Capítulo XXXVI

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Dos meses después...

—Los estandartes ondean, majestad—me informa ser Jorah y aparto la vista de Daeron dormido en su cuna para ver por la ventana del barco.

Dos meses pasan rápido. Dos meses de planeación exhaustiva junto a mi consejo.

Hace poco, Stannis Baratheon tomó Castle Black definitivamente y al parecer tiene de su lado a la Guardia Nocturna.

Pero dejó Dragonstone desprotegido. Nuestros hombres partieron en botes hace un par de horas para luchar contra los hombres que quedaban protegiendo el lugar. Y hemos ganado.

Puedo ver el dragón tricefalo sobre un campo negro ondeando en la orilla de la playa de Dragonstone como señal de que Grey Worm y sus hombres lo han logrado. Dragonstone es nuestro.

—Partiremos ahí, que preparen los botes—ordeno a ser Barristan y asiente, saliendo de mi camarote para dejarme a solas con Missandei y el ser—. Es usted afortunado de estar aquí de nuevo, ser Jorah. ¿Lo sabe?

Hace pocas semanas nos enteramos que Jorah había recibido un indulto de la corona. Dany lo tomó como traición y lo echó. Fue... un caos teniendo en cuenta que fue infectado por algo al atravesar la Antigua Valyria.

Está bien ahora, un maestre lo curó. Sin embargo, su relación con mi hermana es tensa y por eso lo he tomado para mi propio consejo, dejando que mi hermana tomara a Tyrion Lannister.

Fue ella quien lo pidió, ambas aún tenemos nuestras reservas pero el enano ha sabido entrar en el círculo de confianza de mi hermana, quien es directamente el mío.

Está bien, es solo su consejero. Es suyo, no mío, y Dany también tiene a Daario, así que confío en que él la aconseje y proteja mientras mi hermana decida entender que la lealtad de ser Jorah hacia nosotras es grande. Lo que hizo ya pasó, nunca intentó hacernos daño y muestra de qué lado está verdaderamente.

—Lo sé, majestad—suspira—. Como usted aconsejó, hago lo posible por ganarme de nuevo la confianza de su hermana.

—Espero que no se lo haya tomado a mal—lo miro—. Es usted un buen guerrero y agradezco que sea parte de mi consejo, pero alguien debe cuidar a mi hermana. Alguien debe aconsejarla. Y confío en usted para ello.

—Si, majestad.

—No confío en Tyrion, ser Jorah—me sincero—. Conoce las razones, y por eso le pido que mantenga sus ojos sobre él en beneficio de la seguridad de mi hermana.

—Siempre tengo mis ojos sobre cualquiera cercano a ustedes, majestad—asegura—. Mi prioridad es la seguridad de ambas.

Río.

—Ambos sabemos que estoy en segundo lugar, después de mi hermana—tomo a Daeron en mis brazos cuando se remueve—. No me molesta; de hecho, me agrada. Sin embargo, agradezco que se preocupe por ambas.

—Es mi deber y honor servirles.

—Vaya a prepararse, partiremos pronto a Dragonstone.

Asiente, se da la vuelta y me deja a solas con Missandei, que se acerca hasta situarse a mi lado mientras mezo a mi hijo.

—Si le preocupa tanto lord Tyrion, majestad, quizás debería hablarlo con su hermana—dice.

—¿Conoces el dicho de: ten a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más?—enarco una ceja y ella asiente—. Es justamente lo que hago. Sé que mi hermana no es tonta, sabe lo que debe hacer. Sin embargo, hay cosas que pueden parecer inofensivas y en realidad son sumamente importantes; ¿crees que Tyrion apoyará que nos deshagamos de su hermana?

The queen of fire and ice [Robb Stark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora