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Y los niños vuelven a jugar.

MICHAEL

El teléfono vibró entre mis manos. Sonreí. Supe la razón de la notificación.

Oye, tonto.

Mostrando su cariño con mordiditas.

Hola, violenta.

Envié el mensaje.

Fíjate que estos meses no había leído ningún libro.

Mi cuerpo se tensó de manera inevitable. Una pequeña culpa llegó a mi estómago. Ella jamás dejaba los libros.

Pero, había cambiado.

Cuándo la escuché hablar después de tanto tiempo me sorprendió bastante. No parecía la Alice que dejé.

Y, la bofetada que me dio. Por dios, ni siquiera supe si lo hizo por haberme tardado tanto en aparecer o por intentar agarrarme a golpes con su hermano.

Suspiré, mientras, llegó otro mensaje.

Decidí volver a la universidad. Hoy iré a  pasar el examen.

¿Es verdad lo que dices?

Me sorprendió bastante leer ese mensaje. Pasó dos semanas desde el suceso, en el jardín de su casa. Desde entonces, no la volví a ver.

Estuvimos hablando por telegram.

Dejó la universidad cuándo Marcos murió. Emmett se ha empeñado que Alice haga las cosas que hacen las demás chicas a su edad, cómo ir a la universidad, aunque sabe de sobra que eso no es necesario para ella. Pronto regresaría a la universidad Celim. Pero mientras, su hermano la convenció de ir a la universidad de la ciudad, cómo un pasatiempo.

Confío en la capacidad de Alice, supe que iba a pasar el examen.

Todo esto era una buena noticia. En verdad las cosas habían cambiado entre nosotros. No tuvimos oportunidad de hablar más.

No tengo quién me lleve.
¿Puedes hacerlo?

¿Llevarte a la universidad?

No, a mi casa.

La imaginé sonriendo con sarcasmo.

Entonces ¿podrás?

Se supone que estás en casa.

Michael ¿podrás o no?

Sí, esa era mi Alice. Poca paciencia.

Sí mi capitán

Estaré en tu casa dentro de
10 mnts.

¿Diez minutos?

No, segundos

Te Hice Para Mí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora