Una semana más tarde aún me felicitaba por levantarme contra el fascismo de Rick. Ver el rostro desfigurado de papá y George fue mi mejor recompensa.
Tras la ducha me había tomado unos minutos extra para prepararme, incluso usé la camisa celeste y los pantalones caqui. Porque sabía que así no podrían quitar la vista de mi cabeza rapada.
Aún recuerdo cómo luché por contener la risa cuando Rick regañó colérico a George, pidiendo una explicación de por qué no me quitó la rasuradora eléctrica del baño. Es decir, ¿qué estabas pensando, George? Era obvio que haría una estupidez como esa.
El recuerdo era una dulce victoria, pero no quitaba de mi cabeza los problemas que aún tenía en la Academia.
Me admiré en el espejo del casillero mientras guardaba en silencio mi bolso de gimnasia. Estaba listo hace minutos, pero no quería salir del camarín. Después de la cafetería me habían condenado a una tortuosa muerte social, y estar a solas hacía más evidente que nadie se atrevía a juntar conmigo.
Fue entonces que lo escuché.
—... No puedo creer que lo sigas defendiendo.
—Y yo no puedo creer que seas tan insensible, Chris— dijo Ben antes de abrir su casillero del camarín.
Me quedé quieto en mi refugio. Solo la puerta de mi casillero me separaba de ellos.
«Por favor, que no estén hablando de mí».
—¿Cuál es el punto de defender a un marica, Ben?—replicó Chris, con un tono frío. —Simplemente no lo entiendo. Cat tiene razón, realmente perdiste la cabeza desde que asumiste esa estúpida beneficencia.
—¡Hey!
—Sabes que dice la verdad.
Escuché ropa caer y por el rabillo del ojo pude ver los pantalones de escuela de Ben en el piso. Mi corazón estuvo a punto de explotar dentro de mi pecho. Ben se estaba cambiando de ropa al lado de mí.
—Y sabes que mientras más te preocupes de ayudar a ese pobre diablo, más te hundirás con él. No mereces eso.
—No nos ha hecho nada malo, no entiendo por qué tenemos que tratarlo como la mierda.
—¡Hicimos lo que es correcto! Y lo sabes.
—Te has vuelto una persona horrible.
—Es un puto chupapijas, Ben. Ni siquiera debería explicarte por qué debemos ignorarlo.
En ese momento no pude entender por qué a Chris le importaba tanto hacerme quedar mal frente a Ben, pero meses más tarde lo descubrí. En verdad, él solo lo quería proteger.
Qué mal que no le hizo caso.
—¿Qué diría tu abuelo si se enterara de que defendiste a ese chupapijas?— sentenció en un susurro.
Qué recuerdo más agridulce. Porque a pesar de que Chris no había hecho el más mínimo intento en tratarme como un ser humano, me enteré de que Ben sí. Quizás habían discutido después de que me fui de la cafetería. Quizás me defendió frente a sus amigos puritanos y se ganó algunos enemigos en el almuerzo. Y en mi cabeza no podía entender por qué diablos estaba dispuesto a ponerse en la línea de tiroteo por alguien que apenas conocía. Pero lo hizo. Y saberlo solo logró que se me apretara más el estómago.
Fue entonces que escuché los pasos del entrenador entrando al camarín y caí en cuenta de que desde el otro lado estaba completamente al descubierto. Traté de disimular que estaba guardando mis cosas con la flaca esperanza de que no se fijara en-
—Eres el chico nuevo ¿Cierto?
Cerré los ojos con pesar y me apresuré a asentir a su dirección con una falsa sonrisa.
—A las canchas.
Cerré el casillero y me atreví a mirar a Ben y Chris, que de pronto habían decidido guardar silencio.
Al menos sus rostros se veían igual de mortificados que el mío.
—Basta de parlotear como nenas. A las canchas— ordenó otra vez el entrenador.
Chris se apresuró a correr. En cambio, Ben me esperó en la puerta, dibujando una sonrisa en su rostro. No creía en cuentos de hadas, pero me era imposible mirarlo y no pensar en un jodido príncipe azul.
—Te queda bien.
¿Se detuvo a solo darme un puto cumplido? Quizá, pero en ese momento no podía ver sus buenas acciones bajo todas las capas de dolor que me atormentaban. Así que solo esquivé la mirada y lo ignoré en silencio. Porque lo único que se repetía en mi cabeza era que allí nunca podría ser más que un marica, y que él era mucho más de lo que me merecía.
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Todo el mundo contra Marcus Holly #PGP2024
Teen FictionSé que has hecho algo estúpido alguna vez. Como enamorarte de quien no debías, o confiar en las personas equivocadas... o irte del país porque te grabaron haciendo un oral. ESPERA ¿QUÉ? "Todo el mundo contra Marcus Holly" es exactamente lo que cree...