CAPÍTULO 9 | Hipnotizado

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Dejando de lado el desagradable encuentro con la chica Greengrass, decidí explorar aún más los pasillos de Hogwarts, el eco de mis pasos resonaba en el silencio nocturno. Los corredores estaban envueltos en una quietud profunda, indicando que los estudiantes ya reposaban en sus habitaciones. Aproveché esa calma para explorar, dejando que mis pies me guiaran por los recovecos del castillo.

Mientras atravesaba los salones, un sonido sutil llamó mi atención. Provenía del salón de pociones. Mis pasos se tornaron más sigilosos mientras me acercaba. Entreabrí la puerta con cuidado, buscando el origen de aquel ruido.

En la penumbra del aula, vislumbré la figura de Snape, inclinado sobre su escritorio. Su mirada estaba fija en una montaña de pergaminos y libros dispersos por la superficie.

Su rostro habia cambiado mucho a lo largo del tiempo, pero aún conservaba esa expresión impasible y seria que me resultaba tediosa.

— ¿Puedo pasar? —pregunté en la puerta del aula.

Snape alzó la mirada y, al notar mi presencia, se puso de pie rápidamente desde su escritorio.

—Adelante, señorita... ¿cómo debería decirle Amelia o Corvinna? —preguntó el.

Una suave risa escapó de mis labios al oír ese nombre. A lo largo de los años, había optado por modificar mi identidad varias veces por cuestiones de seguridad y privacidad. Escuchar aquel nombre, que no resonaba en mi vida desde hace más de una década, desencadenó en mí un torbellino de emociones.

—Corvinna es mi nombre real —dije con una leve sonrisa—. Supongo que Dumbledore ya lo puso al día.

—Sí, así es —dijo él y volvió a sentarse—. Debo decir que jamás me hubiera imaginado que usted fuera una... —se quedó en silencio.

—Vampira —terminé la frase por el—. Y por favor tutéeme cuando estemos solos, si ya nos conocemos hace mucho tiempo.

—Bien, tú también puedes hacerlo.

—Genial, ¿puedo usar tu salón de pociones? —Pregunté acercándome a la mesa—, quiero hacer una poción para dormir.

—Adelante.

Mezclaba los ingredientes de mi poción mientras Snape revisaba detenidamente unos pergaminos. Entre frascos y humos, entablamos una conversación apacible sobre el vampirismo y otras especies mágicas.

Al cabo de media hora y ya con la poción terminada, me despedí con cortesía y me encaminé hacia mi habitación, dejando atrás aquel encuentro en el salón de pociones

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Al cabo de media hora y ya con la poción terminada, me despedí con cortesía y me encaminé hacia mi habitación, dejando atrás aquel encuentro en el salón de pociones.

Al cabo de media hora y ya con la poción terminada, me despedí con cortesía y me encaminé hacia mi habitación, dejando atrás aquel encuentro en el salón de pociones

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THE LAST SLYTHERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora