Esta mañana me desperté temprano para ayudar a preparar el desayuno. Sin embargo, la señora Sophia, perdón, Sophia, como ella misma me pidió que la llamara, no me dejó siquiera tocar un solo cuchillo para cortar el pan.
La lluvia y el día nublado ya habían pasado. Ahora el sol brillaba en el cielo y el cielo volvía a tener su color azul, azul como el de mis ojos.
Niclas y Logan sacaron una mesa con sillas hacia el jardín para desayunar afuera. Mientras Aisha y yo colocábamos platos, vasos y cubiertos.
Todo lo que había en la mesa olía realmente delicioso. Había huevos, tostadas, mermelada, mantequilla, queso, jugo de naranja, frutas, pan y café. Todos tomamos asiento y comenzamos a desayunar en silencio, el canto de los pájaros y el viento fresco eran tranquilizadores.
—¿Cómo pasaron la noche? ¿Durmieron bien?
—Muy bien, ¿y ustedes, Aisha?— pregunté llevándome una tostada a la boca.
—Nosotras también dormimos bien.
—Yo no dormí bien —Logan entrecerró los ojos entre Niclas y yo —habían ruidos.
—Te hubieras puesto tapones en los oídos —contestó Niclas con indiferencia —es mi casa.
—Sophia, anoche no lo mencioné, pero cocinas de maravilla— la elogié.
—Muchas gracias, querida — apoyó los codos en la mesa y me miró — Quería proponerte algo.
- ¿A mí? - pregunté desconfiada.
No es que desconfiara tanto de ella, era una persona maravillosa, pero eso me tomó por sorpresa.
—Sí, querida, a ti.
—¿Cuál es la propuesta?
—¿Quisieras aprender a tocar el piano?
¿Qué? Mi mente y todo mi cuerpo quedaron en shock. ¿La mujer que cuando yo era pequeña mi madre y yo amábamos escuchar sus melodías, me estaba proponiendo enseñarme a tocar el piano? Obviamente, era un rotundo sí, pero mi cuerpo aún parecía estar en estado de shock. La mismísima Sophia Loughty quería enseñarme a tocar el piano. Pellízquenme porque creo que estoy soñando.
—¿Astrid, no vas a decir nada?—Niclas tomó mi mano.
La señora Sophia me miraba esperando una respuesta.
—Díganme que esto no es un sueño.
—No lo es, Astrid. Mamá comenzó a dar clases de piano — respondió Aisha con una pequeña sonrisa.
— Dios —me llevé las manos a la boca y me giré hacia Niclas para confirmar que era cierto. Él asintió con la cabeza y me volví hacia la señora... Sophia— Claro que sí, siempre he querido.
—Perfecto— la señora Sophia sonrió y levantó las manos al cielo — ¡Oh, Dios, gracias por darme una nuera con buenos gustos!
—No sé por qué tienen tanta afición por la música.
—La misma que tú tienes por ser idiota —le espetó Niclas a Logan.
Terminamos el desayuno entre risas y malos chistes de Logan. Logan se fue a jugar un videojuego con Niclas, y Aisha no apartaba la vista del móvil. No quería entrometerme, pero si no le decía la verdad sobre su edad a ese chico, se meterían en problemas, especialmente él por estar con una menor. Aisha es lo suficientemente madura como para saber qué es lo correcto.
Mientras tanto, Sophia y yo platicábamos y me contaba anécdotas de cuando Niclas era pequeño. Muchas de ellas me parecieron demasiado graciosas. Más tarde molestaría a Niclas con ellas.
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HASTA QUE NO QUEDEN CONSTELACIONES
Teen FictionEn un mundo oscuro y desolado, ella se sentía perdida. El peso de sus traumas la arrastraba hacia abismos de dolor y desesperación. Pero en medio de su tormento, destello de luz apareció en forma de un misterioso chico que la rescató de un intento d...