Capítulo #45💕

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Perdón por errores ortográficos.

Emily Prentiss.

Con sigilo aparcamos a unas cuadras de la casa. Nos movemos por el vecindario con rapidez, al llegar intentamos entrar, no sé cuantos hombres hallan a dentro, pero supongo son pocos, ya que abrimos el portón y no nos disparan.

Avanzamos en silencio un par de metros, el silencio no dura mucho, puesto que los balazos comienza, y ciertamente no me interesa lo que suceda con los hombres que están arriesgando su vida por ayudarme, porque a mí solo me interesa recuperar a mis dos hijos y salir con vida de este lugar, cueste lo que cueste.

Me escabullo por los pasillos exteriores de la casa, conozco a Ian, si o si esta casa tiene que tener una salida trasera que esté cerca de la escalera del segundo piso.

Mediante camino por el pasillo observó el interior a través de los grandes ventanales de la casa, no hay nadie. Lo cual no es raro, Ian perdió mucha fuerza al Ciarabinos traicionarlo, muchos han muerto en la guerra que se creó, y muchos murieron hoy en el edificio del FBI.

Así que lo más probable es que hoy seamos solo él y yo peleando, no terceros, es la recta final de este juego del gato y el ratón. Hoy se define quién gana. Ya que nuestra historia solo tendrá dos finales. Él me mata y recupera todo su poder. O yo la mato y recuperó a mis hijos y soy feliz de una vez por todas.

Con cuidado abro la puerta trasera de la casa, estoy dentro de la casa, me muevo con cuidado, mientras agudizó mis oídos a la alerta de cualquier amenaza.

Avanzó despacio, reviso todo a mi alrededor, abro cada puerta, no puedo darme el lujo de no ser precavida. Camino un poco más y llego a la base de la escalera que me llevara al segundo piso, desde aquí puedo ver que afuera el tiroteo sigue. Por mi bienestar espero que los míos sean los que ganen.

Empiezo a subir las escaleras, no hago ni un ruido, no quiero alertar a Ian de que ya entre a la casa. Me paralizó al escuchar la risa de mis hijos y la voz de Ian diciéndoles que guarden silencio.

Avanzo más rápido pero con el mismo silencio. Al fin llego donde termina la escalera, tengo tres puertas a la derecha y tres puertas a la izquierda, sé que el sonido provino de la derecha, así que me dirijo ahí.

Abro la primera puerta, reviso el lugar y no hay nada. Salgo con cuidado de no mover nada y hacer ruido.

Cuando estoy por abrir la segunda puerta escucho la risa de mis hijos y a Ian decirles que guarden silencio. Rápidamente, abro la puerta y avanzó un par de pasos con arma alzada, me congeló al no verlos, vuelvo a escuchar la misma risa y la misma frase de Ian que proviene del teléfono que está en la cama. Al comprender lo que está sucediendo, intento regresar por donde entre y cerrar la puerta, pero es demasiado tarde Ian, quien se escondía detrás de la puerta, se abalanza sobre mí. Arrebatándome con violencia el arma de las manos y tirándola a la esquina, con la misma violencia me tira al suelo.

-¡Hola de nuevo amor! -dice cerrando la puerta con una gran sonrisa, mientras yo busco una manera de recuperar el arma, intento lanzarme por el arma, pero no lo consigo, ya que sujeta mi cabello.

-¿A dónde crees que vas? -cuestiona con burla, poniéndome de rodillas frente a él. Su agarre en mi cabello sigue siendo firme. Perder un par de mechones no es lo peor que puede pasar, así que lanzó mi cuerpo con fuerza hacia sus rodillas, la fuera de mi lanzada es tanta qué lo hago tambalearse y caer al suelo.

Trepó sobre su cuerpo y con toda mi fuerza golpeó su rostro lo suficiente para crear desconcierto en él, y así poder ir por el arma.

En un movimiento rápido no sé cómo logra girarme, pero se cierne sobre mí. Sus manos movilizan las mías sobre mi cabeza con facilidad, mis golpes parecen no haberle hecho nada. Cosa que me enoja, ya que este maldito parece ser de acero.

NO SOY TUYA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora