Retrocesos Parte 4

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''Los retrocesos también producen muchos pensamientos obsesivos que entrampan a la mente en una especie de eco, de repetición de patrones de pensamiento''

Sakura Haruno era la envidia misma, ella sabía aquello, y a pesar de todo no se avergonzaba de admitirlo solo para ella misma, siempre había envidiado a su amiga Ino, solo por no tener una frente tan ancha como la que ella tenía, algo tonto si lo pensaba, pero luego nació aquella envidia cegadora hacia su compañero pelirrubio, aquel niño huérfano, al que no tenía ni debía envidiarle nada, ella tenía familia y él no, ella tenía muchos amigos y él solo unos muy contados, ella era tratada bien por los aldeanos, él sin embargo era lastimado por los mismos, y jamás se atrevió ah ayudarlo, aunque tuvo la oportunidad en muchas ocasiones, era algo que venía haciendo desde siempre, ignorar la ayuda silenciosa que el niño pelirrubio le dirigía cada que lo veía en apuros, cuando sin darse cuenta la envidia que sentía por Yamanaka, fue reemplazada por el pequeño niño Uzumaki, el enclenque desnutrido de cabellos dorados, ojos azules, marcas de bigotes en su rostro, que era golpeado, y aborrecido por todo el pueblo de la Aldea Oculta de la hoja, aquel ser indefenso que querían ver muerto; y solo de recordar como había opacado a todas las chicas en la fiesta era lo que la tenía molesta, llena de una envidia irracional, que volvía desde lo más profundo de sus recuerdos suprimidos, sin importarle sus acciones pasadas, hacía alguien que nunca la había tratado mal, si no todo lo contrario, sabía que él era un hombre, un joven que ahora era atractivo, sin compararse a su amado Sasuke, pero no era posible que solo usando un jutsu fuese la mujer más hermosa y exuberante de Konoha, eso era algo tan injusto. Y acostada en la cama de su habitación recordó su vida, la infancia en la cual conoció al joven niño demonio.

Siendo una pequeña solo imitaba todo lo que veía sin saber que no era lo correcto, ver a los adultos tratar de aquel modo al chico de cabellos amarillos que tenía su edad fue algo que se le hizo demasiado normal, que jamás lo ayudó o defendió cuando pudo hacerlo, y que cuando escucho aquel rumor de que ese niño estaba enamorada de ella solo hizo que sintiera desagrado hacia su persona y evitará jugar o acercarse a él; pero a pesar del tiempo todo se iba volviendo inevitable, estaban en las mismas clases y al parecer sin ella saberlo, sería su compañero de equipo una vez fueran ninjas.

Jamás olvidaría el coraje, los celos y la frustración que sintió al ver al idiota de Naruto besarse por accidente con Sasuke el niño más guapo de toda la aldea, lo odio con todo su ser, por ser él y no ella la persona que tropezara con Sasuke Uchiha en ese osculo irónico, pero nada se comparo con lo que sintió aquella vez que se entero que ella y aquéllos 2 chicos serían el nuevo equipo 7, estaba feliz y a la vez molesta, ya que tendría que soportar al molesto pelirrubio, llamando su atención para que ella se fijará en él, cuando ella solo quería la atención de su otro compañero, quien hacía siempre lo posible por ignorarla, y sólo hablar más con él otro miembro del equipo 7, hasta el grado de defenderlo aquella vez que tuvieron la misión más peligrosa de su corta vida, pareciendo Sasuke el príncipe que defendía a la indefensa doncella, aumentando más su odio hacia el pequeño Naruto, por ser de nuevo él y no ella; pero a pesar de todo lograron llevarse bien los 3, logró suprimir un poco sus sentimientos negativos hacia uno de sus compañeros, y por fín después de tanto tiempo se entero porque nadie quería al pequeño Uzumaki, la verdad que conoció aquel día solo hizo que le temiera pero aquello quedo olvidado cuando su compañero logro llevarse con el joven Gaara, aquél otro portador de un demonio, su equipo ya no era tan malo después de todo, a pesar de sentirse molesta cada que Naruto usaba aquel estúpido jutsu, y viendo su fortaleza quiso ser mejor compañera, él no podía ser mejor que ella, lamentablemente nada es para siempre y después de un tiempo, Sasuke huyó con Orochimaru, a pesar de haberse confesado, y usando los sentimientos que profesaba Naruto hacia su persona, se aprovecho para pedirle traer de vuelta a su amado Sasuke, error, Naruto había cambiado, y lo había hecho en muchos sentidos, prueba de ello había sido todo lo vivido ese día, en especial por lo que sucedió cuando intento atacarlo, o mejor dicho golpearlo por actuar tan COOL, para luego realizar el jutsu que le había enseñado al pequeño Konohamaru, y como el pelirrubio actuaba diferente a lo usual, para rematar ahora con un nuevo integrante en el equipo 7, ya no sabía que pasaría con la búsqueda de su amor, solo esperaba que Naruto volviera a ser como antes, que pudiese golpearlo para descargar el odio que aún albergaba su corazón oscuro y que esté siguiera enamorada de ella, que la viera como un hombre vee a una mujer, por si nunca regresaba el Uchiha, al menos el pelirrubio ya era una opción, ya que ahora Naruto Uzumaki era más guapo y sexy, que cualquier otro chico de la Aldea.

Dejo de divagar y pensar todo aquello, solo esperaba que todo fuese como antes y que ya no volviera a ver a la versión femenina del joven, la detestaba, era más femenina que ella, era mejor en todos los aspectos, y si Sasuke regresaba ¿no caería por ella, verdad?, Naruto era un chico y jamás le daría herederos al Uchiha por lo mismo; ilusa eso es lo que era, una ilusa y tonta, pero sin aún saberlo, y despejando sus miedos sin sentido se durmió, mañana sería un nuevo día y el comienzo de una realidad que se avecinaba, destruyendo sueños, los sueños ilusos de un alma mala y podrida, que nunca había sabido ser pura en realidad.

EgoístaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora