CAPÍTULO 7 | Retrasada

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No pude dormir en toda la noche, atormentada por pensamientos sobre Salazar y el hecho de que hoy tendría mi primera clase con él. Mi mente no dejaba de repasar no solo nuestra conversación reciente, sino también nuestro primer encuentro.

Respiro profundamente y me acomodo en el borde de la cama, contemplando a las chicas que duermen plácidamente.

El reloj en la mesa lateral marcaba alrededor de las 5 de la mañana, y me quería levantar temprano con la intención de hablar con Rhys.

Me lancé fuera de la cama y me dirigí de inmediato al baño. Después de arreglarme, me encaminé hacia el armario donde colgaba mi uniforme escolar. Así que me acerco y lo observo un momento antes de comenzar a vestirme. Primero me puse la falda negra, luego me deslicé en la camisa blanca y arreglé la corbata que ya estaba lista. Después, me cubrí con el suéter gris y completé el conjunto con calcetines y zapatos.

Ya vestida, me dirigí hacia un mueble encantado, visible solo para mí, y saqué una bolsa de sangre. Con cuidado, vertí su contenido en un vaso oscuro para ocultar su color.

Por ultimo tome mi capa de Slytherin en el brazo con la varita escondida en ella y me dirigí hacia el comedor, lista para el día que se extendía ante mí.

Al llegar el Gran Comedor lucía prácticamente desierto, excepto por la cabellera castaña de Rhys en la mesa de Gryffindor. Me acerqué a él con calma y deposité un beso en su coronilla antes de sentarme a su lado.

—Corvinna—habló Rhys, haciendo puchero—, tengo mucha hambre, podría comerme un basilisco.

—Toma —le extendí el vaso y él lo olio—, es animal.

—Gracias Vinna —me regaló una linda sonrisa—. ¿Por cierto, de donde la sacaste?

—Secretos de hermana mayor —le guiñe un ojo—. ¿Y por qué no esperaste a tus compañeros de cuarto?

—Me desperté temprano y me aburrí en la habitación.

—Necesito que te acerque más a Potter, ojalá y te hagas su mejor amigo —le pedí a Rhys.

Rhys hizo una mueca. — ¿Y eso por qué?

—Porque ese niño es la base de todo, Rhys. Además en el tren, sentí una extraña sensación proveniente de él y tengo una leve sospecha de lo que es, pero antes de decirte quiero estar completamente segura.

—Entiendo, me acercaré a él, quizás me una al equipo de quidditch —soltó de repente.

—Eso sería genial —sonreí.

Continuamos charlando sobre Hogwarts durante una hora, hasta que el Gran Comedor comenzó a llenarse con más estudiantes.

En el comedor completamente lleno, todos estábamos inmersos en nuestras charlas. Mientras Rhys hablaba con el trío de oro, yo conversaba con los gemelos Weasley y su hermana menor. De repente, divisé una silueta familiar caminando por el pasillo central en dirección a la mesa de los profesores. Mis ojos se perdieron con sus movimientos tan masculinos hasta que, al girarse, noté que me observaba. Rápidamente aparté la mirada y seguí conversando con los Weasley.

 Rápidamente aparté la mirada y seguí conversando con los Weasley

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THE LAST SLYTHERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora