Quizá no somos buenos. Pintamos el cuadro de nuestra vida con un poco de sangre. Lavamos los pinceles con otro poquito de lágrimas. Somos ella y yo, jugando en el laberinto del mundo.
MICHAEL
Ahí estaba mi chica, intentando aniquilar el amor que sentía por mí. No lo lograría. Alice me amaba tanto, ella no quería aceptarlo. Bien que yo lo sabía.Angela; una chica de veinte años... bla... bla... bla...
Adquirí toda la información de la futura novia de Alice. No me equivoqué, ahora llevaba el título de su novia.
Tampoco me sorprendió verla llegar con ella al cumpleaño de Lucía. La fiesta se había organizado en mi casa. Lucía expuso una y quinientas razones para convencer a mi mamá de utilizar la casa cómo lugar festivo.
Desde el medio día llegaban invitados sin cesar.
—¿Estás segura que los que llegan son amigos? —Preguntó Ian a Lucía que estaba conectando algo en la pared del jardín.
—Bueno, invité a unos amigos y esos amigos a su amigos, y estos últimos seguro que invitaron a los amigos de su amigos...
—Creo que entiendo —dije, ayudándola a acomodar los equipos de sonido sobre las mesas que sacaron al jardín.
Estuve seguro que mamá se iba arrepentir de ceder ante el pedido de Lucía.
—Espero que roben poco.
—¿Crees que mis amigos son ladrones? —preguntó la pelinegra, ofendida.
—No lo creo, sé que de entre el montón de los que llegarán, hay más de uno que lo son —respondí, levantando la mirada hacia la entrada del jardín.
Lucía dijo algo, pero no le tomé importancia. Ahí en la entrada estaba ella. Alice.
Hace un mes que no la veía; mismo tiempo que estaba en una relación con Angela. Eso no quita que supiera lo que estaba sucediendo con su vida.
Después de una semana de iniciar su vida amorosa con ella, Alice comenzó a tener cambios notorios.
Su manera de vestir cambió radicalmente. Comenzó a grabar videos, con canciones de fondo que ella jamás escucharía.Alice jamás haría algo así. Sin embargo, lo hizo. Se notaba el esfuerzo que hizo para olvidarme y encajar en el mundo de Angela.
Ian se detuvo a mi lado, observando a las dos que caminaban hacia nosotros. Estábamos en el jardin de casa, las mesas con los bocaditos y los adornos, nos rodeaban.
—¡Alice dejó los vestidos! Si no lo veía no lo creía. Esa de ahí no es nuestra Alice —exclamó, cruzándose de brazos.
—¡Ian! No seas bocazas —habló Lucía, cerca a nosotros.
Angela pasó de mirar a Ian, a verme a mí. Parecía que ya me conocía, porque frunció un poco la mirada.
—Ellos son Ian y Michael, mis amigos.
—Son lindos. Por fin los conozco, Alice me habló de ustedes —musitó Angela.
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Te Hice Para Mí
Novela JuvenilEste sí es un libro totalmente egoísta. Incluso en la manera de ser narrado. No hay buen contexto, solo de manera egoísta. Porque todo gira alrededor de Alice y Michael. La historia es de Alice y Michael. Quién importa es Alice y Michael. Dentro d...