•FANFIC DEL UNIVERSO DE HARRY POTTER +18•
Corvinna es una antigua y poderosa bruja vampira que vuelve a Gran Bretaña solo por una razón, LA REVUELTA DE MORTIFAGOS.
La vampira sabía que algo andaba mal, el estaba cerca y ella estaría ahí para verlo...
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La pareja seguía tendida sobre la alfombra mullida, respirando con dificultad y con una sonrisa en sus rostros mientras sus pieles se rozaban suavemente. Se miraron a los ojos, sintiendo que no necesitaban palabras para expresar lo que sentían mutuamente.
El lugar estaba en penumbra, iluminado solo por el resplandor del fuego de la chimenea. Salazar brillaba intensamente debido al sudor que cubría su cuerpo
Salazar, exhausto por la intensa conexión que acababa de vivir, acercó su cabeza y la apoyó en el vientre de ella, buscando sentirla más cerca. Corvinna extendió su mano y deslizó sus dedos por su cabello castaño, acariciándolo suavemente.
Un suave ronroneo de satisfacción se escapó de sus labios al recibir las caricias, sintiendo que el momento era perfecto y que nada podría perturbar tanta serenidad.
—Quiero estar así contigo para siempre —dijo Salazar, levantando la cabeza para mirarla—. ¿Tú también lo deseas, mi amor?
Las comisuras de los labios de Corvinna se elevaron al ver la ilusión en sus ojos. —Sí... yo también quiero lo mismo.
Al escuchar las palabras que tanto deseaba, Salazar, con una expresión de tranquilidad, volvió a apoyar su cabeza en su vientre. Sus dedos acariciaban suavemente el hueso de su cadera mientras contemplaba su hermosa piel pálida.
Sintiendo un calor reconfortante en su pecho, Salazar se quedó dormido en cuestión de segundos debido a las caricias de Corvinna y al agotamiento que sentía en su cuerpo, pues había entregado toda su energía y vitalidad a la vampira, dejándolo sin fuerzas.
Mientras Salazar dormía tranquilamente, Corvinna cerró los ojos, sintiendo la paz que la envolvía. Pronto, ella también comenzó a caer en un sueño profundo, sin necesidad de ninguna inducción o poción. Era el efecto que él tenía en ella; simplemente con sentir el contacto de su piel, podía sumirse en un sueño reparador.
Horas pasaron mientras ambos seguían profundamente dormidos. La vampira permanecía en la misma posición en la que se durmió, mientras que Salazar había cambiado de postura, ahora mirando el techo. Su cuerpo comenzó a moverse lentamente, como si algo comenzara a molestarlo.
—No, por favor —balbuceaba Salazar, agitándose cada vez más, retorciéndose en la alfombra como si estuviera atrapado en una pesadilla.
Corvinna despertó al escuchar su murmullo. Giró levemente y observó cómo el rostro de Salazar estaba contorsionado por el tormento invisible que lo asaltaba en sueños, mientras lágrimas silenciosas surcaban sus mejillas. Su respiración era agitada. La vampira se alarmó rápidamente, tocó su hombro y trató de hablarle para que despertara, pero él seguía inmerso en su pesadilla.
Asustada al verlo en ese estado, se sentó en la alfombra decidida a descubrir qué era lo que atormentaba a Salazar. Cerró los ojos y comenzó a conectar con su mente. Fue fácil, dado su estado inconsciente; no había ninguna barrera de protección que lo impidiera.
