CAPITULO 9

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JAX

- De hecho, Jax hizo pizza por t... por...por mi cumpleaños.

- ¿Es tu cumpleaños?

Con una sonrisa incomoda, asintió a la pregunta del de suéter chillón. Él y Sara se le acercaron para felicitarla dándole un abrazo.

- Como no te trajimos regalo, debería hacer los dedos de queso, ¿no? Supongo que eran por tu cumpleaños.

- ¿Sabes cocinar? – pregunte, irritado.

- Si y, no es por ser presumido, - pues lo eres, pensé - pero soy muy bueno.

Oh, cállate.

El invitado no deseado se fue a la cocina con Sara y Thiago, para indicarle donde estaba cada cosa y tras decirle "estas en tu casa", los dejo solos y regreso a la sala.

- ¿Qué mierda paso abajo? – Preguntó en un susurro al llegar a nuestro lado.

- Lo único que tengo claro es que ese jodido suéter andante me gano a Sara. Le pidió ser su novia esta tarde. ¿Por qué no me dijiste que estaba conociendo a Alguien?

- ¡Por qué no lo sabía! – Gritó/susurró.

- ¿Qué debo hacer? – Observé a los tres en espera que me dijeran que me ayudarían a desaparecer al tipejo ese.

- Pues ver si realmente le gusta a Sara, porque parece ser así, tendrás que verla ser feliz a su lado. Si ves que no lo es, pues inténtalo.

- Mejor déjala, Jaxie. Ya la superarás. – Me aconsejo Martha. Dudaba mucho de eso, cuantos planes y cuanto tiempo había pasado y nada hacía que la olvidaba o disminuyera lo que sentía.

- Yo apoyó a Ari. Observa y si ves que no es tan fuerte el sentimiento y que tienes una oportunidad, inténtalo. Ella jamás supo que te gustaba y sentía algo por ti, así que a lo mejor tienes una oportunidad, amigo.

- Olvídala, Jaxie. Armando es muy guapo. No interfieras en la relación.

Tras maldecirla en mi cabeza, Ari y Thiago formaron un equipo donde ambos me apoyaban y animaban para intentarlo, mientras que Martha me decía una y otra vez que la olvidará.  Media hora después, los dos faltantes regresaron de la cocina con los deditos de queso.

- Espero que no les haya molestado, pero también prepare unos aderezos.

La primera en probar los deditos y uno de los aderezos fue Ari.

- Mmm, pero que delicia, no sabía que los dedos de queso pudieran saber mejor. Tienen que probarlos, chicos.

- Amigo, esto está buenísimo, ¿dónde aprendiste?

Ese día fue el día en que me quede sin amigos. Aprendí que la traición puede venir de alguien muy cercano a ti y es lo que más duele. Abrí los ojos y me di cuenta que solo podía contar con Plancha.

Probé uno de los deditos de queso, no eran nada del otro mundo. Vale, sabían ricos con los aderezos, pero muy normalitos. He probado mejores, es más, estoy seguro que yo puedo hacerlos mejor.

Ahogándome de los celos, me puse de pie haciendo que todos enfocarán su vista en mí.

- Iré a meter las pizzas al horno, ahorita vuelvo.

No era necesario que me quedara pegado al horno, pero lo hice. No quería regresar. No quería verlo. No quería verlo mientras la hacía reír, mientras le tomaba la mano. No quería verlo con ella.

Rosaline al volante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora