Retrocesos Parte 2

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''Los retrocesos también producen muchos pensamientos obsesivos que entrampan a la mente en una especie de eco, de repetición de patrones de pensamiento''

Shikamaru Nara se encontraba molesto, aquel día había sido el mejor y peor de su existencia, el mejor porque había regresado Naruto y el peor por todo lo que vio en aquel departamento, por no ser Sai, el bastardo pelinegro que apenas había conocido unas horas atrás, y que desde que lo vio le desagrado la cercanía que tenía con el pelirrubio que estaba transformado en chica, y a pesar de que sabía que tenía que regresar a su casa, después de que terminara la fiesta, opto por caminar rumbo a las inmediaciones de la aldea, llegando hasta donde estaba aquel árbol con las iniciales N. U, resguardando lo que había hecho cuando apenas tenía 13 años, aquel secreto que nadie más que la otra persona involucrada conocía, se prometió que se desharía de aquella prueba de su pasado, una vez se enamorara de alguien, y aun a pesar de que le había costado aceptar sus sentimientos, los cuales mantenía ocultos, por temor de ser rechazado, aquellos que un completo desconocido pregonaba sin ningún problema, él no había eliminado esa maldita cosa, aquellas sábanas de su primer amor, aquel que no duro nada, después de que regreso a Konoha y empezó a soñar con Naruto, el joven pelirrubio que le robo el corazón desde la primera vez que lo vio, y sentándose en el suelo, recargando su espalda en el árbol, y con los ojos cerrados, empezó a recordar.

Cuando él era niño y conoció por primera vez a Naruto Uzumaki, su joven mente no comprendió en ese tiempo, porque la mayoría de padres, le decían a sus hijos que no jugarán con el niño de cabellos dorados o siendo más específicos con el niño demonio, vale, que era algo desastroso, un poco problemático y propenso a causar fechorías, pero todo niño de 5 años, era así, sin embargo, a pesar de todo, en aquella época, él no proceso porque lo marginaban, tanto adultos como niños, y para lograr entender le pregunto a sus padres, pues hasta ahorita ellos no le habían prohibido para nada juguetear con el pelirrubio, y al preguntarles si podía ir a jugar con aquel niño alegre, éstos le dijeron que no había problema en que lo hiciera, obviamente no con aquellas palabras específicas, pero al ser listo, él las entendió, y así al siguiente día al verlo triste porque estaba de nuevo sólo, lo invito a jugar, junto con Choji, su mejor amigo, desde ese momento supo que había hecho lo correcto, el chico Uzumaki era fiel a las personas que consideraba eran sus amigos y les brindaba ánimos con sus tonterías, aun a pesar de que era demasiado ingenuo, al no reconocer a los niños que eran malos y sólo buscaban burlarse de su inocencia, lo que Nara jamás imagino es que años más adelante amaría profundamente al niño rubio de hermosos ojos azules.

El tiempo paso, verlo feliz era su mayor satisfacción, una hermosa expresión sincera, y aun cuando ingresaron en la Academia notó que había personas que lo trataban de la mierda y que el chico no se daba cuenta de aquella maldad que destilaban hacia su persona, aún pequeño de tan sólo 11 años, un mocoso que siempre era optimista, a pesar del sufrimiento que él veía y que Naruto siempre trataba de ocultar, pero que al ser también un niño, nunca pudo hacer nada hacía uno de sus amigos, al cual apreciaba, pero que siempre protegía a su manera, cada vez que podía, regalándole algo, animándolo con comida, sólo para apreciar su sonrisa franca que tanto le encantaba, aquella que demostraba felicidad pura, y no falsa, como la que manifestaba la mayoría de las veces.

Recordó que en un punto de la Academia, el pelirrubio le comento que Sakura era una niña agradable, sólo por ver la extraña amistad que demostraba hacia Ino Yamanaka, y que por ese simple comentario otro chico que pasaba, escucho la conversación, diciendo que el bobo de la clase, estaba enamorado de la pelirrosa frentona, el Uzumaki lo creyó por no conocer sobre sentimientos, porqué desde entonces pregono aquella emoción llamada amor, creyéndolo también él con el tiempo, puesto que Naruto se sonrojaba cada que mencionaban a Sakura Haruno, sin embargo ahora en esos momentos después de los sucesos que había observado horas antes, es que apenas se daba cuenta de una cruel realidad, ¿cómo es que el pelirrubio podía vociferar amor, si no sabía lo que era aquello?, el cariño de un amigo lo conocía porque él había sido el primero en demostrarle la sinceridad a su manera, y ambos se conocían y apreciaban sin necesidad de palabras, él sabía cuánto entrenaba su amigo de cabellos amarillos, para lograr su sueño, y sabía identificar cuando la pasaba mal.

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