Egoísta

Las necesidades de un demonio

El rubio toco la puerta de la recamara del Akimichi, en donde se encontraba su nuevo inquilino por ahora.

-Adelante -dijeron del otro lado, por lo que entro, viendo al joven acostado en la cama, el rubio se preocupó, al sentir la atmosfera lúgubre.

-¿Estás bien Sanko? -pregunto el Uzumaki.

-Si, solo me siento triste, aunque no sé porque -contesto decaído el hombre.

-Necesitas estar tranquilo, le puede hacer daño a tu bebé -contesto el Uzumaki, notando la cara extraña que hacia su protegido.

-Naruto, ¿te interesarías en mi si estoy esperando el bebé de otra persona? -pregunto sonrojado Sanko, girándose, para luego sentarse, aquello alarmo internamente al rubio, ni siquiera había pasado tanto tiempo como para que ya le dijera eso el joven, cuando empezó a notar una cara que parecía querer llorar, hablo, decidiendo sentarse a su lado, para tranquilizarle.

-Si, lo haría -respondió sonriéndole falsamente, porque sabía que le mentía, el no sentía nada por el joven quien en realidad tampoco sentía nada hacia su persona.

-¿Enserio? -pregunto levantándose el chico para sentarse, sus ojos brillaban y estaba sonrojado.

-Deberás -dijo colocando su mano sobre la que estaba a su lado, sorprendido de que se le aventara para abrazarlo en extremo emocionado.

-Te amo -soltó el chico separándose para ver a la cara del oji azul, su cuerpo se encontraba encima del suyo, el oji azul estaba sonrojado, abrió ligeramente la boca para decirle algo, sin imaginar que Sanko le besaría, empezando a frotar su trasero en su pelvis, su miembro estaba empezando a reaccionar por la estimulación, con toda su fuerza empujo aquel cuerpo para separarle, al notar que caería lo termino presionando más a su cuerpo. -Aaahhh..., Naruto... -jadeo el joven al sentir aquella erección presionándose en su trasero, el Uzumaki se estaba alarmando, al ver como se movían encima de él, notando la erección contraria alzada sobre aquel vestido.

-Aaahhh..., Sanko..., espera..., para... -expreso nervioso tratando de no ser brusco para separarle de su cuerpo, pero el joven lo estaba acostando recostando nuevamente en la cama, mientras empezaba a llevar su mano a su entrepierna, frotándole encima de la ropa. -Aaahhh... -gimió el rubio, moviéndose inconscientemente sobre esa mano, aquello solo hizo que el chico lo terminara desnudando, para liberar la erección del rubio, continúo masturbándole. -Aaahhh... -jadeo una voz ronca, sujetando la mano para detener aquel movimiento placentero.

-Naruto... -hablo excitado pero consternado Sanko, el rubio tenía los ojos cerrados, de repente estos se abrieron.

-Lo siento pequeño, el chico no podrá complacerte como lo deseas -respondió aquella voz extraña con unos iris naranjas, para girar con cuidado el cuerpo solo porque sabía del estado de ese humano y su compañero tenía cuidado con él; alzo la parte inferior del vestido, notando aquella entrada. -Estuviste jugando contigo, eso me ahorra mucho -dijo malvadamente, mientras veía ligeramente húmedo los muslos.

-¿Quién eres? -pregunto temblando porque el rubio se miraba diferente y él estaba desnudo.

-¿Eso importa? -sonrió mostrando sus colmillos, jalo el cuerpo hacia el mientras sujetaba los muslos con fuerza y delicadeza, acomodo su glande en aquella entrada. -¿Querías esto no? -pregunto rozando lentamente aquel lugar.

-Si..., pero no tu... -jadeo con temor Sanko, sintiéndose ansioso, al ver que definitivamente se miraba diferente Naruto.

-Mi compañero, no es de hacer esto humano, es igual que tú, le gusta recibir, si quieres esto -comento volviendo a rozar aquel lugar, para tentar al protegido de Naruto. -Solo yo puedo dártelo -expreso mostrando sus colmillos.