—Entiendo eso, pero también es bueno ser honestos, usted es hombre y es su esposo —dijo Kudume con seriedad remarcando esto último— Así que me parece que lo que más le molestó fue que vio que su hermano y su esposa se llevan bien. Aunque admito que eso es peligroso tratándose precisamente de él, los rumores corren rápidamente en el palacio. No sería bonito que una situación como esta fuera malinterpretada, llevándolo todo hacia el rumbo de un malentendido malicioso —añadió con aire pensativo
—Si mañana parto a la guerra y muero, Naito ocupará mi lugar y no la va a tratar como a una hermana. Ella va a ser el trofeo que puede arrebatar de mi lado, una concubina o algo peor... —Seiken hizo una leve pausa como si no quisiera ni siquiera imaginar el significado que conllevaban sus propias palabras— con él nunca se sabe lo que puede pasar por su cabeza. Gahama se ha encargado de que seamos enemigos de por vida —suspiró molesto— toda la vida ha sido así. Naito siempre ha codiciado cualquier cosa que yo posea haciendo lo imposible por quitármelo o destruirlo.
—Si me permite, mi consejo en este caso sería que hable con su joven esposa de manera sincera, tal y como lo hace conmigo
—Lo intenté
—Oh no mi señor, eso no fue una conversación —negó Kudume divertido— fue una reprimenda bastante acalorada, diría yo
—Al parecer no soy muy bueno con las conversaciones
—Conmigo si lo es
—Es diferente, tú eres mi consejero, mi amigo de toda la vida
—No soy ella, ese es el motivo. No sabe como actuar con la princesa. Nunca pensó en casarse bajo estas condiciones y tampoco pensó tener una esposa tan joven —Kudume se acercó y puso una mano en su hombro a modo de consuelo— Sé que usted no es una persona comunicativa por naturaleza, pero al menos trate de serlo con su esposa.
—Soy un maldito bruto, ¿no es cierto? —preguntó mientras una expresión de derrota afloraba en su rostro— pero ella también sabe defenderse. Supo decir cosas que me hirieron bastante y créeme que eso es bastante difícil.
—Bueno, en ese punto debo darle la razón a la princesa, o la ve como un padre, o la ve como su esposa. En resumen o la sigue viendo como una niña o acepta que ya es una mujer y la trata como tal.
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El Dios de las espadas
FantasyEn un mundo donde los dioses una vez caminaron junto a los humanos incluso sacrificando más que su inmortalidad. Tierras lejanas donde la magia es algo casi extinto que solo unos pocos elegidos pueden usar y las bestias míticas que antiguamente goza...