Capítulo XLII.

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—Soñé contigo, podía verte durante mi sueño— relató SeokJin con una sonrisa dibujada en su rostro, mientras se acurrucaba en los brazos ajenos que lo recibían con mucha calidez—. Siento que podré verte algún día—. NamJoon recordó las palabras del médico, solo era cuestión de esperar en la larga lista de un donador.

—Ojalá, confío en eso— dejó un beso en la frente del menor, sin decir algo más y por lo cómodo que se encontraba el azabache comenzó a caer en brazos del morfeo, el moreno se seguía mostrando pensativo, preocupado por la situación sin embargo al poco rato cayó profundamente dormido; no supo exactamente cuánto tiempo pasó hasta que Jin despertó alarmado, llorando, llamando a Jae Hwan, un poco adormilado lo abrazó, consolándolo, seguramente tuvo un mal sueño. 

De pronto el celular sonó se separó solo un poco para revisar de quién se trataba y curiosamente era el médico de Jin, se extraño por la llamada en casi madrugada, no tardó en responder.

—Buenas noticias, hay un donador para SeokJin—. Sus ojos se abrieron de la impresión, era verdaderamente un milagro para ellos, hace unas horas pensaba que no sería posible lograrlo pero alguien iba a darles esa pequeña felicidad.

—Vamos para allá— logró decir, después de ello colgó dándole la gran noticia.

Al llegar al hospital, inmediatamente realizaron el papeleo, internaron al menor y lo prepararon para la cirugía, el mayor no pudo tener la oportunidad de desearle buena suerte a su esposo, solo miró a lo lejos como lo ingresaban. "Todo estará bien, te lo prometo", pensó, sintiéndose emocionado y preocupado a la vez, quería notificarle a su amigo, se despertó de sus pensamientos al escuchar su nombre, un hombre se acercó quedándose enfrente de él mostrando su placa de oficial, confundido asintió.

—¿Conocía al señor Jae Hwan? Fue traído aquí para donar sus córneas, tuvo un accidente, aún estamos investigando pero tal parece que se trató de un suicidio.— frunció su entrecejo, el policía sacó dos sobres llenos de sangre que aparentemente portaba Jae Hwan al igual la credencial brindada por el hospital; tembloroso tomó las cosas sin poder asimilarlo, abrió el primer sobre.

—NamJoon, cuando leas esta carta seguramente ya estaré muerto. 

Iré un lugar donde no hay cielo, renaceré en algún lugar del infierno. Esperaré a SeokJin para que él me conduzca al cielo. Ahora sí soy feliz. 

El solo leer aquel primer párrafo sus ojos se pusieron acuosos, su sangre se heló, queriendo por un instante que todo fuese una pesadilla, se detuvo de la lectura para mirar al oficial quien se mantenía algo apenado por la situación. 

—¿Dónde está Jae Hwan?

—Está en la morgue. — no perdió tiempo en salir corriendo del hospital para ir en busca de la morgue para confirmar que todo era una mentira, se negaba en creer lo que estaba ocurriendo en esos instantes. Sus pies pesaban al igual que su respiración, al punto de debilitarse y parecía ser que el recorrido se hacía mucho más largo.

—Tú no lo sabes pero él fue el primero en quererme, fue el primero en celebrar mi cumpleaños, me hizo una cena deliciosa...Ésta bufanda me lo hizo el y fue mi primer obsequio, SeokJin fue la única persona que me amo, así que no pude evitar amarlo aunque ustedes ya se querían. 

Ahora podrá verte a través de mis ojos y yo veré a través de su corazón, ahora que lo sé, me fascina ser parte de SeokJin, me hace feliz, muy feliz, ahora tu debes ser feliz también. No vayas a decirle nada sobre mi eterno viaje, quise ayudarlo, ¿cuento con tu silencio? Te agradezco mucho. 

SPRING DAY [NamJin].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora