Percy Jackson: El Hijo de Hestia II, Los Héroes del Olimpo.

La Madre Tierra despierta.

¡BUENAAAAS! ¿COMO ESTAMOS? Ya hay nuevo cap.

Y, por si a alguno le preocupa que la batalla haya ido muy rapida (que en el libro también fue muy rapida, algo que me decepciono) con la llegada de los dioses ya... Les digo que son cuatro capitulos de batalla. Este es apenas el segundo. Nos quedarían "La victoria de Gaia" y "Un intento desesperado"

Los quiero, disfruten.

-X-

Percy estaba atónito.

Cuando alzo la vista, sobre la montaña, en lugar del cielo azul, vio un espacio negro tachonado de estrellas y los palacios del Olimpo emitiendo destellos plateados y dorados al fondo. Y un ejército de dioses descendieron de lo alto en sus carros de combate, al son de las trompetas, con espadas llameantes.

Zeus los guiaba, en una carroza de oro tirada por pegasos blancos. En sus manos chisporroteaba una jabalina de pura electricidad: su rayo maestro. Sus hermanos, Hades y Poseidón, flaqueaban al rey de los dioses en sus propios carros, enarbolando sus símbolos de poder.

La mismísima reina Hera había regresado junto a su esposo, cuyo carro estaba tirado por enormes pavos reales.

En el último segundo, antes de que los dioses llegaran a la ciudad, parecieron desplazarse, como si hubieran saltado por el hiperespacio. Los carros desaparecieron. De repente los dioses del Olimpo, que entonces tenían tamaño humano, estaban entre Percy y sus amigos, y los enemigos.

Los dioses eran minúsculos comparados con los gigantes pero rebosaban de poder puro.

-¡Imposible!-rugió Porfirion, con los ojos bien abiertos. Encaro a Encelado, que retrocedió, asustado-. ¡Tú me aseguraste que los dioses del Olimpo no podrían curarse!

Encelado parecía tan atónito como Porfirion.

-Mi rey, yo...

Atenea soltó una risa despectiva.

-¡Sangre griega y romana se ha derramado por una misma causa!-exclamo ella, envuelta en una armadura dorada-. ¡Eso nos ha curado!

A lo lejos de la ciudad, Nike salió volando desde donde la tenían encerrada. Desplego sus alas y voló junto a Zeus.

-¡VICTORIA PARA LOS DIOSES!

León pisoteo la tierra

-¡Basta ya de hablar! ¡ESTO ES LO QUE HE ESTADO ESPERANDO!

Los otros gigantes aun dudaban, pero él no. Riendo como loco, se lanzó contra los Olímpicos, embistiendo su formación mientras lanzaba estocadas y golpes.

Zeus alzo su rayo maestro. El cielo se oscureció. Un trueno retumbo.

-¡HERMANOS MÍOS... ADELANTE!

Los dioses corearon gritos de guerra y atacaron. Percy fue tras ellos en un instante.

Sus amigos lo siguieron.

Por toda la ciudad había caos. Las fuerzas del gigante habían cruzado el río una vez más, pero las Fuerzas Aliadas tenían a los dioses del Olimpo de su parte. La balanza se había igualado.

Luke combatía a Polibotes. Junto a él estaba Poseidón, con su típica camisa hawaiana. El tridente de Poseidón se transformó en una manguera anti-incendios, y el dios expulsó a su enemigo de la ciudad, hasta más allá del río, con un chorro a alta presión con forma de caballos salvajes. Ambos, dios y semidiós, corrieron hacía él para seguir la lucha.

Hermes no estaba en ninguna parte, pero los semidioses heridos desaparecían de en medio de la batalla y reaparecían a salvo, en las enfermerías.

Frank, en forma de un elefante gigante, atacaba a media docena de gigantes con ayuda de su padre Ares. El Dios de la Guerra rugía, furioso, y al grito de "¡Por Clarisse!" hacía retroceder a sus enemigos como si fuesen insectos.