En un lento movimiento sus ojos se abrieron. La luz de la ventana lo había despertado, podía ver perfectamente los copos de nieve caer. Por fin era navidad.
Se levantó sintiendo un olor del comedor. Alejandro debía de tener algo listo para desayunar.
Rápidamente puso en sus pies las pantuflas y salió con una sonrisa de la habitación.
Su predicción fue cierta, lo vio de espalda, con su cabellera rubia mientras salían aromas por delante de él. Estaba preparando un desayuno. Camino hasta la radio de la mesada y la encendió con la esperanza de dar a entender su presencia.
Y así fue
_Augusto, estás despierto _. Dijo volteando su cabeza hacia él.
El menor sonrió y se sentó detrás de la isla, apoyando su cabeza en sus brazos mientras lo miraba. En la radio pasaba una cálida melodía.
_cierra los ojos _.
Puso unos panqueques recién hechos y un jugo de naranja delante de él. Luego de unos segundos los abrió encontrándose el deléitate palto frente suyo y el hambre en su estómago comenzó a incrementar. Agarró sus cubiertos y el primer mordisco no se dió a esperar, sus ojos se cerraron para saborear el bocado.
_esto está muy bueno _. Dijo con comida en la boca y señalando con el tenedor la comida. _podria decir que cocinas mejor que él _.
El contrario río y limpio sus manos para sentarse del otro lado de la isla, frente de él.
_él vendrá hoy por la noche...podremos leer algún cuento, jugar o cocinar _.
El menor no lo vio hasta dar el último bocado y sorbo al jugo. Trago y hablo.
_esta bie- _. El sonido de un teléfono sonar retumbó desde la oficina hasta la cocina e interrumpió su hablar.
Sin que el mayor se diera cuenta el pequeño ya estaba en el pasillo corriendo hasta la oficina. Lo siguió sin más remedio, no debía entrar allí, y mucho menos contestar.
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_Отец, это я. // Padre, soy yo.. _. Argentina miraba un punto fijo mientras en su mano estaba el teléfono negro. Si no prestaba atención podía escuchar a Alejandro en el otro lado de la puerta pidiendo que la abriera. La forma en la forcejeaba era brusca pero ambos sabían que era en vano, estaba cerrada.
_Нам нужно поговорить... Постараюсь встретиться на этой неделе. // Necesitamos hablar...intentaré reunirnos en la semana _.
"hablar" "semana" palabras sueltas era lo único que escuchaba.
¿Se habrá equivocado por teléfono?
No, no era probable.
_¡Augusto! ¡Habré la puerta! _.
_С Рождеством, твой сын, Украина // feliz navidad, tu hijo, Ucrania _.
Un sonido extraño dió a entender la llamada acabada, pero aún seguía con el teléfono en su oído con esperanza de oír algo más.
"Hijo" "Ucrania"
Vio aquel nombre en los libros de historia. Ucrania, no sabía su bandera, no había fotografía de él por ningún libro, cada vez que veía esa página parecía haber sido arrancada, como si alguien intentará no recordar o reconocer aquel país. Nada tenía sentido y con sus ojos caídos y desanimados dejó el teléfono de vuelta en su lugar.
Otra vez el ruido seco de alguien golpeando la puerta inundó su cabeza. Alejandro.
Dió vuelta la llave y el mayor entrando abruptamente lo asustó ¿Por qué los hombres parecían más altos cuando se enojaban? Pensó.
_no vuelvas a hacer eso _. Dijo en tono serio, mirando al pequeño, quien fue jalado del brazo hasta fuera del lugar.
No importaba si luego U.R.S.S lo castigaba por entrar en su oficina. Quería saber. La curiosidad lo invadía.
Y la palabra volvió, "hijo" "padre".
_lo siento _. Se disculpó.
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𝚄𝙽 𝚅𝙸𝙴𝙹𝙾 𝙼𝚄𝙽𝙳𝙾 𝙿𝙰𝚁𝙰 𝚄𝙽 𝙿𝙰𝙸́𝚂 𝙽𝚄𝙴𝚅𝙾
Historical Fiction¿Qué harías si estuvieras desde que naciste encerrado con un hombre que te oculta del exterior? Escapar, obvio, es instinto querer vivir de otra manera, ver las cosas de otra manera, sentir las cosas... de otra manera. Argentina vivió con U.R.S.S d...