EL QUEMADOR

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Coryo camino de prisa a la enfermería con energía y confianza. Este abre la puerta encontrándose con el pasillo de recepción que tenía las camillas con tres enfermeras limpiandolas. Al principio se sorprendió, no estaba acostumbrado a que en el hospital hubiera gente. Recordó de inmediato que Rose le avisó sobre nuevas enfermeras.

—¿Se encuentra Roselyn Zsasz?—preguntó en voz alta. Todas las chicas se veían mutuamente, o no la conocían por ser nuevas o no estaba, y le aterraba la segunda opción. —¿Está o no?

—La señorita Zsasz tiene el día libre hoy...—logró decir una de las chicas del fondo.

—¿Saben a donde fue?—preguntó Coryo. Las chicas ya no sabían qué contestar y lo entendía. No era como si un supervisor le dijera a los novatos dónde estaría en sus días libres.





































¿Quién era él para negarle un respiro? Estaba harta del olor a alcohol, medicina y enfermedad, necesitaba aire, caminar y conocer lo que hasta ahora ha sido su lugar. Vivía ahí y no conocía nada, estar por primera vez caminando por sus calles fue una completa maravilla, sentía que estaba volviendo a ver todo por primera vez. Tenía a su lado a Constance que la ayudaba a encontrar el Quemador. Tenía en mente ir desde que Leanus la invitó por segunda vez, debía ser un lugar divertido si todos lo frecuentaban. Después de caminar un rato llegaron a ese lugar. Era rústico y con mucha gente bailando.

—Fabuloso, ¿no crees?—pregunta Constance viendola mientras se toman de la mano.

—Alucinante—contesta Rose viendo fascinada el lugar.

—Vamos a beber algo—propone Constance guiándola mientras Rose solo veía a todas partes maravillada por el lugar.

Podía sentir la alegría del momento, esa satisfacción momentaria llamada fiesta. Le gustaba no poder dejar de sonreír. Era una sensación satisfactoria. Estaba viendo a las personas bailar cuando Constance le muestra un tarro de cerveza local. Esta lo bebió y hace una mueca extraña provocando que su amiga soltara unas carcajadas escandalosas.

—¿Nunca habías probado cerveza? ¡¿Es en serio?!—le dice Constance dándole un pequeño masaje en la espalda.

—Nunca tuve la oportunidad—le responde Rose tratando de acostumbrarse al sabor. —Sabe horrible...

—¡Vale! No te preocupes, siempre hay una primera vez para todo, y te aseguro que después de un par de tragos te acostumbras—comenta dandole unas palmadas en el hombro.

Ambas habían ido con el fin de divertirse ellas solas. Rose le contó lo que había pasado con Coryo y esta enfurecida le dijo que no iban a salir del Quemador hasta quedar inconscientes o hasta que las echaran del lugar.
Estaba feliz, bailo con Constance hasta que se encontró con Leanus le pidió bailar con ella, estaba por aceptar cuando a lo lejos vio a esa chica que tanto estaba esperando ver.

—Lucy Gray...—murmura Rose sonriendo un poco. —Bailaremos otra pieza.

Leanus sonrió por la manera en la que Rose se expresaba, le llamaba pieza a las baladas.
Rose fue pasando entre la gente viendo en frente de ella a Lucy Gray, estaba por alcanzarla cuando ve que está se comienza a alejar hasta el otro lado del escenario donde estaba menos concurrido. Roselyn no podía ver bien con quién estaba hablando, pero cuando se acercó ve a Coryo con ella. La enfermera respiro. No quería armar historias equivocadas en su cabeza, pero cuando los ve besarse fue cuando sintió sus venas retorcerse.

Ella nunca había besado a Coryo, sentía que estaba faltando al respeto o algo así... O bien, ni siquiera sabía porque le daba tanta pena tan siquiera insinuarsele. ¿Será por eso que...? Era una santurrona, no podía evitarlo... Nunca había tenido nada con nadie, los chicos ni siquiera se le acercaban.

Rose tragó saliva dispuesta a irse de ahí, ya ni siquiera sentía el alcohol en su sistema, solo quería volver a la clínica y unirse en trabajo, tal vez eso la iba hacer olvidar algo.

Eres una estúpida, Rose. Coriolanus es un Show, y tú solo eres la hija de un fabricante de veneno y una cirquera se decía mientras apretaba sus propios puños hasta que se detuvo en medio de la pista cuando todos estaban bailando, ¿En qué momento la banda volvió a tocar? Estaban a su alrededor bailando con la voz de Lucy Gray.

Rose veía alrededor de si misma para encontrar una salida de la pista, pero había tanta gente animada que no podía  encontrar una salida. Estaba desesperada cuando sus ojos se posaron en Lucy Gray en el escenario cantando sus baladas, animando a todos en el lugar.

Era preciosa... Era talentosa... Era perfecta...

Rose comenzó a caminar hacia atrás tropezando con un puñado de personas que habían estado bailando alegres hasta que Rose se les tiro encima haciéndolos caer, esto provocó que Lucy Gray dejara de cantar y viera el desastre.

—¿Se te pasaron las copas rojita?—escucha Rose una voz masculina en alguna parte mientras se trataba de levantar.

Puso haber terminado en una pelea de no haber sido por la cantante.

—Tranquilos, los accidentes pasan... ¿Estás bien, cariño?—le pregunta Lucy Gray a Rose que estaba siendo ayudada por dos personas a ponerse de pie. Cuando Rose levantó la mirada ve a Lucy que sonríe encantada de verla. —¡Roselyn Zsasz! La diseñadora...

Coryo no le había dicho que estaba ahi, por eso su sorpresa. Rose trató de sonreír al verla, todos la tenían en la mira... Lucy Gray conocía a la enfermera.

—¡Volveré! Quiero dialogar con mi amiga Rose—Rose no podía odiarla... Estaba siendo amable con ella y eso le dolía.

La banda siguió sin cantante, solo instrumental mientras Lucy bajaba del escenario. Antes le había invitado a ir tras bastidores, y así fue como Rose camino detrás de ella nerviosa, pero ante los ojos de Lucy ella estaba bien, Rose sabía cómo poner una buena cara, lograba convencer a todos de que nada pasaba en casa, podía hacerlo ahí también.

—¿por qué estás aquí?—le pregunta, pero más que una interrogatorio, era una pregunta inocente.

—Las personas toman desiciones—le dice sonriendole. —Lamenti lo de haya afuera, juro que no soy así nunca...

—Evita las formalidades. Ya no estás en el capitolio—le dice Lucy Gray.

Eso era verdad. Ya no estaban en el Capitolio.

—¿ya viste a Coriolanus?

Rose negó por mero impulso. —Estoy en la enfermería de los Agentes de la Paz, Cory... Coriolanus no es del tipo que se lastime...

—Debes quedarte, él está aquí, sé que son buenos amigos, imagino que le dará gusto verte.

Rose sonrió, no iba a decir más, estaba dispuesta y preparada para una despedida rápida e irse, pero la persona que cruzó la puerta de tras bastidores no la dejo. Coryo estaba ahí, trataba de no verse nervioso, lo sabía.
Rose sonrió haciéndole la vida más difícil, no iba a dejar que se fuera tranquilo... ¿Iba a tratar? Claro... ¿Ese era su mejor esfuerzo?

—Coriolanus Snow. Que alegría verte aquí—le dice Rose. —Que sorpresa...

—Roselyn—Rose al escucharlo sabía que le estaba pidiendo ir con él para hablar a solas, pero Rose en lugar de eso fue con Lucy y se puso a un lado suyo para después poner una mano en su hombro.

—Imagino que ya viste a tu vencedora, Coriolanus. Me alegra que esté sana—le dice y sigue sonriendo. —Me encantaría quedarme a hablar, después hablamos, pero me esperan afuera...

—Afuers, ¿Quién te espera?—le dice viéndola caminar a la puerta, este estaba por detenerla cuando Lucy lo toma del brazo impidiendolo.

—Tiene derecho a divertirse, nos vemos después. Tal ves el próximo fin de semana, en el lago, Coriolanus sabe dónde está, que te lleve—le dice Lucy Gray haciendo que Rose sonriera amplíamente y completamente satisfecha.

—Muchsd gracias, Lucy Gray. Claro que acepto.







LAS ESPINAS EN LAS ROSAS | Coriolanus SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora