Las doncellas aparecieron, procediendo a dejar varias bandejas de tres niveles llenas de dulces variados. El delicioso aroma empalagoso y los apetecibles colores eran una tremenda tentación. Akanemi sintió su estómago hacer un sonido incómodo y recordó que apenas había probado bocado en el desayuno, su anfitriona pareció notarlo y una leve sonrisa asomó en la comisura de sus labios.
— Alteza —dijo con solemnidad una de las doncellas haciendo una reverencia y sin levantar la vista, esperó a un gesto de autorización de la emperatriz para seguir hablando— la quinta princesa ha venido a visitarla.
—Puede pasar, dile que la espero en el palacete —dijo Urmika con voz autoritaria y luego, dirigiéndose a Akanemi añadió suavizando su tono— come lo que quieras, pero antes —puso su mano en la espalda de Akanemi sorprendiéndola— estírate, la figura de una princesa debe ser recta y erguida.
Aún mirando de manera reacia a la emperatriz, siguió sus consejos y enderezó su postura. Luego tomó un dulce que comió con avidez bajo el velo. El sabor era sencillamente delicioso, nunca había probado algo así. Se derretía en su boca suavemente provocándole la sensación de estar comiendo algo como una nube o algo parecido, tomó otro sin notar que alguien había llegado. Alzó la vista al escuchar una voz infantil y vió como una niña de al parecer unos nueve años caminaba por el puente hacia el palacete. Las peinetas llenas de flores que adornaban su cabello combinaban a la perfección con su vestido rosa, lo que parecía estar fuera de este conjunto era una bolsita de cuero que traía amarrada a la cintura. Llegó hasta donde estaba la emperatriz, hizo una reverencia y luego alzó su cabeza mostrando una sonrisa pícara.
—¿Y entonces? —preguntó de manera expectante en dirección a la emperatriz.
—Estás mejorando, tu reverencia quedó casi perfecta —dijo Urmika sin poder contener la risa, Akanemi no acababa de entender a esta mujer. Sus súbitos cambios de humor daban miedo— pero has fallado en algo, tenemos una invitada muy especial y no has saludado de manera correcta.
La niña infló las mejillas, molesta por el regaño, aunque era inevitable no darse cuenta de que la emperatriz no la estaba reprendiendo en serio. Se giró hacia Akanemi, hizo una hermosa reverencia y con expresión angelical hablo:
—Bienvenida al palacio de la lluvia, yo, la quinta princesa le extiendo un caluroso saludo y el deseo de que su estancia sea agradable.
—Gracias —respondió Akanemi con torpeza— soy Akanemi.
—Y yo Shakori —dijo la niña con entusiasmo sentándose y tomando un dulce.
—¿Y cúal es el error en la respuesta de Akanemi? —preguntó la emperatriz tomando un vaso y bebiendo un sorbo de té con delicadeza.
—Uma fespuepta fofmal fevia —dijo la niña de forma incomprensible mientras estaba masticando, a lo que Urmika reaccionó aclarándose la garganta— Lo siento, digo que una respuesta formal sería: es un placer conocerla y su saludo es recibido con gran agrado.
—Correcto —aplaudió la emperatriz y luego tomó un pañuelo con el que procedió a limpiar la boca de Shakori con dulzura maternal— Akanemi va a ser tu nueva hermana, se casará con Seiken.
Shakori abrió mucho sus oscuros ojos y la boca emocionada. Se veía muy feliz por la noticia.
—Entonces por eso está con el velo puesto dentro del palacio —Se abalanzó hacia Akanemi por sorpresa abrazándola— ¡Me encanta!, tendré otra hermana. Tu sí que jugaras conmigo ¿no es cierto? No como mi odiosa hermana Hyorin —añadió haciendo un gesto de desagrado de solo pronunciar el nombre.
Urmika volvió a hacer un ruido con su garganta, provocando que Shakori se apartara y volviera a sentarse de manera correcta— Ante todo modales Shakori —la niña asintió sonriendo— ¿Has visto a Chihaya?
—Si, no se siente muy bien.
—Su embarazo está a término, es normal que se sienta así —dijo la emperatriz dando un largo suspiro— entonces asumo que no podrá asistir esta noche a la "Jalsha" que celebraremos para Akanemi.
Una doncella llegó y se quedó esperando a que su señora le permitiera hablar.
—Su costurera personal ha llegado, está esperando a la novia para ajustar el vestido del Jalsha y tomar las medidas para el vestido de la boda.
—Vequerida, luego te explicaré como se celebrará todo y lo que tienes que hacer —dijola emperatriz indicándole que siguiera a la doncella.
Akanemi asintióy se alejó, mientras Shakori sonriendo movía su mano en señal de despedida.Después de esto, todo sucedió bastante rápido, tomaron sus medidas y arreglaronel vestido que debía usar esa noche. Al parecer como se trataba de un vestidoceremonial solo tenían que hacer unos pocos ajustes y no hacer el vestido desdecero. La llevaron hasta un lujoso baño para visitas que había en el palacio,donde tomó un relajante baño. Luego, mientras las doncellas la vestían ypeinaban sin mirar su rostro para honrar las costumbres, la emperatriz leexplicaba en que consistía la ceremonia y todo lo que debía hacer. Para susorpresa, cuando miró afuera por la ventana notó que ya estaba oscureciendo. Escuchabavoces, parecían estar llegando las invitadas pues esta fiesta era solo paramujeres según le había dicho Urmika. Luego de un rato llegaron las doncellas aescoltarla, había llegado el momento.
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El Dios de las espadas
FantasyEn un mundo donde los dioses una vez caminaron junto a los humanos incluso sacrificando más que su inmortalidad. Tierras lejanas donde la magia es algo casi extinto que solo unos pocos elegidos pueden usar y las bestias míticas que antiguamente goza...