Sexta trompeta: El sello roto

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El segundo ¡ay! ya pasó, pero vienen todavía otros dos.

Lo primero que hizo Lionel Messi al darse de alta fue regresar al circo y caminar por todo el lugar, donde justamente se había encontrado a ese bufón, aunque al preguntar por él todo se extrañaban ante ese nombre ni siquiera Reus le creía, pero no lo culpaba, era un hombre que dependía de los medicamentos y... — Llevó varios días sin tomarlos, por cierto... — se dijo así mismo y fue corriendo a su habitación a buscar el frasco.

Saco todo de su maleta, pero no los hallaba ¿los había perdido durante el cambio?

Ahora que lo meditaba desde hace algunos días no había tenido alucinaciones y tras la llegada del circo es que había empezado a sufrir de esas pesadillas estando despierto, fue en ese punto donde empezó a cuestionarse todo. Aunque todo quedó en el olvidó cuando escuchó ajetreo en la sala y vio a Reus preparando dos tazas de café — Buenos días... — dijo apenas en un susurro y el mencionado se giró con una leve sonrisa.

— ¿Ya estás listo, cariño? Tenemos que ir directo a la oficina. Al parecer descubrieron algo sobre tu hermano — explicó Reus.

— Estoy listo — respondió y abrazo al más alto con fuerza para poder esconder su rostro en su pecho en busca de esa calidez que tanto amaba — Por favor, si Zidane empieza a cuestionarme... no interrumpas ¿Quedó claro? No quiero que demos sospechas erróneas y recuerda que todo es por los niños — explicó el argentino y Reus no tuvo más opción que aceptar ese pedido a regañadientes.

He esperado demasiado

Los momentos pasados, ahora están desperdiciados

Guillermo Ochoa estaba sobre la mesa sentado y observado como esa pareja de devoraba a besos, hizo un leve puchero hasta que sintió la mirada de uno de ellos optando por dejarlos en paz. ¿Cómo es que ese fantasma podía actuar como si estuviera vivo? La pregunta de Lionel Messi retumbaba en su mente y es que inclusive juraba que estaba siguiendo las indicaciones de alguien.

Ambos regresaban a la fiscalía en contra de su voluntad y Zidane solo explicaba la vida de Rodrigo Messi. Mano derecha de unos de los narcotraficantes más peligrosos y buscados en todo el continente, que al parecer había realizado un ajuste de cuentas en este país donde tenía varios cargos por agresión física, abuso y tráfico de drogas, así como posesión de armas — Una gran minita de oro, el tocayo — expresó Rodrigo de Paul y se ganó una mal mirada de Beckham.

La lluvia no dejaba de caer con fuerza en todo la ciudad y los celulares de todos resonaban con fuerza, recibiendo las noticias que transformaban la extraña psique de Lionel Messi ¿Cómo es que esas personas del pasado tenían que ver con todo el caso actual? Por más que pensaba en los miles de conexiones entre los vínculos no podía hallar algo en concreto y cada vez todo se iba derrumbado.

Necesitan un milagro y no la caridad de alguien.

— No empieces — expresó Reus mientras observaba a De Paul refunfuñar y la voz de su Guillermo volvió a desaparecer abruptamente para su sorpresa ¿Y por qué un fantasma le haría caso a un ser vivo quién ni siquiera le miraba o sabía de su existencia?

Zidane junto con Reus y Lionel Messi se dirigían al circo Arca de Noé donde Antonia lloraba por la crisis que sufría al descubrir dos partes de dos cuerpos en todo el circo colgados. Reus contuvo la respiración por unos segundos asustado por todo e Invek fumaba algunos cigarrillos hasta que Serika, el jefe del circo salió a recibir a los oficiales permitiéndoles realizar el peritaje correspondiente — ¿Cómo es que sucedió todo esto? — preguntó Zidane.

— No lo sé con exactitud. Quién encontró todo este caos en mi circo fue Antonia junto con Invek... ni siquiera sabemos quienes son estas personas — confesó Serika temeroso.

Lazos perversosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora