DILE QUE NO

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Nunca le había dicho que paso conmigo en los días oscuros, algunos pensaron que había muerto, nadie me buscó, solo él… Jugué a las escondidas con el mayordomo, y gané.

























🥀

El alcalde se había vuelto loco, su hija y su novio murieron… Eso era triste, pero no podía darse el lujo de sentirlo, al día siguiente iba a irse al distrito 8, tenía planeado seguir siendo enfermera, pero si conseguía trabajo en una fábrica de textiles sería lo mejor que le podría haber pasado.

Tenía su maleta lista, y ya se había despedido de Constance y de la Doctora Croco y las pasantes… estaba lista para irse, de su tocador tomó su labial rojo, y se lo puso en el reflejo de su ventana, no tenía un espejo para eso… cuando estaba lista se fue, habían convocado una audiencia en el árbol del ahorcado. No fue, no estaba con ganas de ver morir a la gente, y a esa hora ya habrían muerto.

Coryo entró por la puerta confirmando que ya había acabado eso. Pero al verlo, estaba mal… llevaba con él una fotografía de Sejanus y él en los juegos… no estaba segura de lo que sucedió.

—¿Qué te sucede?—preguntó Rose preocupada.

Rose va con él solo para que esté se desmorona en sus brazos hasta que los dos quedaron en el suelo de rodillas.

—Coryo, hablame—le pide tratando de levantarle el rostro para verlo. Coryo no podía verla solo se la pasaba viendo el suelo.

—Sejanus… lo… yo, ay Rose.

—¿Qué le pasó a Sejanus?—le preguntó aún más preocupada, buscaba frenéticamente mientras trataba de hacer que Coryo la viera.—Coryo me estás asustando.

—Yo lo… lo colgaron hoy—confiesa Coryo rompiéndose.

—No… Cory, no, no puede ser, ¿Qué paso?—le preguntó Rose mientras comenzaba a llorar. Coryo ya no pudo contestar, solo se abrazaron ahí sin moverse por un rato. —¿Que sucedió?—siguió preguntando, pero Rose sabía que Coryo no iba a contestarle.

Coryo no podía contestar, nunca la había visto así de afectado en algo, y era seguro que el tampoco la había visto llorar de esa manera, parecían dos niños perdidos en un bosque oscuro llorando para que la luz de la luna los guiara por el camino correcto.

Coryo conoció primero a Sejanus antes que ella, pero estaba segura que Rose hablaba el doble con él… Eran dos inadaptados en el Capitolio. Rose maldijo bajo mientras se aferraba más a Coryo.

Coryo poco a poco guío su frente a la de Rose y así los dos con un aliento más calmado se quedan petrificados hasta que el joven Snow dirige sus labios a los de Rose de forma lenta y cautelosa, sus delicados labios ya juntos sintieron la calidez de ambos, la sal de sus lágrimas se mezcló y una pequeña estática en su cerebro los convertía en presos de un destello de deseo, no obstante, Rose se despidió del beso rápidamente, esto no sorprendió a Coryo ya que era un mal momento.

—Lo siento, Rose, lo siento—murmura Coryo manteniendo la cercanía.

Un pequeño escalofrío recorrió la columna vertebral de Rose cuando lo escucho disculparse, nunca se había disculpado, y no sabía si lo hacía con otras personas, pero con ella nunca había mostrado arrepentimiento de las cosas que le hacía pasar, solo le pedía que lo superará y siguiera adelante… está vez, solo está vez se escuchó sincero.

—Tranquilo—Rose posa sus manos en el rostro de Coryo y ultiliza sus pulgares para limpiar las lágrimas de Coryo. —Esta bien.

—Dejame quedarme aquí, te lo pido…

—Esta bien, quédate aquí—le responde mientras lo ve, él mueve un poco su rostro para besarla de nuevo, pero no quería incomodarla, Rose tuvo que hacerse al frente para volver a sentir sus labios contra los de ella.

Cuando ya estaban menos aturdidos, fueron a la cama a pesar de que era pelna tarde y el día aún no había acabado, ambos acostados uno frente al otro abrazados sintiendo la perdida de Sejanus.

—Me iré, Cory…—Coryo levantó la mirada para verla, ella sonreía un poco, aunque estuviera sufriendo.

—¿A dónde?

—Al Distrito 8—responde mientras Corto le peinaba el cabello hacia atrás. —Ya no quiero estar aquí…

—Yo tampoco me quiero quedar… tengo que irme—le dice Coryo.

—¿A dónde irás?—le preguntó Rose, Coryo la ve sin contestar. Eso significaba que no le iba a decir. —Es Lucy Gray, ¿Verdad?

—¿No quieres venir conmigo?

—No puedes tenernos a las dos y lo sabes—le dice Rose rápido. —A mi no me gusta el bosque… mi bosque está hecho de concreto, ¿Entiendes?—le dice con un tono de compensación, no quería pelear con él, incluso aceptaba que no iba a quedarse con ella, pero… ella tampoco se quedaría con él ahora.

—Entiendo—le dice Coryo aferrándose un poco a ella.

Rose aprovecharía el tacto ahora, pero solo sería ese momento, Coryo y Rose candado de llorar y sentirse miserables cerraron los ojos, durmieron plácidamente esa tarde…



























Y Coriolanus Snow despertó sin tener a Roselyn Zsasz a su lado.

🥀




Roselyn Zsasz estaba preparada para subir a su tren, todavía sentía los labios de Coryo en su piel, su aliento y las algunas saladas de sus mejillas, le dolía su elección, pero no estaba devastada, sabía que iba a escojer al pájaro cantor en lugar de la Reina de la Basura.

Aunque eso ya no importaba, solo esperaba que el disfrutara la tierra, porque ella iba a disfrutar las telas…

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Capitulo cortito porque ya vamos a terminar, perdón por la ausencia🥀🩸

LAS ESPINAS EN LAS ROSAS | Coriolanus SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora