Allí estaba, acostado sobre la enorme cama del soviético. Dejaba caer su cabeza en el borde del colchón provocando que viera todo a su alrededor al revés, contando aquel télefono negro sobre la mesa hecha de un roble caro. Llevaba esperando la llamada de U.R.S.S.
El ruido de su panza dió a entender lo hambriento que estaba.
Parándose de golpe y un poco mareado se dirigió hasta la cocina. Se agachó y abrió la despensa encontrándose en ella...
_frijoles... _. Dijo desanimado.
Con decepción tomó la lata en sus manos leyendo el contenido en ruso completo. _¿Realmente comía esto en la guerra? _. Se preguntó recordando como el soviético le contaba cómo se alimentaba en víspera de guerra.
En un suspiro terminó dejando de forma bruta la lata en su lugar. Era mejor aguantarse las ganas hasta que lo único que haya sean esos frijoles.
Con fuerza apoyó los brazos sobre la mesada subiéndose en ella. Cualquier cosa se cruzó por la cabeza. Recordando algún libro, juego o hasta chiste para entretenerse.
Tock tock
Sintió cada músculo de su cuerpo tensarse. Giro con su rostro viendo la puerta con los ojos abiertos.
Tock tock
De vuelta se escuchó pero esta vez más fuerte, haciendo que se impaciente. ¿Habrá cerrado la puerta?
_Привет...¿здесь есть кто-нибудь? // Hola...¿hay alguien ahí? _. Se escuchó por el otro lado de la puerta. Era ruso, lo entendía perfecto.
Se bajó de la mesa para esconderse bajo ella. ¿Quién conocía este lugar? ¿Sería algún amigo de Rusia? ¿Aquellos altos con uniformes de soldado? Sus piernas temblaron.
El sonido de unas llaves se hizo presente y el miedo volvió a apoderarse en todo su cuerpo. Fueron puestas en la puerta para proceder a abrirse de a poco hasta dejar ver unas botas negras llenas de nieve.
Sintió como el frío llegó hasta su cara. Podía ver el paisaje blanco.
Lo único que hizo fue hacerse más chiquito en su lugar con la esperanza de que no lo viera.
Vio cómo sus pasos fueron recorriendo el comedor hasta estar al lado de la mesa. Empezó a lloriquear al ver cómo se detuvo en su lugar, arrodillándose y esperando lo peor cerró fuerte sus ojos cuando sintió la mirada del desconocido en su ser.
Su miedo se transformó en curiosidad al ver el hombre con ushaka que tanto confiaba su padre. 'Александр'. Pensó.
El hombre sonrió al ver al pequeño.
_Август _.
Escucho aquel nombre.
Recordó cuando se sentó en la silla con U.R.S.S frente suyo buscando un nombre humano.
¿Cuántos habrá tenido? ¿Seis, siete, ocho años?
Recordó como sus ojos brillaron ante escucharlo. Аugusto. Sonaba perfecto en cualquier boca. Recordó que los humanos no podían verlo como un país sino como uno de ellos, como una simple persona.
Una mano negra se extendió hasta él.
Los guantes dejaban pasar todo el frío de su mano. Todo lo contrario a lo que debían hacer, lo pudo sentir, cómo llegó hasta la suya. Tomó su mano y con cuidado salió de allí bajo.
Ante la luz que traspasaba la ventana pudo verlo mejor. No sé alejaba del aspecto de U.R.S.S. Su cabello era de un rubio oscuro, casi un dorado. Sus ojos, verdes como los árboles de oliva que solía ver en los libros. Nada comparado al menor, con sus cabellos castaño oscuro y ojos café claro.
_Август, ¿Как мой хороший друг? // Augusto, ¿Cómo está mi buen amigo? _.
Extrañaba esa sensación que no le brindaba ni el soviético. Su voz le hacía sentir más familiar, más acogedora, que hiciera cálido el ambiente.
Con una sonrisa en su rostro lo vio. Cómo su rostro brillaba por la luz resplandeciente del sol.
_хороший... _.
︵‿︵‿୨ ୧‿︵‿︵
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𝚄𝙽 𝚅𝙸𝙴𝙹𝙾 𝙼𝚄𝙽𝙳𝙾 𝙿𝙰𝚁𝙰 𝚄𝙽 𝙿𝙰𝙸́𝚂 𝙽𝚄𝙴𝚅𝙾
Historical Fiction¿Qué harías si estuvieras desde que naciste encerrado con un hombre que te oculta del exterior? Escapar, obvio, es instinto querer vivir de otra manera, ver las cosas de otra manera, sentir las cosas... de otra manera. Argentina vivió con U.R.S.S d...