un leve empujón por el hombro. Él también sonrió, mirando por encima de mi hombro e hizo un gesto con la cabeza.
—Ahí viene mi cuñado el stripper.
—¡Ey!—lo reprendí— no le digas así.
—¡HERMANITAAA!—gritó Brant en medio de la multitud.
Me giré sobre mis pies hacia él, y volví a esconderme detrás de Niclas. Todas las personas nos miraban, con una mezcla de curiosidad y diversión. En momentos cómo este es en donde me cuestionó, ¿por qué no tengo un hermano normal?. Traté de disimular, pero Brant seguía gritando. Niclas, al ver mi cara enrojecida por la vergüenza, reprimió una sonrisa. Lo golpeé para que dejara de burlarse, pero al contrario, sonrió más.
—Oye, ¿segura que tu hermano no está borracho?
—Es siempre así de...— No sabía cómo llamarlo— especial—concluí.
Brant finalmente llegó a nosotros, las miradas curiosas seguían sobre nosotros. Miré con mala cara a Brant y él me sonrió inocentemente. Niclas volvió a su rostro inexpresivo, pero al ver que lo observaba me miró con burla.
Brant me dio un abrazo, alzándome del suelo. Cuando me volvió a dejar en el piso, me revolvió el cabello con una mano.
—¿Podrías comportarte como alguien normal por una vez en tu vida?
—Perdería mis encantos.
—Ya— giré los ojos.
—¿Y quién es tu amiguito?
—Es...
—Soy su novio— respondió Niclas, con una seguridad que me sorprendió.
Mis ojos se abrieron como platos. Brant se puso serio, alternando la mirada entre Niclas y yo. Se giró hacia Niclas y lo miró fijamente, con una intensidad que me helaba la sangre. Niclas, por su parte, no se dejaba intimidar por mi hermano. Sentí mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho, como un pájaro enjaulado.
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HASTA QUE NO QUEDEN CONSTELACIONES
Teen FictionEn un mundo oscuro y desolado, ella se sentía perdida. El peso de sus traumas la arrastraba hacia abismos de dolor y desesperación. Pero en medio de su tormento, destello de luz apareció en forma de un misterioso chico que la rescató de un intento d...