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Siempre fuimos nosotros. Solos en nuestro mundo. Sin detenernos a observar al resto.

ALICE

Las cosas habían pasado rápido y al mismo tiempo lento. Los dos días en las manos de mis captores, cinco días en el piso del hospital. Todo aquellos recuerdos se sentía lejos y causaban pulsaciones de ansiedad en mí.

Estaba sentada en el asiento de atrás del automóvil. Por fin nos dirigíamos a casa.

Ayer me hicieron los últimos análisis. Segun los médicos estaba mejor, los verdaderos resultados los estaban enviando a mi madre.

Me recosté hacia atrás, dejando caer la cabeza sobre el cabezal del asiento. Leigh se había ido con Michael a comprar algo de beber. Lucía se fue detrás de ellos.

  —¿Te encuentras bien?  —Preguntó Ian, viéndome a través del retrovisor.

Mechones de su cabello le caían por la frente, tapando parte de sus cejas.

  —Sí, aunque quiero un poco de frío.

Pronto, estaba abriendo la puerta del automóvil. Indicándome que puedo tomar un poco de aire.

  —Me siento cómo una de esas mujeres de New York, saliendo de un coche de lujo—dije cuándo me abrió la puerta y estiró la mano para que pueda tomarla.

  —Técnicamente, Michael me dijo que te hiciera sentir de esa manera.

Omití su lindo gesto. Pasé por su lado.

  —No es nada personal, Ian. No me gusta que hagan eso, mucho menos mis amigos.  —Le dediqué una sonrisa.

  —Es la primera vez que te veo sonreír. No sé, tienes cierto magnetismo que ser un amigo tuyo se siente todo un privilegio.

Sí, es que soy una Celim. Puedo atraer a las personas que interactua conmigo solo con mi energía. Puedo configurar sus mentes para atarlos a mi estado vibracional. Supuse que eso no sabía Ian. De hecho creo que nadie lo sabía, solo mi madre y Evan.

  —De hecho es la segunda vez que sonrío, después de estar con dos enfermos mentales. Por cierto, no tienes porque obedecer a Michael o creer a Lucy en todo lo que te dicen con respecto a mí.

  —Debo hacerlo. Aparte de ser mi amigo es mi jefe.

  —Oh, no pensé que iba a retomar su lugar en los LH. Pensé que Harry subió a liderar.

  —No, al mismo tiempo que Michael fue derribado a LA de España, pasó lo mismo con Harry  —Cierto. Ahora lo recuerdo.

No pensé en eso. Entonces, ¿quién se había quedado liderando a los LH?

  —Sé que no pueden decir nada de nada fuera de ahí, pero ¿quién estuvo liderando todo ese tiempo que no estuvo Michael?  —La sonrisa de costado de Ian apareció, esa misma sonrisa que vi tantas veces en Michael.

  —La conoces. Claudia.

Al oír ese nombre un montón de recuerdos llegarón. La fiesta de los LH. Samantha llevándome de la mano, entregándome la grabadora de Marcos. Michael hablando con una pelirroja. Michael besando a la misma pelirroja. El cumpleaños de Malena, Michael bailando con la pelirroja. Harry agarrándome de la muñeca, Michael más que cabreado.

Michael y yo, en el pasillo de su habitación y mi habitación. Sus iris color ámbar escaneadome hasta la médula. Sus manos alrededor de mi cuerpo. Sus labios entre abiertos. Sus ojos, su mirada, la manera en cómo me observaba. El sabor de sus labios, sus dientes alrededor de mis labios. Su respiración agitada...

Te Hice Para Mí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora