16.

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JUNGKOOK:






No pasamos mucho tiempo en ese pueblo.

Después de un abrazo emotivo con su amigo, Jimin lo convenció que nos fueramos de ahí de inmediato y llegué a pensar que el otro se negaría pero aceptó de inmediato cambiándose a una ropa más presentable, la única que tiene según él. Luego le ayudamos a sacar sus pertenencias más valiosas de su casa para llevarlas al coche.

— ¿Algo más? — le pregunto cansado al amigo de Jimin después de haber dado como dos idas y vueltas llevando cosas suyas al coche.

— Eso es todo. Gracias.— evitó la mirada avergonzado por la ayuda que esta recibiendo de mi y Jimin.

Me dió pena.

Se nota que ha vivido un infierno.

— Es hora de irnos Taehyung. En el camino podemos conversar de todo pero lo primero es irnos de este pueblo feo.— dijo Jimin serio y tomó la mano de su amigo para caminar hacía donde dejamos el coche.

Taehyung dió una última mirada a su alrededor y le sacó la lengua a los pocos observadores que miraban de chismosos hacia nosotros.

— ¿Listos para irnos? — les pregunto abriendo la puerta para que ambos ingresen a la parte de atrás del coche suponiendo que Jimin va a preferir irse con su amigo para poder conversar en el camino.

Ambos híbridos asienten y se acomodan atrás lo más juntos que pudieron. Sonreí ante eso y cerré la puerta. Soy veloz y ocupo al asiento delantero para encender el coche. Cuando nos puse en movimiento tanto Jimin como su amigo sacaron las cabezas por la ventana del coche para gritarles a los que miran.— ¡Pudranse todos!

Reí al ver las caras que pusieron esos hibridos y aleje el coche de ese lugar.— Nos detendremos en la entrada de la ciudad para comer algo.— les aviso a los dos rubios que iban muy abrazados como si no quisieran separarse nunca más.

— Gracias por todo. Te amo.— responde Jimin y yo le sonrio por el espejo retrovisor.

— También te amo gatito.

Taehyung soltó un chillido que casi me deja sordo.— ¿Cómo conseguiste pareja? ¡Cuéntame, cuéntame!

Y ambos hibridos empiezan a ponerse al corriente en todo el camino. Los escucho llorar cuando hablan de la abuela de Taehyung, los escucho reír cuando Jimin le cuenta anécdotas suyas, ambos sueltan chillidos escandalosos de emoción cuando Jimin le cuenta como es nuestra relación y que somos tres, aquello le sorprendió bastante. De nuevo vuelven a llorar cuando Taehyung cuenta su vida y lo que vivió durante años en ese pueblo. Hasta yo llore con disimulo porque de verdad era triste. Y así siguieron hablando sin parar durante horas hasta que me detuve en un restaurante conocido y famoso en la entrada de la ciudad.

— Vamos a comer rubios.— les interrumpo en su charla.

— ¿Podemos entrar al restaurante? — preguntó Taehyung nervioso y no muy seguro al ver solo humanos entrando al lugar.

— Si, no veo razón del porque nos nieguen la entrada.— convenzo a ambos y estaba seguro que tendríamos una recibida normal porque somos clientes y en restaurantes famosos como ese no deben prestarse a la discriminación de los híbridos.

Enrollo un brazo en la cintura de Jimin y mi gatito toma la mano de su amigo. De esa manera entramos al restaurante, hubo miradas negativas por supuesto pero fuimos recibidos y guiados por un mozo hasta una mesa para tres. Poco después nos dejó la carta del menú.

— Es hermoso todo.— el amigo de Jimin miró maravillado y con la boca abierta.

— Dime Tae... ¿Te gusta el tocino? — pregunta Jimin.

¡¿Nuestro?! ¡Es mio ahora! ↠ KOOKMIN ↞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora