7.

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JIMIN:





— Todo marcha muy bien por aquí.— miro hacia la pantalla del celular que me compró Jungkook con una sonrisa.

— Me alegra escuchar eso... ¿Y no apareció algún intruso admirador de Jungkook por casa? — quiso saber Dayane.

Niego y suelto un suspiro.— Por el momento no he visto ni notado a algún extraño.

— Tienes suerte de no soportar esas cosas. De igual forma cariño, ya sabes, marca territorio con cualquiera.— se ríe de más.— Bueno, te dejo Jimin porque tengo trabajo pendiente. En estos días te llamo de nuevo a ti o quizás podemos tener una videollamada entre los tres y hacer cositas sucias. He escuchado que el sexo a larga distancia es un fetiche muy delicioso.— me guiña el ojo coqueta.

— Me encantaría.

Nos despedimos y cortamos la videollamada.

Debo decir que al principio me fue difícil aprender a usar un celular tan moderno como el que me compró Jungkook pero con su ayuda e indicaciones, aprendí rápido. Ahora puedo hablar con Dayane incluso sin Jungkook presente. Y hablando de él, justo llega del trabajo, pero no llega solo. Un hombre sonriente y lindo lo acompaña por lo que mis sentidos se ponen en alerta y la advertencia de Dayane ronda por mi mente. Con un puchero en los labios y las cejas fruncidas me acerco a ambos.

— Jungkook, ¿Quién es él? — mi pregunta suena en un tono molesto sin poder evitarlo.

¿Estaré haciendo bien en molestarme por la presencia de un extraño?

Dayane.

Tengo que seguir con lo que me dijo Dayane.

— Ah, Jimin. El es Hoseok, un amigo y lo invite a cenar para que te conozca. Espero no te incomode.— mientras habla me toma de la cintura y deja un corto beso en mis labios frente a ese extraño que ahora sé es su amigo.

No confiado todavía, tomo del rostro a Jungkook y lo beso, unos segundos largos y apasionados. Al separarnos Jungkook me observa sorprendido y maravillado a la vez.

— Gatito, ¿me extrañaste, eh? — sonríe coqueto y se acerca a susurrarme algo al oído.— Más tarde me demuestras esta pasión con la que me recibiste.— me sonrojo ante sus palabras, el carraspea separándose de mi y mira hacia su amigo que en ningún momento dejó de sonreír.— Cariño, como te decía, el es Hoseok, un amigo mio y espero que pronto sea tuyo también. Es una buena persona.

Me relajo al escuchar eso.

— Hola Hoseok.— después de haber sido descarado con Jungkook me pongo tímido ante su amigo.

— ¡Aaaah! — grita el hombre, asustandome en el proceso.— Pero que cosita más linda es tu famoso Jimin. Me repetias que es bonito y blablabla, pensé que exagerabas pero no es mentira. Es muy bonito.

Mis mejillas estoy seguro que es tan muy color tomates.

— Baja tu voz, hobi. Lo espantas.

Ante el reclamo de Jungkook, el sonriente habla más bajo.— Lo siento. Bueno, he venido a conocer a Jimin. Saber como es y me gusta lo que veo. Él  al parecer no haría daño ni a una mosca.

Lo miro confundido pero Jungkook parece que si le entiende porque intercambia miradas sospechas con su amigo.

— Si como ves, Jimin es un inocente. Se lo puedes comentar y hacer entender que está equivocado con su idea de que todos son iguales.

— Cuenta conmigo para eso.— dice Hoseok y sigo sin entender de que hablan.

No pregunto nada porque siento que no tengo derecho a meterme en sus secretos de amigos. Sin embargo, no puedo negar que siento una punzada de tristeza saber que yo estoy incluido en ese secreto, porque es obvio que se trata de mi, y no tengo ni idea de que trata.

Confía en Jungkook, confía.

Me repito.

— Hice la cena. Tu amigo también puede comer, hice suficiente.— intervengo en sus palabras claves.

Jungkook me sujeta entre su cuerpo y besa mi mejilla.— Confiaba en eso, se que todos los días haces cena de más y por eso me atreví a invitar a Hoseok.

— Está bien.

Los tres nos dirijimos al comedor mientras que el invitado toma asiento, Jungkook me ayuda a servir la mesa. Fue una buena opción haber preparado uno de mis mejores platillos justo para la cena de hoy. En menos de quince minutos, empezamos a cenar con alagos de Hoseok de por medio. Le encantó lo que preparé que hasta me pidió receta, la cual se la di. A comparación del inicio, me empezó a agradar más Hoseok, generandome confianza enseguida por su forma de ser. Me contaba algunas cosas suyas en medio de la cena. Me preguntaba y yo respondía algunos datos de mi. No fue incomodo la charla. Jungkook por su parte, miraba a ambos emocionado, le encantaba que me llevara bien con su amigo. Ahí entendí que Hoseok es mucho más especial de lo que pensé para Jungkook.

— Todo delicioso. Tienes una sazón increíble. Sabes, mientras comía pensaba en algo activador para ti. Mi cumpleaños se acerca y estaba pensando en contratar a un restaurante al que suelo ir pero tu sazón sin duda es superior así que pensé que quizás podrías preparar tu el menú como para veinte personas. Es algo privado la reunión solo amigos íntimos. Me encantaría que aceptaras.

La propuesta de Hoseok me toma por sorpresa.

— ¿No es mucho para Jimin cocinar para veinte personas? — cuestiona Jungkook no muy seguro de la propuesta.

— Por eso le estoy proponiendo. Si no quiere, lo entiendo. Además, voy a pagar sus servicios y esfuerzo muy bien.

Veinte personas.

No es mucho. En la casa hogar de híbridos éramos más y la mayoría de veces cocinaba yo.

— Acepto.— respondo sin dudar.

Hoseok suelta un chillido y estrecha mi mano.— Entonces, trato hecho.

Asiento también emocionandome. Amo cocinar y analizandolo mejor, seria mi primer trabajo referente a ello. Un dinerito extra no me vendría mal, no puedo depender tanto de Jungkook y creo que trabajar un poco no sería malo.

Miro a Jungkook pensando que quizás este molesto porque debí consultarlo antes con él y aceptar que el decida como lo hacen casi todos los hibridos alfas con sus omegas. Sin embargo, Jungkook me miró con admiración y orgullo. Claramente una vez más estaba equivocado, él no es un híbrido alfa, él es diferente y me gusta eso.

Jungkook besa mi mano libre y mi corazón se aceleró ante esa muestra.

Él es diferente. Recuerdalo.

¡¿Nuestro?! ¡Es mio ahora! ↠ KOOKMIN ↞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora