Capítulo 14#

209 25 7
                                    


Hola, ¿cómo estan?  Espero que bien.

Perdón por errores ortográficos.

Pov Emily

Al parecer mi idea de imaginar que la mano pertenecía a alguien más logro relajarme, puesto que me dormí no se por cuanto tiempo.

Por obvias razones se a quien posiblemente pertenece el brazo, pero por una pequeña parte de mi qué espera un resultado distinto me muevo despacio para confirmar la identidad del hombre a mi lado. Y efectivamente es Ian Doyle, ni como negarlo.

Lo observó por un segundo, parece estar profundamente dormido. Quiero moverme por   la habitación para buscar algo  con lo cual pueda dañarlo, para poder  buscar una salida. Pero lamentablemente lo veo moverse y me doy cuenta que tan profundamente dormido no esta.

Así que permanezco en la posición en que me desperté. No quiero  moverme por temor a que este realmente despierto y que se de cuenta que yo también lo soy, pero no puedo  revisar bien la habitacion desde mi ángulo.
Pero a simple vista puedo usar una copa qué veo en la esquina, si la quiebro podría insartarcela y correr.

Pero para mi mala suerte si me muevo podría despertarlo y  aunque logre no despertarlo no confío en mi misma para correr, mi estado sin ropa es un gran indicador de lo que paso anoche y el hecho de que no lo recuerde, significa que hubo droga de por medio.

Dejo de divagar en mis  pensamientos ya que mi maldito  compañero de cama se estaba  acercando  peligrosamente a mi  cuello.

Siento  la respiracion de Ian en mi cuello, asi que me hago la dormida, sus manos recorren mi cuerpo como si tuviera permiso para hacerlo. Cuando era Lauren odiaba qué se creyera con el derecho de poder tocarme mientras yo estaba dormida y ahora lo odio más.

Se que mi molesto debió mostrarse en mi rostro, revelando así que estoy  despierta, ya que me habla.

— Lauren, se que estas despierta.

—No me llamo Lauren, ignorante— le digo secamente, lo  que a Doyle solo le provoca risa. Ignora mi comentaría y sigue tocándome, quiero pelear y decirle que se detenga, pero no lo hago, y aunque me duela admitirlo, realmente tengo miedo.

—¿Qué me hicistes a noche?—le pregunto aunque ya se la respuesta, me giro para quedar cara a cara.

—Nada que tu no quisieras— dice con  una sonrisa lasciva, mientras se acerca a mi con determinación tal y como  un león hambriento cuando ve a su presa.

—¿Nada que yo no quisiera? ¿Por qué no recuerdo nada entonces?.

—Oye, oye, te pasastes de copas amor, eso te hizo olvidar. Tu viniste a mi, te quitaste la ropa y yo soy humano, caí en la tentación. —dice mientras se va acercando más y más a mi.

—Ian detente—  le digo  tratando de sonar lo mas amenazadora posible. Pero con eso solo logre que su lujuria aumentame cada vez  mas.







NO SOY TUYA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora