Rosaline al volante

CAPITULO 33

ROSALINE

Lucas esta acostado en la cama del hospital conmigo en una silla a su lado. No lo vi durante sus primeros dos días internado, así que no tengo con que compararlo, me aventurare y diré que se ve bien, realmente lo hace.

-        Dicen que pronto me darán de alta, prometo llevarte por una malteada por hacerte pasar por todo esto. Me entere que papá te despertó en la madrugada, lo siento.

-        No hay razón para disculparse, son mis amigos – la sonrisa que le doy, lastimosamente, no llega hasta mis ojos.

No tengo muchas ganas de hacer cosas, pero Lucas es mi amigo y quiero apoyarlo. Este es un momento difícil para él.

-        Escucha, yo... lamento lo de tu padre, me entere y solo quiero decirte que lo siento mucho.

-        Gracias – susurro.

-        Aquí estoy, Ros – toma mi mano –. Al salir de aquí, iré a rehabilitación. Bea y papá encontraron un bonito lugar, parece más un hotel que un centro para personas jodidas como yo, ja, ja, ja.

-        Lucas...

-        Esta bien, estoy jodido, Ros. Le dije a Diego que te cuide mientras no estoy, él te acompañara a la compra y si es un idiota contigo, solo dímelo, prometo patearle el trasero – esta vez, sí me rio –. Él se disculpó. Fue horrible, no soporte ver su mirada, no por la disculpa, sino por cómo me veía. Todos siempre han sabido que estoy jodido, menos Diego – hace una pausa –. Me devasto ver como me miraba con miedo a que me pasará algo, como se recriminaba por esto que no tiene nada que ver con él.

Lucas se queda quieto, viendo a la nada.

-        Es mi hermanito, si hay alguien quien no deseaba que viera este lado de mí, es él. A su lado yo era Lucas, no el drogadicto con el que tenían que tener cuidado por ser un caso perdido, no, era Lucas su hermano mayor que le enseña cosas y lo asesoraba. Dolió demasiado.

Podría apostar mi pie a que sin importar que, Diego jamás dejará de ver a su hermano con admiración.

-        También dolió verlo en ti, Ros. – Intento decir algo, sin embargo, él se me adelanta, nuevamente –. Siempre finjo que no fue gran cosa no pasar tanto tiempo con papá y que todo esta bien, pero la verdad es que no. Beatriz y Homero al menos tuvieron unos años con él y mamá, yo no tengo mucho para recordar, ¿sabes? Siempre desee ser ese alguien para otra persona, tal como Bea con Homero, tal como Adi para papá después de mamá, tal como mamá con papá. Solo ese alguien para alguien y yo tener a ese alguien en quien apoyarme, con quien compartir cosas; solo deseaba dejar de sentirme solo – hace contacto visual conmigo –. Estas últimas semanas a lado de papá y de ti han sido lo mejor. Me permitiste ser ese alguien para ti, Ros. Compartimos momentos y, aunque no te diste cuenta, en varias ocasiones me apoye en ti.

Yo también me apoye en él varias veces. Gracias a ellos, en muchas ocasiones no me sentí sola o a la deriva.

-        Necesito ayuda profesional. Aceptar el problema y estar rodeado de gente que me apoya. Solo desearlo no es la solución, pero si es de los primeros pasos. Allá me ayudaran y, cuando menos se den cuenta, estaré de regreso, listo para ir por unas malteadas.

-        Te estaremos esperando, Lucas.

Lo abrazo, lo abrazo como nunca lo había hecho.

Él se pondrá bien. Él se recuperará.

Sigo en sus brazos cuando una pregunta me asalta la mente.

-        Lucas, el chico con el que te vi en los basureros del edificio, ¿es tu...