CAPITULO 4

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JAX

Una cosa que debes saber sobre mí es que soy gran fanático del rock, trap, rap, Beyoncé y de Destiny's Child; no me avergüenza, pero tampoco es algo que vaya gritando a los cuatro vientos al mundo, no va con mi pinta de chico malo. Te lo cuento porque es seguro que no te volveré a ver en mi vida.

Como es mi costumbre, muchas veces que estoy solo, doy conciertos, así que puse a todo volumen Lose My Breath, mientras me creía el remplazo de la cuarta integrante del grupo. Estaba dándolo todo en la sala del departamento. En los últimos veinte segundos de la canción me di vuelta y la vi. Sara había llegado y entrado al departamento sin darme cuenta.

- ¡AH! – grite, masculinamente, al verla sonriendo.

Realmente me asusto.

Parada a lado de la puerta de la entrada, vestida con un vestido amarillo con flores, llevaba unos huaraches cafés que la hacían ver unos centímetros más alta de lo que ya es y su cabello ondulado caía libre sobre sus hombros; aunque claro, no le preste mucha atención. En ese momento me enfoque más en que me espió y le diría a la chismosa de su amiga para que se burlara de mí.

- Perdón, Jax. No te quise asustar, es solo... bailas bien.

- Búrlate todo lo que quieras aquí, pero no le digas al engendro de tu amiga o a Thiago.

Le di la espalda para pausar la música, al tenerla de frente, ella se acercó a mí.

- No, no, no me burlaba. Enserio eres un gran bailarín, estoy asombrada – habló con una sonrisa, sonrisa que me hizo creerle.

- En ese caso, gracias.

Estaba incómodo, nunca habíamos estado solos. Solos de ella y yo. Solos solos.

- De nada.

Nos quedamos en silencio, viéndonos, lo que me hizo sentir aún más incomodo después de unos minutos. Desvié la mirada y traté de averiguar a que había ido.

- Thiago no ha llegado.

- Lo sé, me mandó un mensaje que se tardaría un rato más, me dijo que podía esperarlo aquí adentro, ¿te importa si espero aquí?

- No, para nada, estas en tu casa.

- Bien, gracias.

- ¿No te quieres sentar en el sillón? ¿O prefieres esperarlo en su cuarto?

- Aquí está bien, gracias.

Y no se bien porque razón, pero me senté a su lado, trate de convencerme de que me quede por las siguientes razones:

Primero, ser un buen anfitrión; normalmente es Thiago quien se luce en eso con las escazas visitas que llegamos a tener, al tenerla ahí, creí que era mi momento de lucirme. Segundo, creía que era el algo de Thiago y mi deber con mi mejor amigo era tratarla bien. Tercero, Sara siempre había sido amable conmigo. Cuarto, se veía muy linda ese día; aunque claro, me regañe cuando tuve ese pensamiento y lo deseche por completo durante la noche, en mi cama, cuando me quede preguntando el porqué de mis acciones.

- ¿Quieres jugo?

- Si, por favor.

- Voy por él.

Me encaminé a la cocina dispuesto a traerle el dichoso vaso con jugo que ofrecí, pero antes de entrar, recordé que no tenemos nada más para beber que agua y cerveza. ¿Por qué me ofrecí jugo?

- Mmm... Sara, lo que pasa es que no tenemos nada más que agua y cerveza, no se porque te ofrecí jugo, lo siento.

- No hay problema, agua está bien, muchas gracias.

Rosaline al volante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora