Capitulo 8

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A la salida del colegio de Eunbi

— ¡Yerin! ¡Yerin! — Eunbi salió corriendo hacia la pelinegra  y pegó un salto enorme para poder treparse a ella.

— wow, Vaya salto haz dado mi pequeña cangurito – Yerin atajaba a la niña en el salto y la levantaba, giraba, sacudía, subía y bajaba – pero qué livianita eres. Parece que estuvieras hecha de trapo – Yerin seguía jugando con Eunbi. Le encantaba hacerla reír.

—Ya, ya, ya – Decía Eunbi riéndose fuertemente mientras estaba cabeza abajo un poco mareada.

— Bueno y bien ¿nos vamos? — dijo Yerin mientras dejaba en el piso a la niña — Quizás, digo, quizás haya un regalo para ti en mi auto.

— ¿Un regalo? – Eunbi abría los ojos gigantes — ¿qué estamos esperando entonces? Vamos, vamos – agarró la mano de la pelinegra  y la trató de mover con poco éxito hacia donde estaba el coche – hasta que Yerin se dejó llevar.

Cuando se aseguró que Eunbi estuviera bien ubicada y con el cinturón puesto. Saco de la parte de atrás un paquete y se lo dio a la pequeña

— Toma bichito.

Yerin no supo cómo, pero en un abrir y cerrar de ojos, Eunbi tenía en la mano un hipopótamo violeta un poco más grande que Hipo

– Wow – la niña ya abrazaba a su nuevo juguete – ¡ahora Hipo tiene un amigo!

—Lo sé. Me pareció que no era justo que nosotras nos divirtiéramos mientras Hipo se queda solo toda la tarde. Oye, le tienes que poner nombre – Yerin no podía esconder su sonrisa al mirar a la niña.

— ¡DOS! – anunciaba Eunbi entusiasmada.

— ¿Dos qué? No, no, es un solo regalo por ahora, si tu madre se entera que el primer día te ando regalando cosas, me va a dar la mirada mortal y ¡Boom! fin del mundo – Yerin se ponía nerviosa sólo de pensar en esa mirada.

Si Sinb fuera un jugador del Mortal Kombat su ficha personal diría: "Arma más poderosa: tiene una mirada mortal que hace que quieras tirarte del piso 50 de un edificio"— la voz de la niña la sacó de sus pensamientos

— Dos, quiero que se llame así. El otro es Hipo uno, este es Dos – explicaba Eunbi lógicamente.

— ¿Dos? Oye tenemos que empezar a trabajar en tu imaginación. Dos es perfecto pequeña castaña bonita — Yerin le hacía cosquillas – Anda sujeta fuerte a Dos que nos vamos a tomar la tarde – dijo Yerin encendiendo el Jeep.

En un bar que Yerin solía frecuentar

Yerin agarró a Eunbi de la mano para cruzar la calle y entrar al bar a pasar la tarde. Era muy gracioso ver a Eunbi sujetando un peluche casi de la mitad de su tamaño. Al mismo tiempo una mujer quería entrar con ellas, pero Yerin se adelantó y abrió la puerta – Adelante señoritas – dijo Yerin dejando pasar a la otra chica y a Eunbi. Eunbi la miró y Yerin se agachó y le dijo guiñándole un ojo – siempre hay que ayudar a damiselas en apuros.

Se sentaron en una mesa y se les acercó una chica a atenderlas.

— Hola Yen. Uy pero veo que hoy tienes muy buena compañía – Dijo la camarera que solía atender a la basquetbolista mientras le daba la mano a la niña.

— Hola Joy¿cómo estás? – Saludó Yerin – Joy, esta princesita que ves aquí es Eunbi. Eunbi,  ella es Joy, una amiga del bar.

—Hola —contestó la niña tímidamente

— Bueno, por fin traes a alguien digno de acompañarte – bromeo la camarera que ya se había cansado de ver pasar a Yerin con otras mujeres, obviamente no a pasar la tarde.

Cuando, donde y Como diga el amor- SINRIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora