Dos semanas después...
—Majestad—la puerta de mi habitación se abre con la llegada de Grey Worm junto a Oberyn, y yo dejo a Daeron en su cuna antes de darme la vuelta.
Se ve bien, igual que la última vez que lo vi. Bastante tranquilo para estar siendo perseguido por todo Westeros.
—Te ves bien, para estar siendo perseguido por los Lannister—me acerco a Oberyn y sonrío cuando besa mi mejilla—. ¿Qué tal el viaje?
—Encantador—ríe, mirando alrededor de mi habitación—. Nunca he visitado Dragonstone, y debo admitir que se siente toda la vibra Targaryen aquí.
—Si, seguramente te encontrarás al fantasma del conquistador por aquí—me burlo—. O de los cientos de familiares que estuvieron aquí a lo largo de los años de nuestra dinastía.
—Seguro que si, sería agradable preguntarles un par de cosas—me sigue cuando me encamino al balcón, dónde tenemos la vista del mar mientras la brisa pega en nuestros rostros—. Debo admitir que me sorprendió su llamado, sobretodo para servir como miembro de su consejo.
Balaur, Vermithor y Ala de Plata vuelan sobre nosotros, rugiendo al cielo mientras Oberyn los mira encantado, maravillado.
—No solo eres un príncipe de Dorne, Oberyn—lo miro—. Tienes conocimientos en política, guerra e historia; conocimientos que me son de utilidad... como mi mano.
—¿Su mano?—levanta las cejas—. ¿Está segura que es a mi a quien quiere ocupando ese puesto, majestad?
—Una alianza como la de tu casa y la mía es muy poderosa—respiro profundo—. Muchas casas del reino son buenas, pero no muchas casas del reino le hicieron frente a Dragones y lograron ganar. La casa Nymeros Martell es por mucho la casa más fuerte de los siete reinos, y tú eres un príncipe bien entrenado—me encojo de hombros—. ¿Quiere ser mi mano, príncipe Oberyn? No me gustaría tener que elegir a otro.
Se queda en silencio, viendo a los dragones en el cielo por un largo, largo rato antes de bajar la cabeza y fijar sus ojos en mí ofreciéndome una sonrisa.
—En ese caso... sería un honor para mi ser su mano, majestad—inclina su cabeza—. Dorne y Los Segundos Hijos están a su servicio. Mi vida y mi alma le pertenecen, majestad. Lo juro por los dioses antiguos y los nuevos.
—Bien—sonrío—. Dicho eso... hay algo que debo informarte.
***
—Supongo que los dioses lo aprecian mucho, majestad—le dice Oberyn a Robb—. No todos sobreviven a una flecha en el corazón.
—No todos son curados por una bruja Targaryen—Robb toma de su vino y Oberyn fija sus ojos en Visella, pareciendo poco convencido—. Es difícil creerlo al principio, pero lo que sea que ella haga es real. Y es bueno.
—No tiene por qué creer en mi, príncipe—le dice Visella—. Por años nunca creyeron que los dragones verdaderamente existieran. ¿Usted lo creía?
—Por supuesto, conozco la historia de Rhaenys Targaryen y Meraxes en Dorne—contesta y aprieto los labios—. Como dijo, majestad—me mira—, Dorne luchó contra dragones y ganó.
—Los dragones son pura magia—Visella sonríe—. Los Targaryen somos magia en si. La antigua Valyria lo es y lo sigue siendo. ¿En verdad le sorprende ver a una bruja Targaryen?
—No, pero tengo mis reservas cuando de magia se trata.
—Eso lo respeto—respiro profundo—. Sé que hay... tensión entre los Dornienses y los Norteños es palpable debido a Lyanna Stark y mi hermano.
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The queen of fire and ice [Robb Stark]
Fanfic"Targaryen o fuegoscuro, sigue llevando tu sangre. Por tu casa, por los dioses viejos y nuevos, quiero que jures protegerla hasta que llegue el día en que ella deba tomar el trono" había pedido la reina Rhaella, encargándole a ser Harald a su hija...