Capitulo 12

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Campo de Paintball – 5 minutos antes de la victoria de Yerin

—Dios, Alá, Buda, Morfeo o cualquier otro Dios que me esté escuchando, por favor no permitan que el bomboncito gane. Quiero una noche más con Eunha, que digo quiero, necesito una noche más con Eunha – rezaba Sowon al costado del campo mientras esperaba la resolución del partido.

—¡Por dios Sowon no exageres! En todo caso sólo es una semana – Umji decía sin darle importancia.

—Una semana, una semana. ¿Tú sabes lo que es pasar una semana sin sexo? Yo Kim Sowon , vivo del sexo – a esta altura la abogada ya había perdido todo tipo de cordura.

Eunbi que todavía estaba atenta al partido fue la primera en notar a Yerin saliendo del campo

— Es Yerin – corrió hacia la pelinegra  y como siempre saltó en ella.

— Y trae una bandera, es decir que... ¡GANAMOS! –grito Joy. El resto de su grupo se unió al festejo.

—¡NO! – El fin del mundo para la mas alta.   Tú – señalo a Sinb que llegaba tratando de evitar mirar como Winter abrazaba a Yerin –Tú tienes la culpa. ¿Quién demonios te manda a hacer esa apuesta? – acusó a su amiga.

—¿Yo? Tal vez la próxima vez aprendas a cerrar tu bocota y te callas para que nadie te encuentre. Hasta yo escuche tu vozarrón. – se defendió Sinb.

—¿Mira cómo está Umji? – la chica estaba agachada a la altura de el abdomen de su novia diciéndole adiós a cada uno de sus abdominales – Si esas dos se divorcian vas a cargar con eso de por vida Sinb.

—Sowonnie cálmate y no exageres. No es culpa de Sinb. Somos un equipo y perdimos todos – A Eunha  no le gustaba ver a sus amigas pelear.

— Si es su culpa. Y tú – señalo a su prometida – ni te me acerques, es más por esta semana mantienes un metro de distancia. Está prohibido que uses esas calzas que usas cuando bailas y está prohibido que uses cualquier tipo de escote. Es más, te cubres toda ¿me oyes? TODA, no quiero ver ni un centímetro de piel. – le exigió a su novia poniéndose de espaldas a ella mientras los demás rodaban los ojos ante la actitud de Sowon.

— Lamento interrumpir este lindo momento – dijo Joy con una sonrisa burlona – pero nosotros, LOS GANADORES, tenemos hambre y si mal no recuerdo ustedes nos tienen que pagar la cena. Así que nos vamos todos al bar.

— Yo me quedo aquí un rato. Mini Rambo y yo vamos a hacer unos tiros. Claro si tú no tienes inconvenientes Sinb – le preguntó a la rubia.

Sinb miró a su hija y supo que no podía decir que no – Bueno, pero tengan cuidado.

—¡Si! – festejaron la pelinegra  y la pequeña. – Nos vemos luego – se despidio la pelinegra  dejando un beso en la mejilla de Sinb – Vamos pequeña Rambo.

La rubia se quedó contemplando un rato la imagen de su hija con Yerin desde lejos. De vez en cuando Eunbi fallaba el tiro a propósito y terminaba disparándole a la pelinegra  que caía desmayada al piso y cuando Eunbi se acercaba a verla, la mayor empezaba a perseguirla.

— ¿Linda imagen no? – Una voz para nada agradable sacó a Sinb de su perfecto estado. La rubia estúpida.

Sinb sólo se limitó a sonreír.

—¿Sabes que va a hacer lo mismo contigo que lo que hace con todas? – Winter volvía a hablar – Te va a conquistar, te va a enamorar, te va a llevar a la cama y después ni tu nombre va a recordar.

—Y ese es asunto tuyo porque... – Sinb trataba de que no se diera cuenta que esas palabras le afectaban. Y mucho.

— Mira Rubia. Tómalo como un consejo ¿si? Eso es lo que hace Yerin con las mujeres. Pregúntale a cualquiera. Es una zorra – con esto último dicho dio media vuelta y se fue dejando a Sinb hecha un lío.

Cuando, donde y Como diga el amor- SINRIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora