Capítulo XL

867 132 7
                                    

—Estás...—Jon se lanza a abrazar a Robb y una pelirroja parecida a él, Sansa, los mira a ambos con lágrimas en sus ojos.

—Te dije que vestirías de negro la próxima vez que te viera—Robb palmea la espalda de Jon antes de apartarse y mirar a Sansa—. Te ves hermosa.

Su hermana se lanza a los brazos de mi esposo y yo respiro profundo, viendo como Visella cura las heridas de Rickon en el salón central del castillo de Winterfell.

—Me alegra verte, durante mucho tiempo te creímos muerto—le dice ella y los ojos de mi esposo se dirigen a mi.

Me extiende su mano y le doy una pequeña sonrisa antes de tomarla, dejando que me acerque a su pecho mientras su hermana nos da espacio.

—Gracias a ella y a Visella—mira en dirección a la mencionada, que sonríe sin apartar sus ojos de la herida del Stark más pequeño—, es que estoy vivo. Hubieron... muchas complicaciones de las que ya hablaremos, pero por ahora...—besa mi mano—. Ella es Alyssa Targaryen, mi esposa.

—Es un gusto conocerlos a ambos—les ofrezco una sonrisa—. Lamento que tengamos que conocernos de esta forma.

—No, agradecemos que hayan venido en nuestra ayuda—dice Sansa—. Pero... ¿dónde han estado todo este tiempo? ¿Por qué no volvieron al norte antes?

—Perdí la memoria después de que intentaran asesinarme—les explica Robb—. Mis recuerdos eran una mancha negra. Hasta hoy—me mira y acaricio su mejilla, sabiendo el significado detrás de todo esto y agradeciendo que lo mantenga para ambos—. Recordé en el campo de batalla, pero todos han estado instruyéndome durante mucho tiempo, enseñándome con paciencia a llenar algunos vacíos en mi cabeza—besa mi frente.

—Majestad—Grey Worm entra, escoltando a Missandei igual que diez inmaculados más y yo respiro profundo, alejándome de mi esposo para acercarme a ella, que me mira de pies a cabeza en busca de heridas.

—Ambos estamos bien—tomo a Daeron y sonrío cuando sus ojos se fijan en mi—. Vayan a descansar, han ayudado mucho hoy—los miro a todos y ellos asienten.

Se siente bien tener a mi hijo en brazos después de todo este tiempo. De temer que su padre o yo muriéramos. «Estamos aquí, los tres. Y estamos bien»

—Agradezco a los dioses por su bienestar, majestades—mira a Robb antes de ofrecerme una sonrisa—. Lo alimenté hace poco.

Asiento sabiendo lo que significa. «Se quedará dormido dentro de poco tiempo»

—Gracias—aprieto suavemente su mano y ella se retira antes de que yo me dé la vuelta y camine hacia mi esposo.

Jon, Sansa e incluso Rickon. Todos tienen sus ojos sobre el bebé en mis brazos. Todos sorprendidos.

»Esta es otra razón para no regresar antes, no era seguro que me expusiera estando embarazada—explico llegando hasta Robb, que besa la cabecita de nuestro hijo.

—Él es Daeron, nuestro hijo—los mira a ambos y luego a Rickon—. Su sobrino.

El silencio reina entre nosotros. Sansa y Jon miran fijamente a Robb como si no supieran de qué forma reaccionar a la noticia.

Entonces ambos sonríen.

—Por los dioses—Sansa se acerca y apoya sus manos en mis brazos, pareciendo temerosa de tocar al bebé—. Es... tan parecido a ti—me dice y sonrío—. Es hermoso. Y tan pequeño.

—Es el heredero al trono de hierro y Winterfell—dice Visella, mirando brevemente a Jon y eso genera una curiosidad en mi pecho.

«¿Por qué el comentario tan repentino?»

—Seguro que lo es—Jon palmea el hombro de Robb—. Felicidades, no te imaginaba siendo padre tan pronto.

—Nosotros tampoco lo imaginábamos—Robb mira a Daeron, que comienza a cerrar sus ojos mientras lo mezo—. Me gustaría que papá estuviera aquí para conocerlo.

—Le habría encantado tener un nieto—Sansa asiente—. ¿Ustedes... qué es lo que piensan hacer ahora que regresaron?

—Destruir a los Lannister y tomar el trono de hierro—aclaro y ambos me miran—. Miren, sé que acaban de recuperar Winterfell, pero en la guerra no hay tiempo para descansar. Soy heredera al trono de hierro, el intento de dinastía de Robert Baratheon acabó cuando Stannis murió y yo no voy a ceder intentando recuperar lo que es mío.

—Los Lannister son fuertes—me dice Sansa—. Ellos... siempre terminan ganando de alguna forma. Lo mejor sería independizar al norte...

—¿Y qué más?—la interrumpo—. ¿Las cosechas? ¿Los ganados? ¿Todo lo que se debe obtener de territorio caliente? ¿Qué hay del resto de personas que sufren bajo el reinado de Cersei? ¿Qué hay de mis alianzas?—niego—. Ustedes son norteños y se preocupan solo por el norte, pero yo nací mientras mi familia aún ocupaba el trono de hierro; he escuchado las formas en las que sufren por años debido al obsoleto reinado de Robert y no pienso dejar a personas inocente sufrir solo porque ustedes temen las represalias.

Yo no tengo sangre norteña, tengo sangre de dragón. Fuimos una dinastía y volveremos a serlo. Sin importar qué.

Todo Westeros está sufriendo las consecuencias de esta guerra, gente se muere de hambre en las calles y tenemos una gran deuda con el Banco de Braavos. Todo por un mal rey.

Alguien debe dar un paso al frente y solucionar lo que empezó por la estupidez de mi hermano y Lyanna Stark.

»Tenemos un ejército, tenemos dragones—les recuerdo—. No les pido que peleen a mi lado, al final del día es Robb el heredero de Winterfell, es mi esposo y al que necesito a mi lado. Pero que ustedes quieran independizar al norte es tonto y egoísta.

Me preocupo por el norte tanto como por el resto de Westeros. Entiendo que ellos hayan sufrido y ahora solo quieran quedarse en un lugar seguro, pero yo no haré eso. No soy una cobarde que teme a los Lannister.

—Hay cosas peores que los Lannister y necesitaremos más que al norte para luchar—dice Jon—. Tampoco queremos independizar el norte, no ahora que necesitamos del sur y... de un buen rey.

—Tomar el trono de hierro es una decisión tomada—les dice Robb—. No podemos dejar que los Lannister sigan en el poder. Ellos han asesinado gente inocente, decapitaron a nuestro padre. Alyssa es quien debe estar sentada en el trono.

—Contigo como su consorte, ¿quién va a gobernar Winterfell?—cuestiona Sansa.

—Ya lo veremos—Robb acaricia mi espalda—. Lo pensaremos cuando tengamos King's Landing.

***

—Es... pequeña—río, viendo la habitación principal del castillo mientras Robb deja a Daeron en su cuna—. Oye... ¿la posición de tus hermanos sobre el trono de hierro...?

No quiero sembrar problemas, pero siempre he tenido presente mi objetivo y no cambiaré de opinión por nadie. Esto no es solo por mi, es por el resto de personas en este país, por mi hijo y mi familia.

—Les costará aceptarlo, dales un tiempo—se acerca a mi y toma mi cintura para acercarme a su pecho—. Los Lannister nos han hecho mucho daño, es lógico que haya temor por enfrentarlos. Nos tomaremos una semana para planearlo mejor, ¿qué te parece?

Asiento.

—No quiero llevarme mal con tus hermanos, Robb—suspiro—. Y en cuanto a la independencia del norte...

—El norte tendrá a un norteño como consorte—me recuerda—. Nuestro hijo es mi heredero, también el tuyo. El norte estará bien respaldado en King's Landing.

—Quizás... podríamos seguir con el mismo plan que contigo—ofrezco—. Quizás no un rey esta vez, pero el próximo lord del Norte podría tener más beneficios que el resto. Ya sabes, por apoyar a la causa Targaryen.

—Igual que Dorne los tendrá—recuerda lo que le propuse a Oberyn y asiento—. Bien, eso suena mejor.

The queen of fire and ice [Robb Stark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora