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"Why'd you only call me when you're high?"

"Hi, why'd you only call me when you're high?"


No me di cuenta de lo que bien que hacía sentir algo de esperanza, hasta que el sentimiento inundó mi corazón. Pronto, la idea de Benjamin comenzó a sanar mis heridas. Ya no me costaba despertar, ni me pesaba el cuerpo al ir a las juntas de la Iglesia. Los pocos momentos que podía disfrutar al lado de Ben eran una anestesia. Bastaba con verlo a lo lejos para calmar mi ansiedad, y soportar todo el calvario que significaba mi rutina.

Mientras Ben siguiera allí, y yo me mantuviera acá, podría seguir soñando con un "Ben y Marc". Quién sabe, quizás algún día podría tomar su mano. O tocar juguetonamente su hombro en la fila del almuerzo. O quizá, cuando menos lo esté esperando, él también intentaría acercarse a mí.

Quizá. Quizá. Quizá.

No me atrevía a hacer nada más que soñar. No quería arruinar la ilusión en mi cabeza. Prefería esa fantasía por sobre cualquier cruda realidad si confesaba mis sentimientos.

Los siguientes días me fue suficiente con asegurarme que Ben estaba allí para vivir tranquilo. Fui a la Academia, a la Iglesia, y bajé la cabeza frente a Rick. Con la sola idea de Ben, podía soportarlo y ser "bueno".

De hecho, hice todo "tan bien" que me permitieron por primera vez salir con el grupo fuera de la Academia. Catelyn y Charles congregaron una "reunión urgente" en un restaurante muy popular entre los estudiantes. No habría podido pagar ni un vaso de bebida en ese lugar si fuese solo por mi cuenta, pero Rick había mostrado un poco de misericordia por mí y me cedió más cupo en la tarjeta.

En cuanto entré al local, di un rápido vistazo buscando a Charles. No tuve suerte, y primero di con Catelyn, quien me saludó sutilmente con la mano. Le hice señas, preguntando por Charlie. Ella rodeó los ojos y fingió estar fumando con sus dedos. Asentí y salí a buscarlo.

Durante los últimos días me había acercado mucho a Charlie. Era la única persona que se atrevía a estar cerca de mí sin miedo a contagiarse la homosexualidad como si fuera una pandemia. Bueno... también estaba Ben, pero con él no tenía el coraje de quedarme a solas.

¿Marc?

Como si lo hubiese invocado con el pensamiento, ahí apareció el chico de ojos azules a robarme el aliento. Llevaba un elegante jersey que hacía juego con unas ajustadas bermudas caqui. Y su pelo, peinado a la perfección, caía elegantemente por sobre su frente.

A todas luces Ben y yo éramos como el agua y el aceite.

¿Marc? ¿Aló?

Qué cara de idiota me tuvo que ver. Su sonrisa se ensanchó.

Lo siento— sonreí. Estoy buscando a Charles ¿Lo has visto?

Acabo de llegaraclaró, mirando a su alrededor de todas formas. ¿Para qué lo buscas?

Imité el gesto de Catelyn unos minutos atrás y Benjamin sonrió cómplice, entendiendo el mensaje. Un tenso e incómodo silencio se tejió entre nosotros, hasta el punto que se volvió sofocante. Ben bajó la vista al suelo y luego señaló hacia el local de comida, tratando de sonar casual.

Creo que debería...

Claro.

Le sonreí y Ben se dio media vuelta. Abrió la puerta del local y se quedó allí por un segundo, meditando. Pronto suspiró y la cerró.

Todo el mundo contra Marcus Holly #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora