Egoísta

Naruto, ¿Sasuke?, y unos gemelos

-Naruto Uzumaki 16 años-

Un mes, eso era lo que faltaba para que llegaran a Konoha, un mes que se habían vuelto 5 meses inolvidables, eso era algo que le molesto al inicio a Naruto, pues se suponía que ya no tendría que estar transformándose en mujer, porque muy pronto estaría en su amada aldea, que iluso era, maldito ero~sennin que lo había engañado, y lo había utilizado de nuevo, porque no era de un maestro, vender a tu pupilo como niñera y cuidadora de un recién nacido, sólo porque eras conocido de la madre, y ella no podía cuidarse apropiadamente porque tenía un embarazo complicado, 2 meses atendiendo a una mujer que iba a dar a luz por medio de cesárea y para colmo antes de tiempo, aparte de que no iba a poder cuidar y hacerse cargo de su hijo por lo mismo, siendo la cereza del pastel que resultará que serían 2 pequeños. Siendo prácticamente la madre de un pequeño niño y una hermosa niña por casi 3 meses, su vida sí que era rara, porque a pesar de todo amaba a su nueva familia adoptiva y extrañaría aquella vida tranquila, y al supuesto castigo del sannin, que si no fuera por aquello que había sucedido aquél día, estaba casi seguro que no aceptaría, pff, a quién engañaba, hubiera aceptado de todas formas, y por eso ahora le costaba irse de aquél lugar que lo había educado en aspectos completamente nuevos, pues en unos momentos más viajaría de regreso a su aldea, la cual para el colmo del chico si estaba aún mes de viaje, pero había decidido hacerlo en menos tiempo.

-Shoji, Hana, extrañaré cuidarlos -decía un joven pelirrubio de 1.66 m de estatura quien portaba el cabello muy largo y lo mantenía amarrado con una cola baja que se encontraba de lado -A son tan tiernos -susurraba abrazando a los pequeños mellizos de 3 meses que había tenido la amiga de Jiraiya, y que no quería soltar en esos momentos.

-Ya suéltalos mocoso, ya es hora de partir, devuélveselos a su madre -exclamó Jiraiya apresurando a Naruto.

-¡Shhh!, cállate ero~sennin, harás que lloren, a parte, ¿de quién es la culpa de que esté tan apegado a los pequeños? -preguntaba el Uzumaki mirando muy molestó a su maestro pues de repente recordó toda aquella experiencia.

~Flashback del recuerdo de Naruto Uzumaki del cómo había llegado a esa aldea y como había amado aquel lugar y a su familia adoptiva~

-Oye ero~sennin, ¿cuánto nos falta para llegar a Konoha? -preguntaba un pelirrubio cansado.

-Estamos aún mes de distancia, pero primero pasaremos a ver a una amiga mía que vive en la aldea que está a 1 hora de aquí -respondió Jiraiya emocionado porque vería a su amiga de juergas, pues tenía 5 años sin ir a visitarla, y aprovecharía hacerlo ya que pasarían en la villa en donde ella vivía.

-Mmm, tengo un mal presentimiento de esto -susurró Naruto entrecerrando sus ojos hacia donde estaba ero~sennin, su maestro.

-Apúrate, mientras más rápido la veamos, más pronto verás a tu amor Sakura -dijo el sannin molestando al muchacho.

-¡Déjame en paz, viejo pervertido! -gritó sonrojado Naruto, pues Jiraiya lo había sorprendido una vez masturbándose y diciendo un nombre, un nombre que en realidad no era el de Sakura, si no del teme del Uchiha, porque para su buena suerte aunque ya llevaba susurrando dicha palabra desde hace un buen rato, cuando ya iba a correrse el maldito viejo entró sin avisar y gritó el nombre de la pelirrosa al final, cuando ya había empezado a decir Sa..., manchando su mano de semen, y el viejo lo había molestado desde entonces -(Mejor que piense que me masturbaba pensando en Sakura~san y no con el bastardo de Sasuke, por el sueño que tuve unos momentos antes) -pensó el chico Uzumaki, olvidando mejor aquello, para seguir a ero~sennin.

-Por cierto renacuajo, haz el oiroke no jutsu, y sólo luce como alguien de tu edad -comentó Jiraiya serio.

-Ok, ¡Sexy no jutsu! -exclamó Naruto luciendo más baja, y con su cabello más largo, para luego cambiarse de ropa detrás de un árbol. Cuando salió, estaba vestida con un top naranja, una chaqueta negra y una falda con unos short debajo, usando un sujetador que ya no le quedaba, su cabello lo había sujetado en una coleta alta que lucía de lado y sus sandalias ninjas de chica.