Egoísta

Confesiones extrañas

El rubio, se había sentido un poco, por cómo había actuado Choji, así que después de pensarlo decidió, dejar de hacer aquello, quizás se había pasado, aparte de hacer que ahora cotillearan sobre el adolescente, pero esperaba, que así, él se diera de cuenta, de que era guapo, además tenía una gran anatomía, pensó al recordar lo de la mañana; más que nada, esperaba que ahora le fuese más fácil encontrar el amor, ahora que había despertado la curiosidad de las mujeres de la aldea, desconocía como eran las chicos que le gustaban al joven Akimichi, pero dejo aquello por la paz, al visualizar que estaba casi por llegar, sabía que todos lo volteaban a ver al no estar habituados a la vestimenta que usaba, irónico que al viajar se había dado cuenta que tan atrasada estaba la aldea, al igual que la mentalidad mediocre que las personas tenían, sobre los avances, ignoro a todos los hombres; civiles como ninjas, que le miraban sin descaro, empezó a subir las escaleras hacia la Hokage, internamente, sabía que las personas que se encontraban abajo tendrían una vista de su trasero, pero eso le importo poco; el Zorro solo se reía, al saber que aquel chiquillo, le importaba ya poco su apariencia, o lo que pensaran de él, su última estancia en aquella aldea donde vivía la amiga del viejo, solo había hecho que ahora evolucionara en esa persona segura de sí misma, atrayendo como imán a cualquier persona del sexo que fuera, solo por querer llamar la atención de la persona que lo había marcado, pero sobre todo, no sabía cómo es que aquel chico Nara, no relacionaba aquella mordida, que había hecho tiempo atrás, aparte de que no le preguntara al rubio porque tenía una, sabiendo que estaba por entrar a la habitación donde estaba la Hokage, libero más aquellas feromonas, el rubio, no se había dado cuenta, de que ahí estaba el chico al que deseaba con desesperación, riéndose, solo dejo que la sorpresa invadiera a todos. Mientras las personas que estaban abajo, les sangraba la nariz por la vista que habían recibido.

La puerta sonó, sorprendiendo a los que estaban del otro lado, ya que no se sentía el chakra de la persona que se encontraba del otro lado, a pesar de saber que el único que faltaba por llegar era Naruto, nadie relaciono que fuera este, ya que el no solía ser respetuoso.

-Pase -grito la Quinta.

Al abrirse la puerta, y cerrarse, todos, se sonrojaron sin razón, las feromonas se encontraban en el aire, afectaban a todos.

-Buenas tardes, disculpen la demora – comento aquella voz masculina, a pesar de vestir como una chica.

-Naruto, ¿Por qué demonios andas así de nuevo? -exclamo Sakura sonrojada de la cara, extrañamente para ella, ya que ayer la había visto así, pero ahora se miraba más hermosa y sexy.

-Deja ya de fastidiarme, puedo vestirme como quiera -respondió molesto, asombrando a todos, pero sorprendiéndose en especial el, por su actuar.

Sai empezó a reír, al parecer Naruto por fin había empezado a pensar en él.

Shikamaru solo miraba que todos empezaban a dejar de tener sus rostros sonrojados.

-Sakura, Naruto tiene razón, puede usar lo que quiera, es su cuerpo; los llame para hablar de su misión, no sobre como este vestido él, así que respeta a tu compañero -hablo molesta por la actitud de su pupila.

La mencionada, solo apretó su puño, guardando silencio, Naruto, fue que por fin noto que Shikamaru, le miraba, estaba por sonrojarse, cuando Sai se interpuso en medio de ambos, por lo que no alcanzo a ver lo que había provocado en el rubio, Kakashi vio las mejillas rojas de la rubia, pensando que todo se debía a su compañero que estaba a su lado, susurrándole palabras.

-Eso fue genial Naruto -había susurrado cerca de la rubia, que aún seguía roja de la cara.

Cuando Sai se apartó, Shikamaru fue que vio igual las mejillas rojas, celoso, decidió dejar de mirarlos, parecía que estaban coqueteándose.