El Día y la Luz.

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¡BUENAS! ¿SI ESCUCHARON EL GRITITO DE NICO, DICIENDO "BIANCA", EN EL MINUTO 12:30?

Si no es así, córranle, y luego regresan a leer, o lean y luego corran a ver.

Espero les guste, y si es así, recuerden, un voto y una estrellita se agradecen, guapetones.

-X-

Hiperion ataco casi de inmediato. Percy se interpuso en su camino, pues había notado que el titán pretendía embestir contra Luke, desarmado, y aquello sí que no pensaba permitirlo.

-Si lo tocas-le advirtió Percy-, te va a ir muy mal.

Los ojos del titán chispearon como orbes en llamas. Hiperion era rápido como el rayo, como Percy recordaba acertadamente. Con sus casi cuatro metros manejaba su espada como si de una tormenta de acero se tratase, y daba la impresión de que atacaba a Percy desde cinco o seis direcciones distintas, produciendo silbidos llameantes cuando chocaban contra su propia arma.

Se detenía y desviaba, y las hojas resonaron una y otra vez. Percy cedió terreno inconscientemente, mientras la piel se le empezaba a ampollar. Por el rabillo del ojo vio a Luke, que miraba la pelea con impotencia, pero sin intervenir. Habría sido un suicidio encarar a Hiperion sin un arma.

El titán en cuestión maldijo y convirtió un golpe alto en otro bajo, con lo que consiguió esquivar la espada de Percy, solo para arañar inútilmente su hombro desnudo. El arma de Hiperion reboto como si se tratase de goma.

-¡Incuso si llevas la maldición de Aquiles, encontrare la manera de matarte!-rugió Hiperion, mientras Percy seguía bloqueando sus ataques con tanta calma como podía.

Percy se limitó a responder con un ataque que asesto de lleno a Hiperion en el abdomen. Un fino hilillo de icor mano de la herida.

-¡CUIDADO!

Apenas si tuvo tiempo de apartarse. Hiperion rugía y gritaba, y su cuerpo estallo como una gigantesca bomba de fuego, mientras Luke y Percy caían al suelo, envueltos en llamas. Percy se repuso rápidamente, aliviado al comprobar que las llamas del titán no lo afectaban como el aire corrosivo del Tártaro.

Miro a Luke y palideció. Las llamas si lo habían lastimado, y tenía los brazos quemados, seguramente por usarlos para proteger su rostro. Su novio tenía una mirada adolorida, aunque se quejaba a viva voz.

-Esto ya parece una mala broma-se quejó Luke, cuyos brazos temblaban como gelatinas-. Hércules me rompe la muñeca, Annabeth me rompe el tobillo, y ahora este idiota me quema los brazos.

Hiperion se había materializado de nuevo y su sonrisa era tan presuntuosa que Percy se dejó dominar por la ira. Quería que el titán sufriese, quería hacerlo pagar, quería...

Se detuvo. Aquella rabia repentina que estaba sintiendo no era normal, y lo que es más, sabía de dónde provenía...

-¡PERSEO, YA SE DONDE ESTAS!

-Oh, genial-murmuro Percy, mientras Hiperion se quejaba.

-Ese idiota gigante-mascullo el titán.

Percy cargo contra Hiperion, decidido a ponerle fin al titán antes de que fuese reforzado, y para confundirlo, en el último momento se hizo a un lado. El arma de Hiperion descendió inútilmente contra la tierra.

-Aquí ya no tienes poderes, Perseo-le recordó Hiperion, recogiendo su espada-. No me vencerás igual que la última vez.

No hacía falta que le recordasen a Percy lo mal que era su situación.

Percy bloqueo todos los golpes que Hiperion lanzaba, al tiempo que lo alejaba de Luke, mientras, con la espada, le rajó la mejilla al titán de la oreja a la boca y le trazó un corte rojo y descarado a lo largo del pecho. Hiperion sangraba, más aquello solo lo hacía rabiar. Otra vez se convirtió en una supernova de llamas, aunque Percy se colocó en frente de Luke para protegerlo.

Percy Jackson: El Hijo de Hestia II, Los Héroes del Olimpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora