Destino final

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Parte II

— ¡Lionel! ¡Lionel! — gritaba con desesperó Manuel Neuer mientras era retenido por Zidane, al ver a su compañero perderse en el fuego y sintió su corazón desesperado, algo dentro de él le provocaba seguirlo.

Lionel Messi buscaba con desesperó a Guillermo Ochoa, no quería perder a nadie más y siendo sincero consigo mismo ansiaba una explicación por parte del gemelo mayor. Juraba que escuchaba el sonido de las manecillas del reloj resonar por todo el lugar admirando como el fuego iba consumiendo todo a su paso ¿Desde cuándo se había formado una gran laberinto? Maldecía internamente no encontrar al mexicano.

No todo lo que amo tiene que morir, no, de ninguna manera.

Despierta

Despierta

Despierta

Despierta

Despierta

Por favor... despierta

Un fuerte llanto resonaba en el lugar y Lionel Messi se detuvo cerca del carrusel que era consumido por las llamas del infierno, contuvo la respiración unos segundos al reconocerla. Era la misma donde tuvo su primera cita con el gemelo menor, recordaba como sus ojos brillaban y rizos se movían por el aire mientras giraban sobre los caballos de plástico, riéndose de cualquier tontería que decían esa noche.

Esa noche recordó que al bajar se encontró con el otro gemelo quién lo miraba con aquel mismo brillo de cariño, pero la voz de su novio lo distrajo y se fue corriendo para ocultar su rostro en su pecho para escuchar como su corazón latía emocionado; fue su primer amor y siempre lo había atesorado. Inclusive algunas veces se sentía celoso de como ambos hermanos eran los confidentes de uno y el otro, sentía la absurda sensación que era desplazado.

Ahora que lo piensa, debió percatarse que fue el amor de ambos gemelos.

Empezó a correr con todas sus fuerzas tratando de seguir aquel llanto desesperado de Francisco quién evitaba renunciar a la felicidad que tanto le prometió a su querido hermano, quería venganza, pero a la vez protección para Guillermo. Francisco lloraba de una forma desconsolada mientras Javier y Pablo miraban todo en silencio, escuchando las maderas crujir, solo era entes que buscaban venganza, deseaban salvar al humano. Aunque solo eran espectadores para lo inminente, se sentaron junto a Francisco para consolarlo mientras escuchaban los latidos del mexicano, estaba inconsciente y el gemelo menor se encargaba de mantenerlo con vida con la esperanza de que alguien llegara a su rescate.

No todo lo que amo... debe morir

Nunca me agrado que algo me gustara

No soy feliz, cuando estoy feliz

Porque sé que puedo perderlo todo, como esa tarde en que morí...

Quién me ame sufrirá

Lo que amo, no siempre tiene que destruirse

Guillermo

Vive

Vive

Vive

Vive

Vive

Vive

Vive

Vive

Vive

Vive

Vive

Vive

Vive

Lazos perversosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora