The Great War (Bucky Barnes X OC)

𝟒𝟒

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A la mañana siguiente, Kath se despertó con un dolor de cabeza infernal.

Le dolía todo el cuerpo, tardó un momento en darse cuenta de dónde estaba, esperaba que todo hubiera sido sólo una pesadilla, pero entonces sintió la correa alrededor de la muñeca y supo que no era un sueño.

Dejó escapar un suspiro y tras reflexionar un momento se levantó de la cama, se miró al espejo que había junto a la cama; no se había quitado el traje la noche anterior antes de dormirse, estaba cubierto de polvo y algunas manchas de sangre, tenía el pelo hecho un desastre (siempre lo estaba cuando se despertaba, pero esta vez estaba mucho peor), tenía ojeras y algunos moratones en la cara y el cuello.

Tomó ropa limpia de uno de sus cajones y entró en el cuarto de baño. Se metió en la ducha y dejó que el agua caliente recorriera su cuerpo y lavara la suciedad.

Se quedó allí hasta que el agua se enfrió, entonces salió y se vistió con ropa limpia y volvió a su habitación. Se pasó una mano por el pelo mojado, su estómago hizo un ruidito, no se había dado cuenta de que tenía hambre, ni siquiera recordaba cuándo había sido la última vez que había comido.

Cerró los ojos un segundo y se dirigió a la cocina.

Le dolía la cabeza, así que fue directamente a buscar una pastilla y un vaso de agua. Llenó el vaso y bebió un sorbo, luego se giró para buscar la pastilla.

-Buenos días -dijo alguien.

Kath ahogó un grito y el vaso se le cayó de las manos y se rompió contra el suelo.

-Maldita sea.

-Lo siento mucho, no quería asustarte -dijo Bucky y se levantó del sofá y se dirigió a la cocina.

-No, no pasa nada, es que...-empezó a decir Kath mientras buscaba algo con lo que limpiar el desastre.-Supongo que aún estoy medio dormida.

Encontró un trapo y empezó a limpiar el suelo. Un trozo de cristal le pinchó un dedo y un gota de sangre cayó al suelo mojado.

-Déjame ayudarte le dijo él arrodillándose frente a ella.

-Sí -dijo ella y le pasó el trapo-. Intenta limpiar esto, voy a por una escoba.

Ella volvió hace un momento y limpió los cristales rotos y los tiró a la basura.

-Lo siento, de verdad que no quería asustarte...

-No te preocupes, es que... no estoy acostumbrada a tener gente en casa -dijo, lo cual no era del todo mentira. Pero se había acostumbrado al complejo de los Vengadores, siempre había gente allí, y Steve, Nat y Sam eran una presencia constante en su vida. Había sido la presencia de Bucky lo que la tenía tan nerviosa, lo había estado buscando durante los últimos años y ahora no sabía qué hacer o qué decirle.

Se miraron por un momento, ambos se veían nerviosos y un poco incómodos con el silencio que crecía entre ellos.

-¿Quieres café? -le preguntó ella y se giró hacia la cafetera que había en la encimera.

-Uh, claro.- dijo él encogiéndose de hombros.

Ella empezó a preparar las tazas, le temblaban las manos, aún se sentía nerviosa por el vaso roto, y los ojos de Bucky en su espalda no ayudaban.

-¿Has dormido algo? ella le pregunto, de repente había olvidado como iniciar una conversación.

-Sí, un poco -respondió, no era una mentira completa; había intentado dormir, incluso había agarrado una de las mantas que Kath les había dado, pero en cuanto cerró los ojos, las pesadillas comenzaron y lo despertaron. Intentó dormirse de nuevo pero sin éxito, así que se quedó tumbado en el sofá esperando a que llegara la mañana.