Camino a casa, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos sin que pudiera identificar bien qué diablos me estaba pasando. Bryan me observó por el retrovisor, aunque no cuestionó nada. En cuanto me vio, supo que algo no estaba bien conmigo.
Como si algo me faltara...
Tras ese encuentro entendí que no fui yo quien se quedó con mi corazón sangrando. Ben se lo llevó consigo. Y bastó con que tan solo me lo mostrara por unos segundos, para darme cuenta de por qué nada me había dolido. Él tenía mi corazón en sus manos, y podía manipularlo a su antojo. Por eso sabía que, sin importar lo que pasara entre nosotros, siempre podría pedir mi ayuda. Y yo se la prestaría, como un perro faldero que jamás se olvida de su amo.
Porque estaba estúpidamente enamorado de él.
No le prometí que le prestaría ayuda. Me marché con el trozo de mi corazón que pude tomar, y ahora yacía en mis manos, sangrando y palpitando, en un intento de hacerme creer que podría volver a crecer como un brote. Que no importaba realmente que Benjamin tuviera el resto en su poder.
Llegué a casa y construí una fortaleza en mi habitación. Quería alejarme del mundo, que nadie se acercara a mí. Subí el volumen de la música hasta que la voz de Serj Tankian hizo vibrar las ventanas de mi cuarto. George trató bajo todos los medios callarme, pero la barricada que construí en la puerta no le permitió entrar.
Estoy seguro de que en otro momento habría disfrutado ver su rostro enrojecer de la rabia. Pero no pude sonreír, ni siquiera cuando George decidió pararse bajo de mi ventana a rogarme que apagara esa música del infierno.
En unas horas la batería del parlante se agotó, y no tuve cómo continuar ahogando las voces en mi cabeza. El miedo, la rabia y la frustración me consumieron.
¿Cómo podía ser tan estúpido por Ben? ¿Cómo siempre caía en su maldito juego?
¿Por qué diablos le amaba tanto?
Me tumbé en mi cama, y el recuerdo de las caricias de Ben se hizo muy presente. Era un juego cruel, cerrar los ojos e imaginarlo a mi lado, cuando en realidad él me había dejado muy en claro que no estaba dispuesto a volver a tocarme.
Yo estaba dispuesto a darle mi corazón. Renunciaría a quién era, y cómo era, solo por estar a su lado. ¿Cómo eso no podía ser suficiente?
Me envolví en una bola, apretando los ojos con fuerza para evitar que las lágrimas me inundaran la cara. Era inútil. Pronto mi cuerpo comenzó a temblar y los sollozos salieron de mi garganta como un río desbordado. Así me quedé, temblando y llorando, hasta que caí dormido con la flaca esperanza de poseerlo en mis sueños.
Ese era el único consuelo para volver a sentir su tacto.
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Todo el mundo contra Marcus Holly #PGP2024
Teen FictionSé que has hecho algo estúpido alguna vez. Como enamorarte de quien no debías, o confiar en las personas equivocadas... o irte del país porque te grabaron haciendo un oral. ESPERA ¿QUÉ? "Todo el mundo contra Marcus Holly" es exactamente lo que cree...