PRETENDE SER MEJOR

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DÍA 2

Rose despertó con el cuerpo relajado, como si realmente hubiese descansado. Volteó con cuidado un poco solo para darse cuenta que Coryo ya no estaba. Debía admitir que no le sorprendía. En su perspectiva, Coryo siempre fue un chico que cambiaba de opinión sobre ella constantemente. A veces ella para él era una chica molesta, en poco tiempo se convertía en su amiga... Después era solo una desconocida. No se tomó el tiempo de sentirse mal, se puso de pie y fue al cuarto de lavado para tomar su uniforme y ponerselo.

Ya estaba con sus adornos en su cabeza y maquillaje, solo cuando estaba escribiendo una nota escuchó golpes en la puerta de su tía Margrii. No estaba tranquila, para nada. Por lo general se acordaba de quitarle el seguro a la puerta antes de que se despierte... Esta vez fue distinto...

—¡Roselyn! ¡Roselyn!—le gritaba detrás de la puerta, desesperada gritando como loca. —¡Sé que estás ahí niña malcriada!

No iba a responderle, claro que no lo iba a hacer. Se pone firme y se va dejándola encerrada.






Antes de ir a la arena entendió un par de cosas antes de ver los juegos, estaba lista para hacer trampa por Wovey, no estaba lista para quedarse a ver como los demás tenían ventaja. Recordó lo que Dothy le dijo... Snow había ido al zoológico, estaba haciendo de todo para que Lucy Gray ganara, no era un interés normal, lo sabía. Entendía como la miraba, su teatro de anoche solo era un truco para que no se fuera porque estaba acostumbrado a que ella estuviera ahí. ¿Era un acto egoísta? Se podría decir que si.

Fue al laboratorio de Gaul y vio a algunos científicos ahí, por suerte eran relativamente amables, la dejaron entrar sin preguntas. Ahí hizo su movida, era una chica linda en medio de un montón de personas que tenían nulo contacto femenino, fue fácil que la ayudaran a arreglar un dron para que no se estrellara en la cara de Wovey, ellos prometieron no decirle a nadie, aunque ya no le importaba mucho que la descubrieran. Antes de irse, le dio la nota a los científicos con una sonrisa pidiendo amablemente que la pusieran en el paquete.

Así pudo ir a la arena, ya todos estaban ahí, lo que le sorprendió fue que Tigris estaba ahí también, que al mirarla se pone de pie y la saluda con un abrazo.

—Coryo me dijo lo que pasó anoche, me alegra que estés bien—le dice Tigris en el abrazo. Cuando se separan Rose tiene que poner la cara más alegre que pudo. Coryo no le dijo nada más aparte de eso, la relajaba.

—Estoy bien—Rose voltea a las sillas de los mentores y después vuelve con Tigris. —Me alegra mucho verte. Tengo que irme.

—Claro, suerte—le responde.

Camina sin ver a otro lado, solo en su silla. Estaba concentrada en sus asuntos cuando escucha que Festus la llama detrás de ella.

—¿Qué quieres Festus?—le pregunta Rose volteando a verlo.

—Nada, solo quería verte la cara. Te ves distinta—le dice y Rose levanta las cejas por su extraño comentario. —Además escuche algo en el hospital, están diciendo que tu y Coryo son...—Festus hace un gesto con las manos que Rose entiende.

La chica le da un manotazo en las manos para que desapareciera ese gesto.

—No. No es verdad—dice Rose.

—¿Segura?

—Completamente—le responde yendo a su silla.

Estaban listos para comenzar otra vez, tomó su pantalla y busco algo de pan para Wovey. Rose estaba dispuesta a no voltear, pero alguien la tomó del hombro. Supuso que era Clemmie como la última vez así que solo levantó la mano. Pero volvieron a tocarle el hombro así que se giró disgustada.

—Coriolanus te habla—le dicen y Rose voltea a ver a las sillas del distrito 12. Coryo la saluda como si no se hubiese ido sin decir una sola palabra.

Se volteó a la pantalla disgustada...

Claro, lo estaba sintiendo demasiado real, los dos no tenían ni en qué caerse muertos, tenían casas deplorables, ella tenía una pésima reputación, la mayoría de las personas de ahí no la respetaban. Incluso estaban viéndolo a él de otra manera solo por entablar una conversación entre ella y Sejanus. Lo que dijo fue impulsivo, y estaba segura de que no iba a volverlo a decir. Estaba cansándose de ser la segunda opción de Coriolanus Snow.

Lo decidió cuando puso en su pantalla el pan para Wovey. Lo anunciaron y la mayoría se sorprendió por la velocidad de ese dron. Era rápido, pero no amenazaba la vida del tributo en el proceso.

Rose sonriendo escucha al Sr. Flickerman dijo que algún dron tenía que funcionar y que ella tenía suerte. El pan llegó a salvo a Wovey, en la pantalla se ve a la niña abriendo el paquete y sacando un papel, una nota.

—¿Qué es eso? ¿Alguien sabe lo que dice?—pregunta el Sr. Flickerman a la producción. —Señorita Zsasz, ¿nos podría explicar que tiene ese paquete?

—Es pan...—responde Rose. —Le pedí a la producción que le dieran una nota a Wovey. Dice que la estoy viendo.

Ahí las cámaras por fin pueden ver el papel con la letra de Rose.

Fue lo único bueno que pasó esa mañana, ya que comenzó poco después la conmoción, los tributos del distrito 12, Jessup estaba persiguiendo de forma amenazante a Lucy Gray. Le parecía preocupante, ella los había visto, eran aliados, ¿por qué le estaba haciendo eso?

Ella como todos estaban viendo las pantallas atentos a lo que podría pasar.

—¿Crees que si la mate?—le pregunta Pup al lado de ella, el mentor de Lamina. Rose negó con la cabeza.

—No estoy segura—responde Rose sin dejar de ver la pantalla. La veía correr, Lucy trata de subir a las gradas cuando hay una imagen en primer plano de la cara de Jessup.

—Espuma en la boca—murmura Pup.

—Tiene rabia...—comenta Rose mientras le temblaban las manos. —, ya está muerto...

—¿Por qué lo dices?—le pregunta Pup viéndola.

—La rabia no tiene cura—responde sin dejar de ver a Jessup gritar.

Rose grita un poco para ver a Coryo que le estaba rogando a Lysistrata algo. La chica le envía agua y con ello, asusta tanto a Jessup que cae de una gran altura. Lucy se quedó con él hasta que falleció y la campana sonó. Lysistrata se fue de ahí como se supone debería.

Coriolanus estaba aliviado, pero olvidó contar que Lucy Gray estaba desprotegida ahí afuera. La pandilla de Coral fue contra Lucy Gray.

Rose se acomodó en su silla esperando a que algo pasara, da un suspiro y observa.

—¿Desde cuando tan relajada, Rose?—le pregunta Vipsania, la mentora de Treech.

—Desde que me di cuenta de que estos juegos están por acabar—dijo Rose mientras trataba que sus manos dejaran de temblarle. Viendo las pantallas, se sorprendió al ver muchos drones volando a Lucy Gray y al estar rodeada por otros tributos, estos drones los golpeaban a ellos.

—Esos drones no son muy buenos—comenta Flickerman.

—¡Oye!—grita Vipsania. —¡No puedes atacar a los tributos!

—Solo estoy mandando agua—responde Coryo. Rose se aguanta la risa viendo a Vipsania enojada. Esa risa amarga se extingue en el instante que nació. ¿desde cuándo se había vuelto tan insensible?

Con el escándalo llegó la calma... y con esa calma, la manada de Coral fue tras Lamina.

LAS ESPINAS EN LAS ROSAS | Coriolanus SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora