—¿Está bien, ser Barristan?—pregunto cuando baja de mi dragón, y asiente pareciendo mareado—. No creí que uno de los mejores guerreros de nuestra historia tuviera miedo a las alturas.
Durante todo el vuelo de regreso estuvo... tenso, aferrándose a mi como si su vida dependiese de ello. «En realidad lo hacía»
—No a las alturas, majestad—niega apartándose lo más rápido que puede de Balaur—. A esa enorme arma que tiene como compañero.
Río, acariciando el hocico de mi dragón, que suelta un resoplido como si las palabras del ser le causasen gracia. «Si quisiera comérselo, ya lo hubiera hecho»
—Majestad, un segundo de su tiempo—ser Harald se acerca con un pergamino en su mano y respiro profundo antes de acercarme—. De ser Jorah, llegó hace un par de horas.
Tomo el pergamino, abriéndolo mientras me encamino dentro del palacio, encontrándome con Missandei y un hombre de la misma tez oscura con un rostro impasible y el uniforme de los inmaculados.
—Qilōni issi ao?—pregunto
"¿Quién eres?"
—Es grey worm, su majestad—me informa Missandei—. Ser Harald pidió a los inmaculados que escogieran a su líder, un general. Él dió un paso al frente y ellos estuvieron de acuerdo.
Asiento, mirando brevemente a Harald que asiente confirmándolo.
—Bueno, si será el general de mi ejército necesito que sepa hablar nuestro idioma—suspiro—. Missandei, ¿podrías?
—Será un honor, su majestad.
—Gracias—asiento antes de mirar al inmaculado—. Ao jāhor gūrēñagon issa udrir. Ziry iksos essential lo ao issi going naejot jemagon issa azantyr. Understood?
"Aprenderás mi lengua. Es esencial si vas a liderar mi ejército. ¿Entendido?"
Asiente, así que paso por su lado siendo seguida por Missandei.
—Que uno de los inmaculados venga a mi, será el encargado de alimentar a Balaur—digo—. ¿Informes de Varys?
—Stannis Baratheon se acerca a la bahía del aguas negras—me informa Harald mientras tomo asiento en el trono—. También informa que la noticia de un dragón llamado "la reencarnación de Balerion" sobrevuela por ahí ha llegado a los oídos del rey Joffrey y la reina viuda Cersei.
—Bien—me encojo de hombros, levantando mi mano para callarlo mientras leo las palabras de ser Jorah.
La tensión aumenta en la relación entre Viserys y Khal Drogo. Pide mi presencia para calmar las aguas turbulentas entre el líder Dothraki y mi hermano.
Por mi podría matarlo.
Pero también está la oportunidad de hablar con mi hermana, hablarle sobre lo que hemos hecho y de que quizás podría convencer a su esposo para apoyarnos definitivamente.
Es una niña, estoy poniendo un gran peso sobre sus hombros. Pero nosotros no tenemos el privilegio de seguir siendo niños. Es vivir o morir, y de ser la primera, depende de nosotros.
Podría ser fácil simplemente quedarnos aquí, pero este no es nuestro verdadero lugar. Lo que nos pertenecía por derecho se nos fue arrebatado, y debemos deshacernos de nuestros enemigos para poder estar tranquilos.
Lo que no es bueno es seguir viajando. Necesito formar una base aquí, fortalecer las defensas y mi unión con el pueblo. Y no puedo hacer eso si estoy de aquí para allá todo el tiempo.
—Tráeme un pergamino—le pido a Missandei y ella rápidamente se retira en busca de ello. Miro a ser Harald y ser Barristan—. Mi hermano pone su vida en peligro, creo que sería bueno aprovechar su lejanía de Khal Drogo para convencer al jefe Dothraki a apoyarnos.
—Deberías ir—Harald asiente
—Las personas aquí no la conocen, majestad—dice ser Barristan—. Y no lo harán si sigue yéndose.
Asiento.
—Me quedaré a solucionar los problemas que hayan aquí—suspiro—. Pónganme al día.
Paso las siguientes horas escuchando los problemas de los habitantes de Astapor, concediendo cargos y entregando grandes cantidades de oro para cultivos, ganado, construcciones, compras de comida para los desempleados que a partir de ahora trabajarán para el palacio y contratando.
Personal de limpieza, sirvientes.
Coperos.
Cuidadores que serán entrenados por los inmaculados.
Otros que serán puestos a prueba para luego ser enviados como informantes a otras partes del mundo.—¿Quién será su mano, majestad?—pregunta Missandei cuando salgo de la bañera
—Me gustaría poder decirte confiadamente que ser Harald—murmuro—, pero es demasiado impulsivo, vengativo. Y aunque sabe sobre historia, guerras y conflictos, no sabe lo suficiente para tener la información que debe tener una mano.
—¿Qué debe tener un candidato a mano de la reina?
—Lealtad—me siento en la cama para dejarla peinarme—, habilidades políticas y diplomacia para manejar asuntos del reino, capacidad para ser estratega en tiempos de guerra—recalco la última—. Debe conocer las leyes y la justicia, debe ser astuto para proteger mis intereses y enfrentar a nuestros enemigos.
—¿Y cree que puede encontrar a alguien con todo eso?
—Lord Varys las tiene—contesto—. Pero él no puede ser mi mano si está lejos, así que lo nombré mi consejero de rumores.
Solo hay una persona más a quien nombraría mi mano y no puedo traerlo conmigo. Protege a mi hermana y no pienso dejarla vulnerable.
—¿Y en Westeros?—pregunta y niego
—Robb Stark es mi aliado, no voy a nombrarlo mi mano—niego—. Oberyn Martell... no puedo exponerlos, ellos no están en guerra con los Lannister.
Los Martell son mi as bajo la manga. A diferencia de los Norteños, los Dornienses no están peleando por el trono, lo que me da una ventaja porque puedo meterlos en la fortaleza roja y usarlos para mi beneficio sin que nadie sospeche.
Eso es exactamente lo que haré. Sin embargo, debo cubrir los espacios cercanos antes de cubrir los lejanos.
—Entonces no nombre una mano todavía—propone—. Deje que el tiempo le demuestre quien es digno de serlo.
Asiento, llegando a la conclusión de que esa es la mejor idea.
—Que nada de lo que hablemos salga de aquí—ordeno antes de levantarme y darme la vuelta para mirarla
—Jamás, majestad.
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The queen of fire and ice [Robb Stark]
Fanfic"Targaryen o fuegoscuro, sigue llevando tu sangre. Por tu casa, por los dioses viejos y nuevos, quiero que jures protegerla hasta que llegue el día en que ella deba tomar el trono" había pedido la reina Rhaella, encargándole a ser Harald a su hija...