Capítulo XVIII

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Las gemas
Dos horas después...

—Lord Varys estará complacido cuando lo sepa, majestad—Visella me ayuda con el vestido y asiento sintiendo mi corazón latir con rapidez

Es solo una boda. Y la noche de bodas.

Dioses.

»Respire profundo—Visella pone sus manos sobre mis hombros y obedezco—. Eso es, majestad, ahora exhale.

Vuelvo a obedecer.

—Nunca creí casarme tan rápido—admito—. Pensaba casarme después de tomar el trono de hierro, ¿sabes?. Pensaba hacerlo, así que no tengo idea de la razón de mis nervios.

—Porque sigue siendo su boda—toma mis manos—. Usted es una joven aún, nunca la prepararon para el matrimonio y en el fondo usted desea un hombre que la ame, ¿no es así?

Me encojo de hombros.

—Bueno, esperaba un buen esposo—asiento—. ¿Robb será un mal esposo, Visella?—la miro a los ojos

No lo creo. Sinceramente, no creo que Robb sea un mal esposo. Pero con los hombres nunca se sabe, y al final del día no solo es un esposo, es un compañero para toda la vida y... debo poner mi absoluta confianza en él.

Nunca confié demasiado en nadie.

Harald nunca supo de mis dudas sobre mi familia, sobre mi misma mientras creía. Ahora... bueno, Missandei es mi doncella y guardará cualquier cosa que le diga pero... Robb será mi esposo.

—Él será un esposo maravilloso, majestad—me ofrece una sonrisa cálida—. Estoy aquí para darte las palabras que necesitas para tomar las decisiones correctas; pero esta vez me permito decirte que si, Robb será un muy buen esposo.

Eso era todo lo que necesitaba saber. ¿Amor? ¿Felicidad? Quien sabe. Me gustaría, pero no moriré por ello. Así que, saber que al menos será un buen esposo es todo lo que necesito para tomar una respiración profunda y relajarme.

—¿Lista?—Robb entra a la tienda y se congela al verme

Bueno, el vestido es cortesía de mi futuro esposo. Un vestido blanco con una larga capa y piel de lobo negra sobre mis hombros. Sin embargo, en ambos lados de la piel hay una cadena que la sujeta, y en las esquinas de esta está el dragón tricéfalo de mi casa.

Él viste un traje de cuero negro que se ajusta de forma adecuada a su cuerpo, haciéndolo lucir imponente. Piel de lobo negra como la mía cubre sus hombros siendo sujetada por una cadena plateada con el símbolo de la casa Stark a cada extremo.

»Se ve usted hermosa, majestad—me ofrece su mano y río deslizando mi palma en la suya—. Nos esperan.

—Vamos—miro a Visella, que nos sigue mientras salimos de la tienda, donde se nos suma ser Barristan en la caminata

Estamos en Las Gemas, dentro del territorio de la casa Frey, y nos acercamos a un árbol de arciano, el primero que he visto en mi vida.

El oficiante nos espera, y es entonces cuando levanto la cabeza y me enderezo. «Es hora»

Robb aprieta mi mano.

—¿Nerviosa?—pregunta y niego

—Algo así.

—Te veo ahí—señala con la cabeza el lugar frente al árbol y asiento, tomando el brazo de Visella, debido a que el pariente más cercano debe escoltarme

Debería ser mi hermana, pero no hubo tiempo para ello.

Le entrego mi capa a ser Barristan, consciente de que es Robb quien debe tenerla.

The queen of fire and ice [Robb Stark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora