Cuarta trompeta: Sonrió cuando los ángeles merecen morir

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La gran estrella brillaba con fuerza en estos días creando golpes de calor en toda la ciudad, Lionel Messi no podía contener esa preocupación con nada y solo veía como todo se iba oscureciendo; El sol, la luna y las estrellas no brillaban con la misma emoción que antes y presentía que solo alumbraba sus errores del pasado donde cada vez que miraba a sus amigos notaban como por dentro ardían sus almas.

La mente de Lionel Messi miraba entes sin rostros en todos lados, notando como señalaban al fantasma de Guillermo que no lo dejaba en ningún momento donde sentía un zumbido en sus oídos que lo torturaba con una fuerte migraña excepto a Reus que no mostraba signos de algun tipo de sufrimiento y en esos momentos Messi se preguntaba ¿Realmente se preocupaba por los pequeños?

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay de los habitantes de la tierra cuando suenen las tres trompetas de los últimos tres ángeles que están a punto de tocar! 

— No estoy de humor, Guille — susurró el argentino mientras se miraba por el espejo con un cepillo en una de sus manos, trataba de arreglarse para continuar con la investigación y encontrar a los pequeños.

¡Despierta!

Recayó en un viejo hábito de ocultar sus cicatrices en sus brazos que le ayudaba a desvanecer las sacudidas que sufría dentro de sí.

Aquí vas a crear otra fábula ¿Hasta cuándo?

— Lio ¿Estás listo? — preguntó Reus preocupado que no dudó en abrazar con fuerza a su pareja para tratar de calmarlo un poco, aunque fue en vano y solo veía como lloraba mientras susurraba miles de disculpas a un fantasma provocándole una extraña sensación así que solamente dejó que el corazón de Messi liberar todo su dolor.

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu

¿Por qué me has abandonado, Lionel?

En tus pensamientos, me has abandonado

En tu corazón, me has abandonado

Sonrió cuando los ángeles merecen morir

— ¿Qué pasa, Lionel? Por favor, habla. — rogó Reus desesperado mientras abrazaba con fuerza al argentino que se aferraba al más alto y permitió su corazón sincerarse por primera vez.

— ¡No me juzgues! Te contaré el dolor de mi corazón y el motivo del porque en realidad... no merezco ser feliz — respondió en un llanto desesperado tomando por sorpresa a Reus quién se alejó un poco para sentarse en la cama en espera de esas temidas palabras de su pareja.

— Todo comenzó el día 26 de noviembre, cuando conocí a Guillermo Ochoa y... —

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.

.

Y desde ese día ambos se volvieron inseparables, a pesar de los dos años de diferencia que tenían lograron congeniar, aunque Jorge Messi al enterarse de los rumores acerca de esa familia no dudó en prohibirle a sus hijos saludarlos. Pero eso no fue impedimento para encontrarse en la escuela o los fines de semana por el catequismo donde por devoción de ambas familias eran grandes católicos que vivían con los diez mandamientos.

O al menos eso decían ambas familias.

Habían roto el 3, 7, 8, 9 y 10.

No tomaras en vano el nombre del señor tu Dios.

No cometerás adulterio

No robarás

No darás falso testimonio contra tu prójimo

Lazos perversosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora