Percy Jackson: El Hijo de Hestia II, Los Héroes del Olimpo.

Vive bien.

Semidioses... Ultimo capitulo de la historia. 

Ha sido un viaje increíble, y les agradezco llegar aquí. 

Los dejo con el cap.

-X-

Las celebraciones por la victoria de las Fuerzas Aliadas no fueron inmediatas.

Todos los monstruos habían sido destruidos o dispersados. Las bajas de las Fuerzas Aliadas habían sido considerables, porque hubo cuerpos que ni siquiera Percy pudo sanar, pero ni mucho menos tan graves como podrían haberlo sido de no haber sido por él.

Para ellos celebraron estupendos funerales, con las más bellas mortajas, al típico estilo de los viejos días. Nico y Bianca solicitaron dirigir los ritos fúnebres, y todos accedieron de buena gana.

Los sátiros y las ninfas anunciaron que no percibían la presencia de la Madre Tierra. La naturaleza había vuelto a la normalidad. Percy había tenido éxito. La adamantina había destruido a Gaia.

Los inmortales no podían morir, pero a partir de entonces Gaia sería como su marido Urano. La tierra seguiría funcionando con normalidad, igual que el cielo, pero Gaia se encontraba tan dispersa y débil que no podría volver a formar una conciencia.

El Argo II había quedado destruido. También la Flota Aliada. Se debatían como regresarían a los Estados Unidos cuando los dioses menores accedieron a transportarlos, y en un parpadeo, estaban al otro lado del mundo, en los bosques del Campamento Mestizo.

Los primeros tres días que pasaron en el Campamento Mestizo nadie hizo gran cosa. En su mayoría estaban dormidos, o en la enfermería, o simplemente disfrutando de un respiro merecido.

Los romanos levantaron su campamento junto a los fresales, y las amazonas, en las lindes del bosque. Los griegos arrimaron el hombro para levantar los muros de tierra y cavar trincheras. En su vida Percy había visto algo tan hermoso. Los hijos de Hermes y Mercurio se reían, contaban anécdotas y robaban descaradamente a todo el mundo. Luke parecía feliz. Reyna, Hazel y Piper se habían vuelto inseparables, y las tres se paseaban por el campamento para supervisar los progresos de los heridos. Quirón, acompañado de Frank y Hazel, pasó revista a las tropas romanas y las elogió por su valentía. Las amazonas de Hylla se besaban con los campistas con la misma frecuencia que los golpeaban, lo que de una extraña forma demostraba su afecto. Bianca y Jasón, tomados de las manos, parecían ser el mayor puente entre los griegos y los romanos: la hija de Hades y el hijo de Júpiter.

La verdadera sensación fue Damasen. Todos habían visto como enfrento a León, y lo consideraban un héroe, más aun tratándose de un gigante que había decidido hacer lo correcto. Tras mucha insistencia de Bob, Percy y Luke, acepto quedarse a vivir en el Campamento Mestizo.

En cuanto a los dioses, en efecto, estaban muertos. Quirón había acudido al Empire State, solo para anunciar que el Olimpo había sido destruido. Nadie sabía bien que pasaría ahora, quien gobernaría el mundo, pero a los semidioses aquello les traía sin cuidado.

Finalmente, se convocó un festín para celebrar.

Como el pabellón no era lo suficientemente grande, los chicos de Hefestos y Vulcano trabajaron horas extras para construir cientos de mesas de caballetes que dispusieron en torno a las colinas. Las ninfas se movían por todas partes, llevando bandejas con carne, pizza, pan, queso, uvas, hamburguesas, comida china y árabe, tacos y más.

Los griegos, los romanos, las amazonas y las cazadoras habían dispuesto sus coloridos estandartes en torno a la hoguera principal. Percy sintió una nostalgia inmensa mirando a las llamas, con la inútil esperanza de ver a Hestia entre ellas.