Estaba él mirando con desprecio al niño frente suyo. Adolorido, Argentina, tocaba su rostro, la golpiza que recibió fue algo que lo dejó aturdido. Lágrimas resbalaban en silencio, era solo un niño.
_No te mereces nada de lo que he dado _. Dijo mirando sin indiferencia _Tampoco que te hayan puesto en mis brazos _.
Con la cabeza gacha recibía cada palabra como una cachetada, dolían más que aquel moretón. ¿Merecía eso? Cuestionaba a través de su hablar. Ese día algo cambió.
Con lentitud se levantó del suelo y lo miró, ya no el hombre que le dio un techo y comida, era un extraño. Sus miradas se cruzaron y un silencio invadió la escena. U.R.S.S también lo vio, no como el niño indefenso en sus brazos que le dio un rayo de esperanza en algo perdido, era...otro extraño.
Ese momento lo basto todo, el mayor ya era consciente del odio que sembró al menor y lo peor, es que era tarde.
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No iba a ocultarlo, la culpa lo invadía. Su brazo cubría su rostro recordando cómo reaccionó, debía disculparse y ese era el momento. Por los rayos del sol sabía que era otro día. Se paró fuera de la puerta y por aquel pasillo, al fondo, estaba su habitación. Cada paso resonaba en la madera, respiraba hondo mientras pensaba en cómo hablar con su muchacho. Se detuvo antes de abrir, por la cerradura un viento fresco rozaba su antebrazo y suponiendo lo peor, entró.
Su mano apretaba la manilla y contuvo su respiración, sintiendo el sol hasta su rostro y la brisa fresca que entraban por la ventana abierta. Las cortinas bailaban en el viento, lentamente un sentimiento lo invadía, ese que ya había conocido antes, cuando perdía a alguien. Sus ojos pesaban y su cuerpo lo traicionaba. Con pasos lentos se sentó en la pequeña cama, frente al paisaje, en sus manos tenía su peluche, que sujetaba con cuidado.
_Arge _.
Sus palabras eran borradas por el silencio. Suavemente se acostó en la cama, con sus ojos cerrados y apretando el peluche. Quería borrar el sentimiento de abandono, soledad, necesidad de haber tenido más tiempo a su lado. La habitación se tornó fresca como la mañana nueva y de fondo escucho a lo lejos el chirrido de los raíles, indicando que su pequeño ya se había ido, volviendo a ser él solo y su soledad.
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"Extrañare esta ventana" Pensó, sus pies descalzos tocaron el frío suelo de madera, sintiendo como subía hasta su nariz. Miro con duda el bolso lado suyo, con ropas, libros y cartas. El tren pasaba a primera hora, debía encontrar una forma de salir de allí.
Miro el espejo de su cuarto, una sensación invadía su cuerpo, ¿Desesperación? ¿Miedo? No. Era tranquilidad.
Recordó cuando estuvo con Nikita, la promesa de ir a su hogar, un mejor lugar.
Vivían en una casa de campo, alrededor de Moscú. Si todo sale bien debía llegar al anochecer, tenía dinero, robado, pero al menos tenía.
Los primeros rayos se hicieron presentes en su rostro y en la habitación, Abrió la ventana sintiendo un frío abrazador y saltó la sobre ella. Sus piernas temblaron por un instante y un suspiro salió de sus labios, cerró sus ojos y levantó su mentón, bajo los peldaños caminando sobre el sendero hasta los árboles, siendo solo él y sus pisadas.
Un sonido lo hizo mirar a su derecha, donde el lago relucía el sol con su claridad, unos patos, sumergiéndose en las aguas, una sonrisa fue inevitable en su rostro y fue ahí que los recuerdos pasaban como imágenes borrosas. Él y U.R.S.S, alimentando los animales del lago, jugando a la escondidas o ver los insectos por todo el lugar.
Su risa, plasmada en su mente como todo aquel paisaje que lo rodeaba repleto de recuerdos, su ceño se frunció y bruscamente volteo a lo que hizo llamar hogar, dudó si debía dejarlo solo, si debía realmente salir de ahí. Como un pájaro en una jaula se sentía, cual puerta estaba abierta frente suyo, con un mundo nuevo que experimentar y conocer.
Debía aprender a soltar, debía hacerlo para poder vivir realmente y con esto en mente se dirigió por los pinos de aquel bosque donde un tren estaba listo para partir.
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Hola, me agarró un ataque y empecé a borrar todas las historias y capítulos, ya recupere la cordura. Saludos.
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𝚄𝙽 𝚅𝙸𝙴𝙹𝙾 𝙼𝚄𝙽𝙳𝙾 𝙿𝙰𝚁𝙰 𝚄𝙽 𝙿𝙰𝙸́𝚂 𝙽𝚄𝙴𝚅𝙾
Historical Fiction¿Qué harías si estuvieras desde que naciste encerrado con un hombre que te oculta del exterior? Escapar, obvio, es instinto querer vivir de otra manera, ver las cosas de otra manera, sentir las cosas... de otra manera. Argentina vivió con U.R.S.S d...