𝐌𝐏▬▬ 𝐇𝐀𝐋𝐋𝐈𝐄 𝐘 𝐇𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑
❛Los niños que vivieron❜
Son huérfanos y viven en casa de sus tíos desde que tienen memoria donde los tratan como si fueran sus esclavos. Un día los hermanos reciben muchas cartas la cuales c...
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Últimamente le costaba mucho conciliar el sueño y esa noche no era la excepción. Cada segundo era un pensamiento más en su mente de los eventos de ese día. Si tal vez ella hubiera gritado, si tal vez lo hubiera golpeado, si tal vez le hubiera hecho caso a su tía y no provocarlo con su ropa, no provocarlo, no retarlo...
Si tal vez...
Unos golpecitos en la ventana detuvieron esos destructivos pensamientos llamando la atención de Hallie, se incorporó de la cama limpiando las lágrimas que se le habían derramado hace unos minutos. Otra vez los golpeteos, Hallie en un pijama de pantalones a cuadros azules junto a un suéter con capucha de un tono más oscuro se acercó a la ventana y lo que vio la dejó quieta.
Draco Malfoy estaba frente a la ventana, volando sobre su escoba.
- ¿Draco?
- Hola, Blue - le sonrió coquetamente como solo él sabe hacerlo.
- ¿Qué haces aquí? ¿Sabes la hora que es?
- Es la hora de aprovechar la soledad y silencio de Hogwarts. Además es noche de lluvia de estrellas.
- Hay toque de queda.
- No puedo creerlo - dijo impresionado - Hallie Potter quiere seguir las reglas, aunque no le ha importado incumplirlas desde su llegada a Hogwarts. ¿Acaso estoy hablando con una impostora?
- Eres un tonto, Draco malfoy - rodó los ojos Hallie.
- Vamos, Blue. Atrévete. Luego a mí me llamas el gallina.
Hallie negó mordiéndose el labio.
- Si Snape o McGonagall nos atrapan será tú culpa.
Draco sonrió mientras observaba como Hallie buscaba sus pantuflas de felpa blancas para luego subirse en el alféizar de la ventana. Al estar en una de las torres más altas del castillo la distancia entre ellos y el suelo era muy significativa.
- ¿Confías en mí? - preguntó Draco extendiendo su mano derecha.
Hallie miró a su alrededor, las chicas seguían durmiendo y los ronquidos de Lavender se escuchaban más que su conversación.
- A veces - respondió Hallie con gracia. Draco la miró con los ojos entrecerrados - Si, confío Rubio.
Tomó la mano de Draco y con cuidado se dejó caer sobre la escoba. Comenzaron a volar pero ella no se sostenía de nada más que del palo de la escoba.
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