Lazos perversos

Yo quiero

Al llegar a la famosa catedral de la ciudad de Mérida, Lionel Messi veía el cadáver con terror y pánico por primera vez en su vida. Tenía muchas ganas de vomitar y desvió su mirada por completo cuando Reus tocó su hombro suavemente — ¿Es la primera vez que ves a la muerte rondar cerca de ti? — Lionel puede jurar que sintió un tono de burla ante esa pregunta que prefirió ignorar por completo.

Keiner weiß, was hier geschah.
Die Fluten, rostig rot.
Die Fische waren atemlos
und alle Schwäne tot.

Rodrigo de Paul sentía su corazón latir con tanta lentitud que juraba que era acariciado por el manto de la sagrada muerte. Observar el cadáver no fue nada tranquilizador y esos malditos ojos color miel le hizo dar unos pasos hacia atrás sintiendo un fuerte ardor en ambas manos al punto de hacerlas temblar. Tanto odio no podía ser limitado y esas marcas en el cuerpo inerte eran causadas con odio, placer y sentían que Dios los miraba desde el cielo con una gran sonrisa al ver el arte macabro, creado por uno de sus pecadores.

— Lo único que hay, es una nota... lo llevaremos analizar — explicó Henry Martin un poco asqueado.

— ¿Qué dice la nota? — preguntó Reus. Henry solo se encogió de hombros para entregarles la nota ya que desconocía el idioma con el que fue escrito, Reus solo alzó una de sus cejas y enfocó su mirada en el inicial del escrito — Falsus in uno, falsus in omnibus... y trae una P, como inicial y en media de la nota.... — Dijo sin ninguna emoción en su voz — Es latín... los forenses se llevaran el cuerpo de ambos para realizar los estudios correspondientes. Será mejor regresar a la base, no hay nada aquí... y en unas horas no enviaran los resultados de los análisis y esperemos tener al menos una maldita pista de este gremio sin sentido — Reus soltó que gruñido al ver al pobre animal con una herida totalmente abierta en su estómago, donde habían encontrado la nota que era protegida por una pequeña bolsa de plástico.

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Nombre de la víctima: Desconocida.

Nacionalidad de la víctima: Desconocida, pero no es mexicano.

Fue apuñalado en varias ocasiones en el estómago, han sido interrogados los monaguillos, monjes y sacerdotes presentes en la misa, pero no ubican a nadie extraño rondando en toda la iglesia. De igual forma mencionan que es la primera vez que ven a este joven, el animal presentaba daño interno por envenenamiento y solo sirvió como sobre para entregar aquella nota.

David Beckham paso ambas manos por su rostro cansado mientras escuchaba aquel reporte del cadáver encontrado y de las entrevistas del día, Reus como siempre se sentó junto a su jefe entregándole un te amargo para tranquilizarlo ignorante de la mirada de Scaloni sobre de él — No huellas, no cabello... nada. — fue lo que dijo el británico escéptico de la perfección de este asesino o asesinos.

— Según el informe murió por apuñalamiento y le faltaron algunos órganos. Corazón y parte del intestino — explicó Henry un poco asqueado ante lo que decía, no hubiera imaginado que esto llegaría pasar en su bello estado.

— Es algún tipo de secta. No me sorprendería en lo absoluto — Rodrigo a pesar de mostrarse renuente en creer esa teoría, desvió la mirada, pero Lionel Messi siguió explicando — Al ser una ciudad tranquila, puede ser motivante para poder andar de aquí y para allá con esas ideas religiosas. Muchos rumores en esta ciudad como ser protegida por los carteles de narcotráfico y recordamos que ellos son los primeros en consultar en la santería y demás... —

— O tal vez eso quieren que creamos... — contrarrestó Reus un poco dudoso de la teoría del argentino — Estoy igual que el joven Rodrigo, discúlpame, Becky... pero seré sincero. Puede que solamente sea para despistarnos y poder realizar un gran cargamento o algo así, la gente de provincia suele ser muy crédulos —

— Quiero que inicien un operativo en la toda la costa y puntos estratégicos de la ciudad. Todos de civiles para no causar sospechas de igual forma estaremos al pendiente de todo, no quiero descartar ninguna de las ideas hasta tener algo más que nos pueda guiar, retírense.  — ordenó Beckham.

Todos se levantaron con pesar de sus asientos y agradecieron tener un poco de tiempo libre, tras un día agitado. Messi caminó en silencio hasta la salida de la fiscalía notando como el cielo estaba cubierto de algunas nubes grises; ladeo la cabeza mientras llevaba una de sus manos en su hombro recordado el ardor y la marca, tan solo movió un poco su cabeza para asegurar si era real o producto de su imaginación insana, pero para su sorpresa aun yacía ahí... fresca y morada que bajo su mirada para que nadie notara su miedo y pavor.

— Yo los llevaré a su hotel... así que muévanse — ordenó Reus sin mirar al argentino, Lionel se sorprendió al notar la palidez de aquel investigador extraño, pero no preguntó.

Todo periférico se encontraba un poco vació para sorpresa de todos, apenas eran las ocho de la noche ni siquiera el transporte público se encontraba abruptamente desesperante y repleto de personas que ansiaban regresar a sus casas después de una jornada larga de trabajo; ni siquiera la pandemia logró causar un toque de queda como este caso al parecer — La ciudad ha cambiado... siempre se mostraba alegre pero ahora... — dijo sin pensar Lionel captando la atención de Reus.

— ¿Ya habías estado aquí? — preguntó curioso, cortando con el silencio de los argentinos.

— Eh... Sí, viví aquí por un tiempo, pero por mis estudios tuve que... irme — fue lo único que pudo explicarle y la tensión se hizo más grande sin saber realmente el motivo.

— ¿Cómo sigue Beckham? — preguntó Scaloni.

Reus solo miró por unos segundos al argentino mayor a través del retrovisor, admirando sus ojos hasta que sonrió un poco de forma disimulada — Mejor, le deje una pastilla para que pudiera calmar el dolor de cabeza. Regresaré a buscarlo y llevarlo a casa — fue lo único que dijo.

Fue ahí donde Lionel Scaloni se preguntó, qué tipo de relación tenían esos dos.

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— ¿En verdad tenemos que ir, Rodri? —

— Todo saldrá bien, solo no le digas a ese bobo amigo tuyo. No lo soporto, Lionel —

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Lionel Messi no se percató del momento en que llegaron al hotel hasta que Scaloni lo tomo del brazo rompiendo por un momento el cortó recuerdo y solo sonrió apenado para irse corriendo a su habitación, donde se encerró en el baño para comprobar una vez más si aquella marca en su hombro era real.

Volvió a maldecir en voz alta.

No tenía ninguna marca ahora.

Su maldita cordura le volvía a traicionar y esas voces molestas buscaban quebrarlo nuevamente.

Yo haré tus temores reales...

Tu energía

Es lo mínimo que merezco

¿Me ves?

¿Me entiendes?

¿Me sientes?

¿Me escuchas?

— No vas a controlarme, déjame en paz... maldito muerto... — susurró entre lágrimas esa noche.

Queremos que te rindas por nuestros aplausos, Lionel Messi.

Queremos su sangre...

Feliz aniversario, amor.

Feliz aniversario, amor

Feliz aniversario, amor

Feliz aniversario, amor

Feliz aniversario

Feliz aniversario

Feliz aniversario de mi muerte